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Nicolás Bravo

Biografía

Bravo, Nicolás. Chilpancingo (Guerrero, México), 10.IX.1786 – 22.IV.1854. General insurgente, consejero de Estado y miembro de la segunda Regencia, vicepresidente y presidente del Consejo.

Hijo de un rico hacendado criollo, hizo los estudios primarios y vivió su juventud en un ambiente crítico y de rechazo al dominio de los españoles peninsulares, participando muy pronto, con su padre y sus hermanos, en levantamientos insurgentes. Estuvo en numerosas acciones militares en su estado natal, en el vecino de Morelos y en Veracruz, donde acompañó al general Morelos en la defensa de Cuautla (1812). Adquirió la reputación de militar “generoso y magnánimo” por su conducta humanitaria con los soldados enemigos.

A las órdenes de Morelos, participó en la toma de Oaxaca (1812) y en el sitio de Acapulco (1813), se adhirió a la convocatoria del Congreso de Chilpancingo y desde Chilapa, adonde se había retirado a consecuencia de los enfrentamientos en el campo insurgente, apoyó el nombramiento de Morelos (15 de septiembre de 1813) como “generalísimo”, y en 1816 asistió de lejos a la derrota de Valladolid y la dispersión del Congreso. En 1817 estuvo a las órdenes de la Junta de Xauxilla y arrestó a Ignacio López Rayón, que se negaba a obedecer aquella autoridad.

Encerrado en el fuerte de Cóporo (Michoacán), lo defendió durante algunos meses, pero, dada la distancia que los separaba, no coincidió con las acciones de Xavier Mina en torno al fuerte de Sombrero, cerca de León. Retirado a finales de año a Chilpancingo, fue hecho prisionero a comienzos de 1818 y, encerrado en la cárcel de la ciudad de México; permaneció en prisión hasta que se le concedió el indulto en 1820, al iniciarse en España el Trienio Liberal; entonces se retiró a vivir en Cuernavaca.

Se adhirió al Plan de Iguala, formulado por Iturbide tras su decisión de incorporarse a las tropas rebeldes, lo apoyó con una fuerza militar y alcanzó el rango de coronel de la República, en el ejército de las Tres Garantías (religión, independencia y unión). Nombrado consejero de Estado y miembro de la segunda Regencia, estuvo presente en septiembre de 1821 en los encuentros de Iturbide con el virrey O’Donojú y la firma del Tratado de Córdoba. El 27 de septiembre entró, al frente de las tropas del ejército Trigarante, en la ciudad de México.

En 1823, obedeciendo a su fervor republicano, se opuso a la pretensión de Iturbide de coronarse emperador de México, abandonó la capital y se adhirió a la revuelta encabezada por el general Santa Anna, junto con Vicente Guerrero, dirigente del ala más radical de la insurgencia. Tras numerosas acciones de guerra, unido a los demás jefes militares, consiguieron la dimisión del Emperador (marzo de 1823) y su destierro a Europa.

En la división política que siguió a la caída de Iturbide y la pugna por la presidencia de la nueva República se integró en el llamado “bando conservador”, constituido fundamentalmente por miembros de la masonería escocesa, moderada y centralista, frente al radicalismo de los masones yorkinos, federalistas y radicales, que se habían colocado bajo la influencia del embajador norteamericano Joel Poinsett.

El primer presidente, Guadalupe Victoria, lo designó vicepresidente en 1824, en representación de la facción moderada, que se inclinaba por la implantación de una república indivisible y centralista. En 1827 encabezó la rebelión conservadora de apoyo a Gómez Pedraza, que se negaba a suscribir la expulsión de los españoles de México, pero su fracaso le ocasionó ser juzgado y condenado a la pena capital. Indultado por el presidente Victoria, se exilió a Guayaquil (Ecuador) hasta la amnistía de 1829.

La segunda presidencia de la República coincidió con uno de los períodos de mayor inestabilidad, dado el profundo enfrentamiento entre ambos partidos.

Frente al poder del presidente Vicente Guerrero, Nicolás Bravo apoyó a sus amigos conservadores, el general Anastasio Bustamante y el historiador Lucas Alamán, en una época que se enturbió profundamente tras el asesinato de Guerrero.

Convocado por la figura dominante del presidente general Santa Anna, en 1836 le apoyó en una de las expediciones a Texas, pero tras su derrota prefirió retirarse a Chilpancingo, una costumbre que repitió con frecuencia a lo largo de los años. En la década de 1840 participó en los numerosos enfrentamientos y revueltas que dividieron a las fuerzas políticas, llamado con frecuencia por sus protagonistas, tanto Santa Anna como Lucas Alamán o el general Paredes, con quien compitió en las elecciones presidenciales de 1846, siendo elegido vicepresidente. En julio de este año sustituyó en la presidencia a Paredes, que se puso al frente del ejército para tratar de repeler la invasión norteamericana. Poco después, un golpe militar lo depuso del cargo y se retiró a su hacienda familiar, hasta que en septiembre, al frente de las tropas que defendían el sur de la capital, dirigió la defensa de Chapultepec (1847). Acusado de traición por Santa Anna, se enzarzó en una amarga y áspera disputa política.

Retirado una vez más a Chilpancingo, vivió alejado de las controversias políticas hasta 1854 cuando se publicó el Plan de Ayutla y se requirió su apoyo para enfrentarse nuevamente al general Santa Anna.

Alegando su mal estado de salud y su disconformidad con las tesis de los revolucionarios, se negó a firmar ese manifiesto. Murió repentinamente, junto con su esposa, el 22 de abril de 1854, por lo que corrió el rumor de un envenenamiento, tesis que se fortaleció tras el fusilamiento del doctor Avilés, su médico particular.

 

Bibl.: M. Rivera Cambas, Los gobernantes de México: Nicolás Bravo, México, Editorial Citlaltépec, 1971; E. de la Torre, La Independencia de México, Madrid, Mapfre, 1992; Jim Tuc, Nicolás Bravo: Liberador, sí, liberal, no. México, Connecticut, 1999.

 

Manuel Ortuño Martínez