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Alonso Aguilar de Córdoba

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Biografía

Aguilar de Córdoba, Alonso. Alonso Fernández de Córdoba Aguilar. Montilla (Córdoba), 1653 – Madrid, 19.IX.1699. Presbítero, canónigo, abad, arcediano, consejero de Órdenes, oidor, consejero de Estado, cardenal, murió electo inquisidor general.

Nacido noble, fue hijo de Luis Ignacio Fernández de Córdoba Figuer y Aguilar, sexto marqués de Priego y duque de Feria y señor de otros lugares, y de Mariana Fernández de Córdoba y Aragón, hija de Antonio de Córdoba y Aragón, duque de Sesa. Estudió desde muy joven en el Colegio Mayor de Santiago Zebedeo, llamado vulgarmente “de Cuenca”, de la Universidad de Salamanca. Caballero de la Orden de Alcántara, con buena formación y con sus antecedentes nobiliarios, pronto empezó, desde joven, una acumulación de nombramientos. Se le dio la encomienda de Medina de las Torres de la Orden Militar de Alcántara. En 1679 fue nombrado fiscal del Consejo de Órdenes (contaba veintiséis años de edad; véase su nombramiento en J. M. Pou y Martí, 1917). Después fue nombrado comendador de la Orden de Alcántara. Poco después pasó a ser nombrado canónigo de la Santa Iglesia de Córdoba y, más adelante, canónigo de la Sede Metropolitana de Toledo. Sucesivamente fue abad de la colegiata de Baza (Jaén), y después de la de Rute (Córdoba).

Incansable, accedió después a arcediano de la iglesia diocesana de Plasencia (Cáceres). Tuvo un cargo jurídico civil, que fue el de oidor de la Audiencia de Valladolid, y en 1696 accedió a comisario general de la Santa Cruzada. Es cierto que renunció a varios obispados a los que el rey Carlos II le quiso proponer.

Quizás Aguilar de Córdoba aspiraba a más.

Y quizás acertó el Rey cuando le propuso al Papa como cardenal de la Iglesia, porque para el papa Inocencio XII, como dice Pastor, en su Historia de los Papas (ed. 1953): “todos los cardenales previstos en la segunda creación debían la púrpura a la recomendación de sus Soberanos, de suerte que casi todas las naciones recibieron su Cardenal: Portugal [...], Francia [...], España en el canónigo de Toledo Alfonso Aguilar de Córdoba [...]”. Esta promoción cardenalicia se efectuó el 22 de julio de 1697, contando el nuevo purpurado sólo cuarenta y cuatro años de edad. Por cierto, el papa Inocencio XII le envió el birrete cardenalicio, pero no le entregó el capelo rojo y no le asignó la iglesia romana que corresponde a todo cardenal, por no haberse presentado en Roma el propio Aguilar de Córdoba.

El martes 28 de abril de 1699 estalló en Madrid un motín popular, conocido por algunos como “el motín de los gatos”, uno más de los levantamientos populares motivados en principio por las malas cosechas y la subida del precio del pan. Los amotinados, como siempre, al grito de “¡Viva el Rey y abajo el mal Gobierno!” llegaron hasta el Palacio Real. Los historiadores ven que estos desórdenes estaban hábilmente manipulados por las facciones cortesanas cuando la dinastía de los Austrias entraba en su final. Pero en todo este motín no se ve la supuesta intervención y arreglo de Alfonso Aguilar, como escribió G. Moroni (1840), a quien sigue modernamente J. Goñi (1987): “Terrible sublevación” (y según G. Moroni Romano: “terribile sollevazione”), supuestamente sofocada por completo por Aguilar “con su habilidad y prudencia”.

No hubo tal; quizás se confunden con su tío, el conde Aguilar, que intervino en algo pero tampoco como un gran protagonista.

Ese mismo año 1699 Aguilar de Córdoba fue designado por el Rey su Embajador ante la Santa Sede con motivo del jubileo del año 1700, pero cuando se disponía a trasladarse a Roma, le sorprendió la muerte el 19 de septiembre de 1699, cuando solamente contaba cuarenta y seis años y estaba, también, electo, Inquisidor general de España.

Al dar una breve biografía de él, uno de los seis cardenales que dio a la iglesia el Colegio Viejo de San Bartolomé, de Salamanca, dicen F. Ruiz de Vergara y J. Rojas y Contreras (1766) que al morir tan joven el cardenal Aguilar “perdió en él el Colegio en lo mejor de su edad un Prelado de quien debía esperar mucho, por sus singulares talento, y prendas”.

Fue tío carnal de Luis Fernández de Córdoba y Portocarrero, creado cardenal el año 1754 por el papa Benedicto XIV.

 

Bibl.: M. Guarnacci, Vitae, et Res Gestae Pontificum Romanoruum et S. R. E. Cardinalium a Clemente X usque ad Clemente XX [...], Romae, Sumptibus Venantii Moraldini. Ex Typ. Joannis Baptistae Bernado, et Josephi Lazzarini, MDCCLI [1751], cols. 485-487 (frontis con retrato calcográfico que se describe en Iconografía); F. Ruiz de Vergara y Álava, J. Rojas y Contreras, marqués de Alvantos, Historia del colegio viejo de S. Bartolomé, Mayor de la célebre Universidad de Salamanca. Segunda Parte. En Madrid, por Andrés Ortega, 1766, pág. 97; L. Cardella, Memorie storiche de’ cardinali della Santa romana Chiesa [...], Roma, Stamperia Pagliarini, vol. VIII, 1793, págs. 60-61; G. de Novaes, Elementi della storia de’ sommi pontifice [...], Roma, F. Bourliè, 1822, vol. XI, pág. 156; G. Moroni Romano, Dizionario di erudizione Storico-Ecclesiastica de S. Pietro sino ai nostri giorni [...], vol. I, Venezia, Dalla Tipografia Emiliana, pág. 161: “Aguillar, Alfonso, Cardinale”; Ch. Berton, Dictionnaire des cardinaux, contenant des notions générales sur le cardinalat, Petit-Montrouge, J. P. Migne, 1857, pág. 63; V. de la Fuente, Historia Eclesiástica de España, vol. VI, 2.ª ed., corregida y aumentada, 1875, pág. 439: “Apéndice n.º 24. Serie cronológica de los cardenales españoles [...]”; J. M. Pou y Martí, Archivo de la embajada de España cerca de la Santa Sede, II, Índice analítico de los documentos del siglo XVII, Roma, Palacio de España, pág. 234 (contiene: “Encomienda de Medina de las Torres para Alonso de Aguilar”, en el leg. 133: “Órdenes Militares. Caballeros de Santiago”), y pág. 239 (contiene: “Alonso de Aguilar, fiscal del Consejo de órdenes”, en el leg.: “Órdenes Militares. Caballeros de Alcántara”); L. Pastor, Historia de los Papas [...], versión de la 4.ª ed. alemana, vol. XXXII, Barcelona, Ed. Gustavo Gili, MCMLII [1952], pág. 524; T. Egido, “El motín madrileño de 1688”, en Investigaciones Históricas, Valladolid, n.º 2, 1980, págs. 253-294; J. Goñi, “Aguilar de Córdoba, Alonso”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1987, pág. 10.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

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