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Juan Tomás Spina

Biografía

Spina, Juan Tomás. Marqués de Salcito (I), en el Reino de Nápoles. Scala (Italia), c. 1558 – Nápoles (Italia), 1625. Militar.

Pertenecía a una antigua y patricia familia de Scala, aunque originaria de la vecina Amalfi, que tenía su enterramiento en la iglesia de San Agustin de Nápoles y figuraba inscrita en el Libro de Oro del cuartel de Nido, entonces uno de los cuatro de la nobleza partenopea.

Aunque no se ha conseguido identificar a sus padres, sabemos que fueron sus hermanos: Aníbal (muerto en 1620), el primogénito; Escipión (1553- 1639), que fue obispo de Lecce desde 1591 hasta su muerte, y Horacio, el único al que precedía.

Entre mayo y junio de 1587 levó una compañía para el tercio de infantería napolitana de Carlo Spinelli, solicitado por Felipe II al virrey Miranda (4 de marzo de 1587), para tomar parte en la invasión de Inglaterra.

Embarcado en Nápoles el 19 de julio hasta Savona (29 de julio), atravesó los Alpes por Saboya y, recorriendo “el camino español”, llegó a Luxemburgo el 10 de octubre, quedando acuartelado en Brabante (P. Giustiniano, 1609). Al no tener efecto la proyectada invasión, fue empleado el año siguiente en las conquistas de Bonn (22 de septiembre de 1588) y de Wachtendonck (20 de diciembre de 1588), tras las cuales Spinelli regresó a Nápoles y el tercio sucedió en Pietro Caetani, duque de Sermonetta y, después, en Alessandro del Monte, marqués de Acaia (1593). A las órdenes del primero asistió Juan Tomás Spina a las dos expediciones de Farnesio en Francia, para los socorros de París (1590) y Rouen (1592), quedando después de guarnición en la Fère. Allí le sorprendería el motín de las compañías que se hallaban en Zichem (26 de julio de 1594), por cuya causa sería desmovilizada la unidad (1596), aunque no lo fuera su compañía. En 1595 recibió el mando de una compañía de caballos ligeros italianos que sería disuelta tras alcanzarse la paz con Francia (Vervins, 23 de mayo de 1598).

Juan regresó a Nápoles, donde levó un tercio de infantería, en la primavera de 1601, para servir nuevamente en Flandes. En agosto se hallaba ya en Saboya para emprender otra travesía del “camino español”, ahora a las órdenes de Federico Spinola y en compañía de otros tres tercios napolitanos (marqués de Bella, Teodoro-Trivulcio y Antonio Gambaloita), más el de españoles de Bracamonte; llegados a Namur (noviembre), su tercio y el de Bella recibieron órdenes de marchar a Brabante mientras que los restantes se incorporaban al asedio de Ostende. En julio del año siguiente acudió al socorro de Grave, sitiada por Mauricio de Nassau, a las órdenes de Francisco de Mendoza (1545- 1623), almirante de Aragón, militar poco estimado de sus hombres que venía de padecer una larga prisión en Holanda. Sus disposiciones no fueron acertadas y el tercio de Spinelli fue sacrificado en un ataque inútil sobre las trincheras holandesas (20 de agosto de 1602), llevado a cabo con poco apoyo y escasos medios (J. J. Orlers, 1624). Los supervivientes se amotinaron poco después, apoderándose de Hoogstraten (1 de septiembre de 1602), cerca de Breda; un motín que no lograría reducirse hasta el 18 de mayo de 1605, en que el tercio fue licenciado. No obstante, Juan Tomás Spina permaneció sirviendo en Flandes —como maestre de campo reformado— hasta la conclusión de la campaña de 1606, cuando ya se vislumbraba la suspensión de hostilidades previa a la tregua de los doce años (1609).

Apenas de vuelta en Nápoles, recibió del virrey conde de Benavente, la patente para levantar un nuevo tercio de Infantería regnícola (13 de enero de 1607), que debía conducir a Milán para una campaña que su gobernador, el conde de Fuentes, proyectaba contra los venecianos; pero al no tener ésta efecto, el tercio fue reformado el mismo año (Zotta, 2002). Posteriormente, fue proveído con la gobernación de las armas de Tierra de Otranto, una de las doce provincias del reino, bañada por el Adriático (E) y el Jónico (S) y, por lo tanto, de las más expuestas a las incursiones turcas. Hasta 1619 fue el responsable de su defensa militar, que dirigía desde Otranto —pese a que el gobierno político y religioso residía en Lecce, donde su hermano era obispo—, así como del mantenimiento de sus ocho fortalezas y numerosas torres de vigilancia, la conservación de sus presidios y de la milicia llamada “del Batallón”. Después residió en Nápoles y fue consejero del Colateral hasta su muerte, sobrevenida en octubre de 1625. Pietro de la Valle lo supo al llegar a Malta (4 de noviembre de 1625), de boca de un amigo común, el caballero jerosolimitano Marco Antonio Brancaccio. Fue célibe, heredándole su sobrino Francisco, hijo único de su hermano mayor Aníbal.

Sus largos años de servicios le fueron recompensados con un título marquesal sobre la villa de Salcito, en el territorio de Molise (actual provincia de Campobasso), lugar que aparece frecuentemente deformado en las citas (Saliceto, Salceto, Saceto, etc.), que responde a la antigua Saliticum y cuyo primer feudatario fue Nicolás de Evoli (1337). Se ha reconocido su dilatada cadena señorial tratando de hallar algún vestigio sobre sus progenitores, pero confirma Cesare d’Eugenio que fue el primero de su familia en poseerla (1611), como también el primero que se tituló marqués del lugar por merced real, que ya gozaba el 30 de agosto de 1622, del cual se adorna en la carta que escribió en dicha fecha a su antiguo camarada de armas Carlos Coloma (1566- 1637), publicada por Avalle-Arce. Por ello, cuando en 1627 Pedro A. Lonati solicitó a Felipe IV un título marquesal, fundamentó su pretensión en las mercedes anteriormente concedidas a otros, entre ellos a Spina, que también conoció Matteo Camera, aunque la retrasara a 1624. Sin embargo, González Doria data la concesión de dicho título el 13 de enero de 1670, a favor de Pablo Francone, quien lo adquirió por enajenación de la tercera marquesa, Juana Spina (muerta el 2 de julio de 1700), que no había procreado descendencia en ninguno de sus dos maridos. Fue la única hija de Francisco Spina, sobrino de Juan Tomás.

El capitán Alonso Vázquez (c. 1556-1615), que le conoció en Flandes, dejó de él la siguiente semblanza: “El capitán Juan Tomás Espina, siéndolo de infantería italiana, peleó con grandísimo esfuerzo y valor; fue hechura de Alexandro (Farnese) y, por sus grandes servicios y merecimientos, se le dio (después) una compañía de caballos. Sirvió y peleó con ella gallardamente e hizo cosas muy señaladas: digno este valiente capitán de haber ocupado puestos de mayor importancia” (A. Vázquez, 1610-1614). Los tuvo sin duda, pues fue maestre de campo, gobernador de las armas de una provincia y consejero del Colateral de Nápoles, pero el autor, que ultimó su libro en 1614, poco antes de morir, no llegó a conocerle tales promociones.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, ms. 1802 (Consulta a Felipe IV sobre la pretensión del maestre de campo P.A. Lonati de merced del título de marqués con un feudo en Milán, 30 de agosto de 1627).

P. Giustiniano, Delle guerre di Fiandra [1601-1609], Amberes, Ioachim Trogeniso, 1609, págs. 284 y ss.; A. Vázquez, Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alexandro Farnese, s. l., 1610-1614 (ed. en Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, vols. LXXII-LXXIV, t. III, Madrid, 1879- 1880, pág. 427); C. D’Eugenio, Il Regno di Napoli diviso in dodici provincie, Napoli, 1622, págs. 26 y 238-239; J. J. Orlers, Les lauriers de Nassau, Amsterdam 1624 (2.ª ed.), págs. 271- 272; F. Strada, De bello belgico, decas secunda, Amberes, Viuda de Cnobbarus, 1648 (2.ª ed.), págs. 706-707; P. Della Valle, Viaggi di Pietro della Valle, il pellegrino, descritti da lui medesimo in lettere familiare, vol. II, Brighton, G. Gancia, 1843 (2 vols), pág. 896; J. B. Avalle-Arce, Dintorno de una época dorada. Madrid, J. Porrúa Turanzas, 1978, págs. 411 y 423- 25; H. O’Donnell y Duque de Estrada, La fuerza de desembarco de la Gran Armada contra Inglaterra (1588), Madrid, Naval, 1989, págs. 122-126; F. González Doria, Diccionario heráldico y nobiliario de los Reinos de España, Madrid, Bitácora, 1994, pág. 218; J. L. Sánchez Martín, “Un interesante grabado sobre la recuperación de Bonn, 23.IX.1588”, en Researching & Dragona (Madrid), 9 (1999), págs. 4-21; S. Zotta, “Napoli e Venezia al tempo dell’interdetto”, en L’Ape ingegnosa, Rivista del dipartimento di Scienze dell’Università di Napoli “Federico II” (Napoli), 1 (2002), págs. 69-101.

 

Juan Luis Sánchez Martín