Ferruzzo, Giovanni Battista. Messina (Italia), c. 1600 – Trivento (Italia), VIII.1658. Capellán, fundador de la Santa Escuela de Cristo.
Giovanni Battista Ferruzzo (Feruzo, Ferruzza, Ferruza, Feruza, Ferrucci, Ferruchi, Ferruzzi) nació en la ciudad siciliana de Messina en los años finales del siglo xvi o en los primeros del xvii. Ingresó en la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y fue ordenado sacerdote el 7 de marzo de 1626. Alcanzó los grados de licenciado en Utroque iure y de doctor en Teología.
En 1642 se encontraba ya en Madrid para presentar un memorial ante Felipe IV con la finalidad de evitar mayores impuestos a sus conciudadanos. Al poco de llegar obtuvo el cargo de capellán y administrador del Hospital de los Italianos. Allí se relacionó con algunas figuras relevantes como el célebre canonista portugués Agustín Barbosa, a quien propuso como candidato para proveer el arzobispado de su ciudad natal en 1644.
También como diputado de Messina ante la Corte, presentó nuevos memoriales, como son la Relación de los daños hechos a la Real Hazienda en las Cortes que se celebraron en Sicilia en el año de mil y seiscientos y cuarenta y dos [...] o el denominado Papel tercero, en el que solicita en nombre de los mesineses una recta administración de la justicia. En 1645, junto con el dominico Basilio Amabile y el capuchino Paolo de Messina, presentó a Felipe IV un memorial con medidas coercitivas para urgir la residencia de la Corte virreinal en dicha ciudad durante los dieciocho meses que le correspondían legalmente por trienio.
También en 1645 realizó un viaje a Valencia, donde dos años antes se había establecido el primer oratorio seglar español de inspiración filipense por obra del franciscano descalzo fray Juan Ximénez y, más tarde, se inició la primera célula de la Congregación del Oratorio gracias al entusiasmo de Luis Crespi de Borja.
El conocimiento del oratorio de Valencia, similar a los que ya funcionaban en su tierra natal y que proliferaban singularmente por los territorios españoles de Nápoles y Sicilia bajo diversas denominaciones, parece que fue decisivo para que en 1646 Ferruzzo se decidiera a fundar algo similar en Madrid, la denominada Santa Escuela de Cristo, establecida en el Hospital de San Pedro y San Pablo de los Italianos y autorizada por el nuncio Rospigliosi (futuro papa Clemente IX). Estaba formada por varones piadosos, tanto eclesiásticos como seglares, y, además de sus ejercicios semanales, establecía un peculiar género de vida espiritual para sus miembros.
A pesar del entusiasmo, la iniciativa no tuvo continuidad y fue preciso reiniciarla en el mismo emplazamiento, esta vez de forma definitiva, el 26 de febrero de 1653, fecha considerada posteriormente como la fundacional del instituto. Ferruzzo fue elegido primer obediencia (superior) de la Santa Escuela y se encargó de la redacción de las constituciones, luego retocadas y adaptadas por Juan de Palafox y Mendoza, quien conoció de forma casual la Santa Escuela apenas transcurridos dos meses desde su inauguración definitiva.
El obispo de Puebla de los Ángeles (México) y luego de Osma eclipsó por completo la figura de Ferruzzo.
Aun contando la Santa Escuela con ilustres personalidades desde sus mismos comienzos, Palafox se convirtió en su máximo valedor, en su garante y principal reclamo. En 1762 se hablaba de él como “congregante, Obediencia o Superior, Promovedor y aun Legislador”, considerándole la Santa Escuela como su cofundador y adoptando sus emblemas episcopales, aunque ya en tiempos recientes, como propios.
A finales de 1654, Ferruzzo era propuesto por Felipe IV para el obispado de Trivento en el reino de Nápoles y fue nombrado por el papa Alejandro VII el 14 de enero de 1655. En Roma lo consagró el cardenal Sacchetti el 20 de junio siguiente y allí participó también en la fundación de la Santa Escuela, uno de cuyos miembros más conocidos fue Miguel de Molinos.
Ocupa el lugar quincuagésimo segundo en la lista de obispos de Trivento, abarcando su pontificado únicamente tres años, ya que falleció en agosto de 1658 y fue sepultado en la iglesia de Santa Maria Assunta de Frosolone (Isernia). El episcopologio reseña pocos datos del corto pontificado de Ferruzzo, tan sólo que llevó para su catedral el cráneo del mártir san Valeriano que le había concedido el cardenal Anania, vicario de Alejandro VII.
En la Junta de ancianos de la Escuela de Madrid del domingo 13 de abril de 1659 se acordó ofrecer los sufragios correspondientes por su fundador, una vez recibida la notificación de su fallecimiento. Desde su fundación y durante el siglo xviii, la Santa Escuela de Cristo se extendió por numerosos lugares de España e Hispanoamérica, sumando más de cuatrocientas escuelas.
Surgió más tarde, a su imagen, la Escuela de María para mujeres. A partir del siglo xix comenzó su declive que llevó a la institución a su práctica extinción, si bien aún perduran unas pocas escuelas (Madrid, Sevilla, Orduña, etc.), aunque con un funcionamiento algo diverso del que señalaban las constituciones originales.
Obras de ~: Relación de los daños hechos a la Real Hazienda, en las cortes que se celebraron en Sicilia en el año de mil y seiscientos y quarenta y dos, quando siniestramente informados el Virrey, su Confessor, Consultor, y Secretario, por no ser platicos en las cosas del Reyno, se quitô el papel sellado; y dos por ciento [...] que podia rentar a su Magestad [...] y [...] por ser esta nueua carga de tan poco prouecho a la Real hazienda, y de grande daño al Reyno, el Obispo de Pattas [...] y el Dotor Iuan Bautista Ferruza [...] procuraron que se diessen a su Mag. ci~eto y diez mil escudos de renta perpetua en cada vn año, que importa dos millones y dozientos mil escudos de principal, s. f.; Papel tercero. En este papel se conoce el deseo que tienen los Mecinesses de la recta administracion de la justicia, mi~etras dan a los que gouiernan las siguientes aduertencias, sacadas [...] de la Sagrada Escritura, y de lo q[ue] hizierõ, y enseñaron los Ligurgos, los solones, los agisalaos, s. f.; Señor. El Doctor Iuan Baptista Ferruza, Sacerdote de la Congregacion del Oratorio de San Felipe Neri [...] resid~ete en esta Corte, por parte de la ciudad de Mecina: Dize, que el Arçobispado de la dicha ciudad està vaco por muerte del Arçobispo Don Blas de Proto; y como esta Diocesi [sic] es tan dilatada, y en diez y ocho años que la gouernò, padeciò tan grandes daños en lo espiritual y temporal, necessita de vn Prelado de mucha virtud y letras [...] y [...] suplica à V. Mag. [...] se sirua de nombrar person [...] para Arçobispo de Mecina, y poner los ojos en [...] Agustin Barbosa, s. f.
Bibl.: Apuntamientos para el buen progresso de la Santa Escuela de Christo Nuestro Señor y para que florezca, como en otras provincias de la Christiandad, con la Divina gracia, reconocidos y aprobados por la misma Congregación, Madrid, 1653; Constituciones de la Escuela de Christo nuestro Señor, que se tiene en el Hospital de los Italianos. Aprobadas por el Eminentissimo Señor Cardenal Arzobispo de Toledo. Con unos apuntamientos sobre su práctica, con la aprobación y explicación del Ilustrissimo Señor Obispo de la Puebla de los Angeles, electo de Osma, Madrid, 1653; A. Panes, Chronica de la Provincia de S. Juan Bautista de religiosos menores de la regular observancia de nuestro seraphico S. Francisco, II, Valencia, por Gerónimo Vilagrasa, 1666, pág. 39; Noticia breve de la fundación, y progressos de la Escuela de Christo Señor nuestro. Sita en el Hospital de los Italianos de esta Villa de Madrid..., Madrid, por Francisco Gómez, 1676; J. de Palafox y Mendoza, “Carta Pastoral XII: A la Santa Escuela de Christo Nuestro Señor de la Imperial Villa de Madrid”, en Obras del Ilustrísimo, Excelentísimo y Venerable Siervo de Dios D. Juan de Palafox y Mendoza, III, Madrid, Imprenta de Gabriel Ramírez, 1762, págs. 233-255; P. Gauchat, Hierarchia catholica Medii Aevi, sive Summorum pontificum, S. R. E. cardinalium, ecclesiarum antistitum series, IV, Patavii, Il Messaggero di S. Antonio, 1935, pág. 345; F. Sánchez Castañer, “Escuela de Cristo”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, Suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 283-285.
Fermín Labarga García
