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Ramón García del Postigo y del Poyo

Biografía

García del Postigo y del Poyo, Ramón. Cartagena (Murcia), 14.XI.1763 – 1823 post. Marino y oficial del Real Ejército.

Hijo legítimo del jefe de escuadra Isidoro García del Postigo y del Prado y de Ana Luisa del Poyo y Maya.

Ingresó en el seminario de nobles de Madrid en 1775, desde donde se le trasladó a la Compañía de Guardias Marinas de Cartagena, donde entró el 31 de enero de 1778, apadrinado por su primo Juan Antonio García del Postigo y Manrique de Lara, IV marqués de García del Postigo. En el libro matriz se indica que por Real Orden de 18 de agosto de 1779 “fue promovido a la plaza de Paje del Rey”. El 4 de mayo de 1780 se le dio el grado de capitán del Regimiento de Infantería de Flandes. En noviembre de 1781 solicitó su admisión en la Real Armada, pero a la postre continuó en el ejército, con el que se halló en las operaciones en América entre 1782 y 1783, y en el sitio de Ceuta, donde hizo el servicio de mayor de línea. Durante la guerra con Francia estuvo en el Ejército de Navarra, al mando de puestos fortificados y compañías de alternación, con las que tuvo algunas acciones contra los enemigos, siendo una la de la toma y desalojo de CastelPinon, el 6 de junio de 1793, fecha en que era teniente coronel graduado; como 2.º comandante de una división (de Altobiscar), incendió los pueblos de Arregui y Ondarrola. Fue herido en Irún el 1 de agosto de 1794, cuando era coronel graduado del Regimiento de Infantería de la Corona. Sirvió luego en el primer cantón de Extremadura. Declarada la guerra con Inglaterra, actuó tres años y cinco meses en el campo de Gibraltar, donde tuvo el mando de todas las partidas de Infantería y Caballería para la persecución de contrabandistas y malhechores en toda la costa del Levante. Participó en la guerra contra Portugal, en la que, por quedar su Regimiento guarneciendo Arronches, siguió al ejército mandando las tres compañías de Granaderos de su cuerpo, haciendo el servicio de guardas, hasta la paz. De guarnición en la plaza de Málaga en tiempo de su epidemia, como comandante de su cuerpo, peleó en la Guerra de la Independencia contra Francia en la batalla de Mengíbar, el 16 de julio de 1808 y tres días más tarde en la de Bailén.

El 30 de noviembre de 1808 en Somosierra quedó mandando su Regimiento y reuniendo bastantes tropas de las batidas, las presentó al Ejército en Guadalajara.

Mandando el 2.º regimiento de Infantería de Córdoba se halló en Mora, en el ataque y retirada de Consuegra, el 5 de agosto de 1809 en las orillas del Tajo y ataque de Aranjuez, y el 11 del mismo mes en la acción de Almonacid. Más adelante, a principios de febrero de 1810, tuvo la desgracia de caer prisionero de las tropas napoleónicas en Málaga “y las imperiosas circunstancias de aquella época le obligaron a abrazar un partido en que la adhesión no tuvo la menor parte, precisándole continuar en él hasta seguir, como los demás y tantos desgraciados sus compañeros y compatriotas, a Francia”. Habiendo admitido el mando de un Regimiento de Infantería que el Gobierno intruso organizó en Granada, fue nombrado presidente del Segundo Consejo Permanente de Madrid, en cuyo destino permaneció hasta la evacuación de la capital, 10 de agosto de 1812, siguiendo el convoy hasta Zaragoza y de allí a Francia. En todo aquel tiempo jamás desacreditó el título de buen español: en Málaga no pocas personas de bastante nota se libraron del último suplicio gracias a su mediación; desde el Consejo que presidió salieron en libertad varios acusados de todas clases, que hubiesen sufrido la última pena si hubiesen sido juzgados por extranjeros. En los cinco años que se halló en Francia, como se vio en tiempo de las convulsiones que la agitaron en el año 1815, teniendo que obedecer la orden del Gobierno que le mandó marchar a Nimes, como a los demás militares, e ir a Narbona, para formar con ellos una compañía armada, de la que se le confirió el mando como mayor graduado, y desde allí, al pasar a Perpiñán, representó a su gobernador el barón Robert, y por su conducto al general en jefe conde Clauseb, que debido a los principios de honor que siempre le habían guiado, igual que a los oficiales que mandaba, no permitiría jamás hacer uso de las armas contra sus compatriotas en caso de alguna desavenencia entre ambos reinos, por lo que ofreció la dimisión del mando de la compañía, que sólo había admitido para conducirla a aquella plaza, pues el Gobierno podría emplearlo en cualquier otro destino. En consecuencia, se le mandó a Carcasona, cuyo general le destinó a Castelnaudary, para mantener la tranquilidad pública. Después de regresar a España, en virtud de la ley de 26 de septiembre de 1820, relativa a los que estaban en su condición, pidió, tres años después, que se le siguiese juicio de purificación. El inspector de Caballería dictaminó no haber lugar a él, ni al disfrute de la tercera parte de su anterior sueldo como oficial del Real Ejército.

Ramón García del Postigo casó dos veces. La primera, previa Real Licencia de 21 de octubre de 1784, con Manuela Pérez Senach de Aguilar. En 1807 contrajo matrimonio en segundas nupcias con Rafaela González de Obecurri y Bernedo. No tuvo sucesión en ninguno de sus matrimonios.

 

Bibl.: D. de la Válgoma y J. L. de la Guardia y Pasqual del Pobil, barón de Finestrat, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval, t. IV, Madrid, Instituto Histórico de Marina, 1946, pág. 555, n.º 3956; I. Vázquez de Acuña, Historial de la Casa de Gálvez, 2.ª parte, cap. IX, 2005 (inéd.).

 

Isidoro Vázquez de Acuña y García del Postigo