Sisnando II. Galicia, 910 ant. – Fornelos (Pontevedra), 29.III.968. Obispo de Santiago (951-968).
Prototipo del obispo altomedieval: pastor y guerrero. Hijo de los nobles gallegos Hermenegildo Aloitiz y Paterna Gundesíndiz. Desde 935, en calidad de diácono, se muestra regularmente en el palacio de Ramiro II (931-951), donde alcanzó la dignidad de prepósito o “maiordomus”, hasta que muerto el rey, fue elevado por su hijo Ordoño III (951-956) a la emblemática silla compostelana, en la que sucedió a Hermenegildo (924-951), y en la que ya consta por primera vez el día 25 de agosto de 951.
Las relaciones con el joven Monarca fueron tan excelentes que fue objeto de la frecuente generosidad real. Y el prestigio de su silla en toda la Cristiandad era tan grande que no es extraño que en una c compostelana de 12 de septiembre de 954, el propio rey Ordoño se dirigiera a él como “inclito ac uenerabili patri domno Sisnando episcopo”, y como “obispo de todo el orbe”: “et tocius orbis antistiti”.
Pero las buenas perspectivas se torcieron pronto, primero debido a la guerra desatada entre Ordoño III y su hermanastro Sancho Ramírez, que en vano pretendió la corona; luego, por la lucha que mantuvieron el propio Sancho I el Gordo (956-966) y su primo Ordoño IV el Malo entre el otoño de 957 y la primavera de 962; y por último por la sumisión que el rey Sancho mostró al califato hasta su muerte en diciembre de 966. Durante este largo período de guerras y decadencia, Sisnando actuó responsablemente, intentando mantener el prestigio de su sede. Y no dejó de mostrar continuada atención a la fundación familiar de Sobrado de los Monjes.
Encontró la muerte durante la minoría del pequeño Ramiro III (967-982), al hacer frente a una invasión de los temibles normandos, en 968, según Sampiro: “Cien naves de normandos… entraron en las urbes de Galicia, y haciendo muchos estragos alrededor de Santiago, mataron con espada al obispo de aquel lugar, por nombre Sisinando”; cuyo relato fue bien complementado por la Historia Compostellana: “El propio Sisnando salió de la ciudad y, protegido por la fuerza de su ejército… los siguió hasta el predio de Fornellos, donde, entablando con ellos cruel combate… fue asesinado el 29 de marzo”. Le sucedió en la silla su pariente san Rosendo (968-977).
Una tradición muy temprana, que arrancó en la propia alta Edad Media, y que ya fue recogida con diversos matices en el Chronicon Iriense y la Historia Compostellana, presenta al obispo Sisnando Menéndez ejerciendo la tiranía, encarcelado luego por el rey Sancho, y enfrentado después a san Rosendo de Celanova, su supuesto sustituto temporal, antes de volver a recuperar la silla episcopal. Nada de lo cual es posible respaldar a través de los diplomas contemporáneos.
Bibl.: M. Gómez-Moreno, Introducción a la Historia Silense, con versión castellana de la misma y de la crónica de Sampiro, Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas - Centro de Estudios Históricos, 1921; M. R. García Álvarez, “El Cronicón Iriense”, en Memorial Histórico Español, L (1963), págs. 3-240; P. Loscertales de García de Valdeavellano, Tumbos del monasterio de Sobrado de los Monjes, 2 vols., Madrid, Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural-Archivo Histórico Nacional, 1976; E. Falque Rey, Historia Compostelana, Madrid, Akal, 1994; M. Lucas Álvarez, La documentación del Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela, León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1997; M. Carriedo Tejedo, “Sisnando II de Santiago (951-968): Totius orbis antistes”, en Compostellanum, LVIII, 3-4 (2013), págs. 543-606.
Manuel Carriedo Tejedo
