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Juan Niño de Tavora

Biografía

 

Niño de Tavora, Juan. Toledo, s. XVI – Filipinas, 22.VII.1632. Caballero de la Orden de Calatrava, consejero de Guerra, gobernador de Filipinas.

Hijo de Gabriel Niño de Zúñiga, comendador de las Casas de Córdoba de la Orden de Calatrava, que sirvió en Flandes y fue del Consejo de Guerra y murió como maestre de campo general del reino de Portugal (1599), y de Ana de Villena y Tavora, natural de Portugal.

Inició sus servicios militares en los Ejércitos de Flandes (1603) como soldado, alférez y teniente de la compañía de caballos lanzas de la guardia del gobernador. Allí estuvo al servicio del archiduque Alberto, quien le hizo gentilhombre de cámara (1617) y capitán de una compañía de caballos (1617) y le envió con diversas comisiones a Madrid (1619), tras lo cual regresó a Flandes (1620) y se incorporó a las campañas del Palatinado y al cabo de ellas se le confió la capitanía de la compañía de lanzas de la guardia del gobernador (1622), fue enviado a Inglaterra en misión diplomática (1623) y en el año siguiente se le hizo maestre de campo de Infantería española (1624) y se halló en el sitio de Breda, por cuyos servicios se le concedería la encomienda de Puertollano de la Orden de Calatrava (1625) y poco tiempo después fue nombrado gobernador y capitán general de Filipinas y presidente de su Real Audiencia (27 de mayo de 1625), por lo que regresó a Madrid para preparar su viaje y, antes de emprenderlo, fue nombrado consejero de Guerra (25 de junio de 1625).

Embarcó rumbo a Filipinas con Licencia del 26 de junio de 1625 en compañía de una gran fuerza de soldados, y ya cruzado el Atlántico se hizo a la vela en el puerto de Acapulco (25 de marzo de 1626) y tres meses más tarde tocó puerto en Cavite (22 de junio de 1626) y tomó posesión de sus empleos, en los que sustituyó a Fernando de Silva, que se hallaba gobernando las islas.

Encontró las islas en un estado de gran necesidad, no sólo por falta de socorros militares, sino también de todo género de comercio, sobre todo por el asedio constante de los holandeses y por ello, tempranamente (1626), solicitó que se autorizara el comercio de las Filipinas con el Perú, autorizando a enviar dos barcos cada dos años cargados por los comerciantes de Filipinas, pero esta sugerencia no fue aceptada. Hizo construir un puente para unir el parián de los sangleyes con la ciudad, a costa de las cajas de comunidad de los sangleyes, y cuidó también del estado y mantenimiento de su hospital, a cargo de los religiosos dominicos, ocupándose también en reparar las fortificaciones de la ciudad de Manila y en levantar un fuerte en el puerto de Cavite para su seguridad desde tierra. Cuidó de mantener los socorros en la isla de la Hermosa, mantener en paz a los indios de la provincia de Cagayán y en sofocar un alzamiento de los naturales de Caraga, quienes habían dado muerte a un capitán, a veinte soldados y a cuatro religiosos recoletos descalzos (1631) y auxilió permanentemente a Terranate.

Desplegó una gran actividad en el ámbito de las relaciones y el comercio con las naciones del Oriente y, así, despachó una embajada al reino de Camboya (1629) con la finalidad principal de aprovechar sus maderas para la fábrica de navíos, lo que se consiguió y comenzaron a fabricarse galeones en dicho reino. Envió otra embajada al rey de la Cochinchina con el propósito de establecer una factoría en sus territorios para la construcción de navíos y para la conducción de hierro, cobre y otros metales (1629), pero este proyecto no se concretó y, además, el mismo Niño de Tavora estimaba que el comercio con dicha nación no era de importancia. Después de haber castigado militarmente los ataques del rey de Siam (1628), se dispuso a establecer la paz con este reino (1629), una vez aceptadas las satisfacciones que ofreció el sucesor del Rey que había atacado a los hacendados de Manila, pero en el año siguiente (1630) los de Siam asaltaron un patache de embajada que se les enviaba desde Macán y con la embarcación de un mensajero que les había remitido Niño de Tavora, por lo que éste era de opinión (1632) de que debía castigárseles “por ser gente muy traidora [...] y estar muy unida con los holandeses”. Intentó restablecer el comercio con Japón (1629), que se había interrumpido por haber quemado un navío japonés por los castellanos (1627), para lo cual envió un comisionado al gobernador de Nagasaki y, tras varias embajadas, se abrió nuevamente el comercio y envío y recepción de navíos (1631).

Se mantuvo en el gobierno hasta su muerte, la que ocurrió después de más de un año de quebrantos en su salud, y fue sustituido en lo político por la Audiencia en el ínterin que se proveía propietario, y en las cosas de guerra por Lorenzo de Olaso.

Había contraído matrimonio con Magdalena de Zaldívar y Mendoza, enlace del que nacieron Juan Niño de Tavora, alférez y capitán en Filipinas, teniente de capitán general de la provincia de Xicayán en la Nueva España, teniente de capitán general y alcalde mayor de Oaxaca y acalde mayor de Zapotitlán en Guatemala (1657), y Gabriel Niño de Tavora, que sirvió en la Armada de Nueva España.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.391 n. 10; Contratación, 5.788, l. 2, fols. 307r.-309r.; Contratación, 5.789, l. 2, fols. 183r.-186v.; Filipinas 8, r. 1, n. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 16, 17, 19; Filipinas, 20, r. 20, n. 150, 151, 153; Filipinas, 21, r. 3, n. 14; Filipinas, 21, r. 7, n. 23; Indiferente General, 114 n. 76; Indiferente General, 117 n. 3; Indiferente General, 451, l. A9, fols. 4v.-33v.; Archivo General de la Nación (México), Reales Cédulas, 1, exp. 15; Reales Cédulas, 18, exp. 325; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes-Expedientillos, 1.794.

G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, t. III, Madrid, Alianza Editorial, 1979, págs. 43-44.

 

Javier Barrientos Grandon

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