Blázquez, Ximén. Salas (Asturias), s. m. s. xi – Ávila, 1108. Caballero, repoblador y gobernador de Ávila.
Uno de los primeros repobladores de la tierra de Ávila y origen del linaje Dávila, luego señores de Navamorcuende, Velada y San Román. Según la Crónica de la población de Ávila, acudieron a poblarla “gran compaña de buenos omes de Cinco Villas e de Lara e algunos de Covaleda”; también vinieron otros muchos a poblar Ávila, “e señaladamente infançones e buenos omes de Estrada e de los Brabezos e otros buenos omes de Castilla”. Pues bien, procedentes de Salas de Asturias llegaron, acompañando a Raimundo de Borgoña, Ximén Blásquez (o Ximén Blasco) y Fortún Blasco, hijos de Blasco Ximeno, caballero de aquel lugar. Una vez en Ávila, ambos se integraron en el grupo superior de los “serranos”, dedicados exclusivamente al gobierno y defensa de la ciudad y su término, pues “todos los que fueron llamados serranos trabajáronse en pleyto de armas e en defender a todos los otros”, haciendo constar reiteradamente su superioridad sobre los demás pobladores menestrales y ruanos. Y, en efecto, tanto Ximén Blásquez como su hermano Fortún ocuparon relevantes cargos municipales: al primero le fue confiado, juntamente con Álvaro Álvarez de Burgos, el gobierno de Ávila, en ausencia del conde Raimundo, y al segundo, el mando de su milicia, participando como tal —en unión de su sobrino también llamado Ximén Blasco— en la toma de Ocaña, cuyo gobierno ejerció hasta su muerte en 1107.
Fue heredado en Ávila por el conde Raimundo por venir a poblarla. Allí caso con Menga Muñoz, de la que tuvo cuatro hijos: Nalvillo Blázquez, Ximén Blázquez, Blasco Ximeno (los tres alcaldes de Ávila) y a Muña Blázquez.
De sus hijos se ocupa ampliamente la Crónica. Nalvillo Blázquez protagoniza su segunda parte, en la que se narra la gesta fronteriza entre Ávila y Talavera, entonces en poder de los musulmanes. A su hermano Blasco Ximeno II, primogénito y alcalde de Ávila, se le presenta como héroe de Las Hervencias, enfrentándose resueltamente al rey Alfonso el Batallador, que puso asedio a Ávila, en defensa de quien consideraba su legítimo Monarca; enfrentamiento armado en el que Blasco Ximeno perdió la vida. Nada se dice de su hijo Ximén Blázquez II, repoblador del lugar de Don Jimeno; pero sí de Sancho Ximeno y Gómez Ximeno, hijos del anterior y adalides destacados en las expediciones de 1157 y 1172 a Sevilla, siendo derrotados y muerto el primero de ellos. La Crónica volverá a ocuparse de los primeros Dávila con motivo de los tres cercos y toma de Jaén, acciones en las que tomaron parte caballeros abulenses (un total de veintisiete en la toma), algunos miembros de la estirpe de Ximén Blázquez.
Esta continua actividad bélica de la milicia abulense pone de manifiesto la característica esencial de la caballería: su proyección militar, fruto ahora de un clima propicio para su ejercicio, que crean unos momentos —siglos xi-xiii— particularmente tensos, consecuencia de un duro pero continuo avance hacia el sur, que se plasma en las amplias zonas de Andalucía reconquistadas durante la última centuria antes citada.
Bibl.: L. Ariz, Historia de las grandezas de la ciudad de Ávila, Alcalá de Henares, Luis Martínez Grande, 1607 (ed. facs. Ávila, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, 1978); J. Martín Carramolino, Historia de Ávila, su provincia y obispado, Madrid, Juan Aguado, 1872; A. Hernández Segura, Crónica de la población de Ávila, Valencia, Anúbar, 1966; J. I. Moreno Núñez, “Los Dávila, linaje de caballeros abulenses. Contribución al estudio de la nobleza castellana en la Baja Edad Media”, En la España medieval. Estudios en memoria del Profesor don Salvador de Moxó, 2 (1982), págs. 157-172.
José Ignacio Moreno Núñez
