Floriani, Pompeo. Macerata (Italia), 1545 – Forlí (Italia), 20.II.1600-29.II.1600. Ingeniero militar y arquitecto al servicio del emperador Carlos V y de Felipe II.
Padre de otro ingeniero, Pietro Paolo, al servicio de la Corona Hispánica, nació en Macerata en 1545. Según los datos que aporta una inscripción sepulcral encargada por sus hijos, con solo diecisiete años formó parte de la fuerza expedicionaria italiana enviada por el papa Pío IV para ayudar al rey de Francia Carlos IX contra los hugonotes (1562).
Según relata Floriani en su Discurso sobre la goleta y el fuerte de Túnez (Macerata, 1574), Antonio Doria le encargó estudiar la posibilidad de construir un fuerte que garantizara el “seguro” a la entrada del “Lac de puerto de Farina” (Túnez) para impedir el desembarco de la flota musulmana a menos de cien millas de la costa. Juan de Austria, en cambio, prefirió compensar las fortificaciones de la ciudad y hacer construir una fortaleza dentro de las murallas y el estanque de Túnez. Floriani, junto a otros ingenieros, proyectó un fuerte de planta hexagonal irregular, con cuatro baluartes con respectivos “caballeros” frente al campo y dos baluartes reducidos hacia el mar.
Antes de regresar a Italia, Floriani se quedó en Malta y pudo visitar la nueva muralla defensiva de La Valeta, en torno a la isla, erigida por Laparelli en 1566, a la que elogió en el Discurso, declarando imposible un nuevo ataque turco a la isla. En octubre de 1571 participó como sargento de batalla en la batalla de Lepanto y en agosto del año siguiente se le concedió en Mesina el grado de sargento mayor del Ejército español. De vuelta a casa, fue comisionado entre 1575 y 1576 para supervisar el mantenimiento de los caminos, murallas, puentes y fuentes de la comunidad de San Ginesio, construyendo un puente y otras obras hidráulicas sobre el río Esino en la zona de Roscia en 1578, incluido un canal navegable. Más tarde, el papa Gregorio XIII le nombraba general de las armas pontificias, enviándolo a la plaza de Aviñón.
Por orden de Sixto V a principios de 1587, Floriani se encargó de prever el ensanche urbano de Montalto, que incluía, entre otras cosas, la creación de una nueva plaza destinada a unir la antigua villa con el nuevo añadido. El plano, elaborado entre mayo y junio de ese año, dio como resultado un modelo construido con “estuco”, enviado al pontífice. El 25 de octubre de 1587 Antonio Maria Gallo, protector de la Santa Casa de Loreto, llevó a Floriani y Domenico Fontana a la ciudad santa para estudiar el diseño del nuevo anexo urbano deseado por el papa Sixto V. El proyecto de la “Ciudad Feliz”, atribuido a Floriani, consistía en una especie de castrum “disminuido según un sistema mediano de ejes ortogonales”, situado en el lado sur de la ciudad. El nuevo añadido de la “Città Felice” rodeada por un recinto abaluartado hizo del santuario una especie de ciudadela de la fe.
Los contactos establecidos entre Floriani y el capitán general de la infantería veneciana Giovanni del Monte para el reforzamiento de las fronteras orientales de la República, amenazadas por los turcos, datan de 1592. En enero de 1593, envió su propio informe sobre las condiciones que debía cumplir la nueva plaza erigida en Palmanova (región de Friuli-Venecia Julia), así como la necesidad de hacer más efectivas las defensas de Udine, y a principios de octubre, realizó una inspección en Friuli para la elección del lugar de la nueva fortaleza y la definición de sus características técnicas. Seguramente tuvo la oportunidad de colaborar en la fundación de la plaza. Entre 1594 y 1595 también se encargó de “revisar los muros del fuerte de Ascoli y otras cosas necesarias para dicha fortificación”.
En junio de 1595 el marqués Paolo Sforza le pidió que formara una compañía para ser enviada junto con las demás tropas papales para apoyar la lucha contra los turcos en Hungría. Al regresar a Macerata, fue enviado nuevamente a Hungría a principios de 1597. En este periodo transcribió e ilustró el tratado L'ingegnero de Achille Tarducci. Gracias a la lealtad mostrada y a los méritos adquiridos en el campo de batalla, Floriani recibió el 2 de marzo de 1598 el título de coronel de la provincia de Romagna. Entre la primavera y el verano de 1598, fue de Rávena a Ferrara para realizar, junto con otros técnicos pontificios, el “cálculo de nivelación […] del Po” para mejorar la navegabilidad del río. Al mismo tiempo, Clemente VIII le encargó la construcción de la nueva fortaleza de la ciudad. La fábrica debía ser erigida en correspondencia con los tres baluartes preexistentes en el pueblo de San Giacomo.
Apenas comenzadas las obras que habrían alterado radicalmente el plan original de los Farnesio, Floriani comenzó a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad que le acompañaría hasta la muerte. A pesar de esto, en otoño se dirigió urgentemente a Ferrara porque lo construido de la fortaleza amenazaba “ruina”, habiendo cedido el muro o “cortina” entre el baluarte del duque y el de san Clemente. Después de una breve parada en Ferrara a principios de diciembre, murió en Forlí entre el 20 y el 29 de febrero de 1600.
Bibl.: G. Adami, “Floriani, Pompeo”, en Dizionario Biografico degli Italiani, vol. 48, Roma, Istituto dell'Enciclopedia italiana, 1997; P. Bragard, Dictionnaire biographique des ingénieurs des fortifications: Pays-Bas espagnol, principauté de Liège, Franche-Comté, 1504-1713, Namur, Les Amis de la Citadelle de Namur, 2011; J. M. Muñoz Corbalán, “Los ingenieros flamencos en el Ejército español”, en Presencia de ingenieros militares extranjeros en la milicia española, Revista Internacional de Historia Militar, 97 (2019), págs. 91-170.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
