Galindo. ?, 882 – c. 938. Obispo de Pamplona.
Tanto la fecha de su nacimiento (882) como la de su ordenación episcopal (diciembre de 922) están documentadas por el obituario transcrito hacia 990 en el Códice Rotense (Real Academia de la Historia, cód. 68). En cuanto fue conquistada gran parte de la tierra riojana de manera prácticamente definitiva, por voluntad seguramente del monarca pamplonés Sancho Garcés I, debió de encargarse de la consagración de sus nuevos obispos, Sisuldo para la antigua sede de Calagorra y Teudorico para la fundada en Nájera y radicada de momento en la cercana localidad de Tobía (Baños de Río Tobía). También fue ordenado simultáneamente el obispo Ferriolo para la sede erigida en Sasabe, monasterio próximo a Jaca, y con jurisdicción sobre el espacio diocesano configurado entonces para los dominios del anterior condado de Aragón, integrado por los valles y tierras del curso superior de los ríos Aragón y Gállego. De esta suerte, la naciente Monarquía de Pamplona llegaba a abarcar la extensión digna de un reino a escala europeo-occidental, aunque no llegó a constituir, como cabía esperar en aquella época, una provincia eclesiástica propia y, además, no se tiene noticia de que así fuese solicitado ante las instancias pontificias de Roma.
Tuvo que sufrir sin duda los estragos causados por la expedición de Abderrahmán III hasta Pamplona (924) y, por tanto, debió de encargarse de la restauración de la catedral que había sido totalmente arrasada. Aunque casi todos los documentos de aquel tiempo están más o menos contaminados al menos por interpolaciones, parecen fiables las noticias relativas a su presencia en la fundación del monasterio riojano de San Martín de Albelda hacia 924, así como el incremento de las propiedades del monasterio de San Pedro de Usún (Romanzado, Navarra) por Sancho Garcés I.
Fallecido ya este Monarca, moderó (en 928) la controvertida delimitación de los términos de las villas de Benasa y Catamesas, en las cercanías del monasterio de San Salvador de Leire. No es seguro que confirmara la donación del valle de Echo a favor del monasterio de San Pedro de Siresa por García Sánchez I, así como la dudosa asignación a Leire de los diezmos eclesiásticos, incluidas además las tercias episcopales de Sos, Uncastillo y otros lugares próximos, por voluntad también del Rey y su madre Toda. Debió de asentir siquiera tácitamente a la disolución, por razón de parentesco, del matrimonio de Andregoto con el mismo Monarca y a continuación a sus nuevas nupcias con Teresa, hija de Ramiro II de León.
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Ángel Martín Duque
