Barrafón Viñals, Domingo María. Fraga (Huesca), 4.VIII.1789 – Madrid, 1852. Abogado, corregidor, consejero de Castilla, senador.
Hijo de Antonio Barrafón y de Francisca Viñals, naturales de Fraga. Sus abuelos paternos fueron Antonio Barrafón y Josefa Fox y los maternos, Pedro Juan Viñals y Josefa Tudor.
Iniciada la guerra de la independencia tuvo que abandonar sus estudios en la universidad de Fraga para ingresar como voluntario en el Ejército, donde ascendió hasta el grado de capitán segundo. En esta etapa vivió los dos sitios de Zaragoza, resultando herido y preso por los franceses. Esta acción le hizo merecedor del distintivo de la cinta encarnada y del escudo de defensor de la capital maña. Finalizada la contienda retomó sus estudios en leyes, accediendo como abogado a la Audiencia de Aragón el 22 de enero de 1816.
Al estallar el movimiento revolucionario de 1820 defendió el absolutismo. En recompensa por su fidelidad, el rey le concedió más tarde la intendencia de Aragón y el corregimiento de capa y espada de Zaragoza, donde permaneció hasta septiembre de 1827 en que fue trasladado a la de Cataluña.
Tres años después era destinado a la capital del reino. Por decreto de 21 de agosto de 1830 accedió al corregimiento de Madrid en sustitución de Tadeo Ignacio Gil. No contento con sus atribuciones, el 4 de octubre de 1831 elevó una instancia al monarca solicitando una plaza en el Consejo de Castilla. La petición fue aceptada, sin embargo se mantuvo en secreto hasta que la reina alumbró un nuevo descendiente. La gracia se hizo efectiva por decreto de 3 de febrero de 1832, al ocupar Barrafón Viñals una vacante por fallecimiento de Bernardo Riega. Un año después obtuvo los honores de la Cámara.
En 1834, al suprimirse el Consejo de Castilla y cesar en su puesto, trasladó su residencia al extranjero con el objeto de restablecer su salud y tomar los baños de Baden, en Alemania, y Aix, en Francia. Seis años más tarde, desde Marsella, escribió a la regente manifestándole su fidelidad a la Constitución y a la causa de su hija Isabel, así como su deseo de regresar a España. De nuevo en la Península, sus dolencias reumáticas le obligaron a solicitar su jubilación en 1845.
No obstante, su enfermedad no le impidió iniciar carrera política. Por decreto de 6 de octubre de 1849, la reina Isabel II le nombró senador vitalicio, cargo que juró en el hemiciclo de la Cámara alta el 17 de enero de 1850, donde permanecerá hasta su fallecimiento dos años después.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Ministerio Justicia, Jueces y Magistrados, leg. 4293; Archivo del Senado, sign. HIS-0050-05; Diario de Sesiones del Senado, legislatura 1851 y 1852.
J. Arias Teijeiro, Diarios, vol. II, Pamplona, Universidad de Navarra, 1966, págs. 337, 338, 340, 342-343, 349, 352 y 356-357.
Juan Antonio Pérez Juan
