Ayuda

Agustín Álvarez

Biografía

Álvarez, Agustín. Zaragoza, p. m. s. xvi – c. 1582. Bordador.

Fue la figura más significativa y sobresaliente del arte del bordado en Zaragoza a lo largo del siglo xvi.

Hijo del bordador Gabriel Álvarez y hermano del también bordador Juan Álvarez, supo transmitir el oficio familiar a sus descendientes y aumentar considerablemente la fama lograda por su padre en el arte de la aguja. Trabajó para las principales instituciones eclesiásticas aragonesas y para el arzobispo Hernando de Aragón. Autor de las obras de bordado más ricas y de mayor calidad de cuantas se realizaron en Aragón en el siglo xvi, fue también diseñador y supervisor de otros trabajos artísticos.

Contrajo matrimonio con María Crespo en 1540.

Con ella tuvo varios hijos, Agustín, Juan Agustín, Lázaro y María. Dos de ellos, Agustín y Lázaro escogieron la vida eclesiástica, mientras que Juan Agustín siguió la tradición familiar y se convirtió en un renombrado bordador. Tras el fallecimiento de su primera esposa, en 1571, Agustín Álvarez se casó de nuevo con Antonia de Mallada, con la que debió de tener al último de sus hijos, Francisco.

La fama de este bordador y las numerosas obras que realizó le proporcionaron una próspera situación económica, muy por encima de la alcanzada por otros artífices de la aguja contemporáneos. Agustín Álvarez acumuló, a lo largo de su vida, un buen número de propiedades agrícolas, inmuebles y considerables sumas de dinero en efectivo. Con estas propiedades fue negociando periódicamente para aumentar su fortuna.

Residió en dos casas que poseía en la parroquia de Santa Cruz de Zaragoza y el inventario realizado en 1582, tras su muerte, revela que el bordador vivía rodeado de comodidades. No faltaban en su casa los tejidos caros y de gran colorido, así como los muebles y objetos de valor.

Su vida profesional fue particularmente activa e intensa.

Al menos desde 1536 comenzó a trabajar de forma constante para las principales iglesias aragonesas.

En 1537 reparó y realizó varias piezas para la iglesia de San Pablo de Zaragoza. También por esos años comenzó la relación de Agustín Álvarez con la institución eclesiástica más importante de Aragón: la catedral de San Salvador de Zaragoza. En 1539 los canónigos de dicha iglesia nombraron a Agustín Álvarez bordador de la misma, sin duda teniendo en cuenta que su padre había desempeñado un cargo idéntico en la catedral durante muchos años. Este nombramiento garantizaba a Álvarez quinientos sueldos anuales por la reparación de los ornamentos de la sacristía dañados, y le permitía realizar en el futuro todas las piezas litúrgicas que se necesitasen en la catedral. Las ventajas que Agustín Álvarez logró con este acuerdo aún fueron mayores. A través de sus trabajos en la catedral zaragozana conoció Hernando de Aragón, arzobispo de Zaragoza, la calidad de este bordador y así nació la estrecha colaboración de Álvarez en las empresas artísticas del prelado. Realizó distintas obras para el arzobispo cesaraugustano y, en particular, una capa, cuya calidad y belleza la convirtió en modelo de muchas otras obras bordadas que se realizaron en Aragón y que acometió el propio Álvarez.

El renombre alcanzado por Agustín Álvarez como bordador de la catedral de San Salvador explica también la gran cantidad de obras que confeccionó y ornamentó en su taller. Decoró el paño funerario de la cofradía de los fusteros, maestros de casas, cuberos y torneros de Zaragoza en 1541; bordó varias piezas litúrgicas para la cofradía de Nuestra Señora de los Sábados de la localidad de Ricla (Zaragoza) en 1552; en el año 1553 confeccionó y ornamentó una capa y una casulla que le encargó Juan Zapata, prior de la iglesia del Sepulcro de Calatayud (Zaragoza); colaboró con el bordador Jorge Lobie en el bordado de una casulla y dos dalmáticas para la villa de Villarroya (Zaragoza).

El artista continuó trabajando durante un período de veinte años. A lo largo de este tiempo recibió encargos de importantes instituciones y particulares y vinculó a su hijo Juan Agustín en las tareas que se le encomendaban. Trabajó para el concejo de la ciudad de Zaragoza al menos en dos ocasiones. En 1563 bordó dos paños para las exequias fúnebres de Carlos I y para el recibimiento en la ciudad de su hijo Felipe II. Años después, en 1574, confeccionó y decoró una casulla para el Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Realizó otras obras para Pedro de Luna, obispo de Tarazona, y fue nombrado bordador de los concejos de la villa de Épila y Alagón (Zaragoza), para que se encargase de la reparación y hechura de los ornamentos de esas localidades, tarea que acometió junto a su hijo Juan Agustín.

Finalmente, hay reseñar también que Agustín Álvarez fue maestro de otros bordadores, no sólo de su propio hijo Juan Agustín, sino también de Juan de Mora o Juan de Córdoba, que ingresaron en el taller de este artista quizá con la pretensión de aprender el oficio con el más prestigioso bordador de la ciudad de Zaragoza.

 

Obras de ~: paño funerario de la cofradía de los fusteros, maestros de casas, cuberos y torneros, Zaragoza, 1541; piezas litúrgicas para la cofradía de Nuestra Señora de los Sábados de la localidad de Ricla (Zaragoza), 1552; capa y casulla para la iglesia del Sepulcro de Calatayud (Zaragoza), 1553; paño para las exequias fúnebres de Carlos I y paño para el recibimiento en la ciudad de Felipe II, 1563; casulla para el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, Zaragoza, 1574.

 

Bibl.: A. M.ª Ágreda Pino, “El arte del bordado en Zaragoza en el siglo xvi: Agustín Álvarez”, en Artigrama, vol. 11 (1994- 1995), págs. 389-406; “Las artes textiles en las ceremonias públicas de la ciudad de Zaragoza en la Edad Moderna”, en Artigrama, vol. 12 (1996-1997), págs. 412-414; Los ornamentos en las iglesias zaragozanas. Siglos xvi-xviii. Aportaciones al estudio de los talleres de bordado y de las artes textiles en Aragón en la Edad Moderna, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2001.

 

Ana María Ágreda Pino