Catalán de Ocón y Corral, Manuel. Monreal del Campo (Teruel), 18.VII.1822 – f. s. XIX. Propietario agrícola y escritor.
Manuel Catalán de Ocón es el ejemplo más simbólico y, posiblemente, el último representante de lo que supuso en Teruel el antiguo linaje de Catalán de Ocón, vinculado a la localidad de Monreal del Campo desde la Baja Edad Media. Heredó de sus padres un extenso patrimonio agrícola distribuido por las localidades turolenses de Torrijo del Campo, Monreal del Campo, Rodenas y Valdecabriel (Albarracín), además de algunos bienes inmuebles en Calatayud.
La acumulación a lo largo de tantos siglos de numerosas y extensas propiedades agrícolas y su protección mediante la figura jurídica de un mayorazgo lo convirtieron en uno de los principales propietarios de la provincia de Teruel.
Al igual que habían hecho sus antepasados, siguió administrando el patrimonio familiar desde la vivienda que poseía en Monreal del Campo, manteniendo un modo de vida tal vez algo trasnochado en estos momentos del siglo XIX, pero muy acorde con su propia visión nobiliaria de lo que debía representar la aristocracia rural: alternó su cariño por la naturaleza (pasaba largas temporadas en su posesión de Valdecabriel, en plena sierra de Albarracín), el gusto por las labores intelectuales y literarias (escribió numerosos relatos y poesías en los periódicos turolenses), realizó numerosas veladas poéticas en su casa, adquirió lienzos de afamados pintores y mantuvo una espléndida biblioteca, etc. Pero, especialmente, fue conocido en toda la provincia de Teruel por su defensa apasionada del desarrollo económico de los pueblos, la agricultura y las mejoras de las comunicaciones, tan denostadas en las zonas montañosas del interior peninsular.
A partir de 1887, coincidiendo con la crisis finisecular de la agricultura española, criticó duramente a través de la prensa las políticas liberales, abogando por el proteccionismo de los cereales, la bajada de impuestos a los agricultores y la aceleración de la construcción del Ferrocarril Central de Aragón que, en su opinión, debería servir para hacer más competitivos los productos agrícolas.
Sus hijos, Pedro, Clotilde y Blanca, heredaron el gusto familiar por la literatura y la naturaleza, los dos primeros destacaron por sus escritos poéticos y Blanca por ser la primera mujer publicista de la Historia de la Botánica Española. Sin embargo, como hizo la mayor parte de la aristocracia rural en España, acabaron abandonando el mundo rural y sus negocios agrícolas, en franco retroceso desde finales del siglo XIX, para convertirse en terratenientes y seguir nuevos rumbos en las ciudades.
Bibl.: F. Lázaro Polo, “Introducción a la literatura turolense”, en Xiloca, 20 (noviembre, 1997), págs. 257-283; J. M. Carreras Asensio y E. Benedicto Gimeno, “Las Casas Solariegas” y J. M. Jaime Lorén, “Personalidades destacadas del siglo XIX”, en E. Benedicto Gimeno (coord.), Historia de Monreal del Campo, Calamocha, Centro de Estudios del Jiloca, 2006, págs. 99-116 y págs. 159-164, respect.; J. M. Jaime Lorén, La mujer en la ciencia a lo largo de la Historia: Blanca y Clotilde Catalán de Ocón consideradas las primeras mujeres que ejercieron activamente la botánica y la entomología, Valencia, Universidad Cardenal Herrera-CEU, 2006.
Emilio Benedicto Gimeno
