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Juan de Soto y Aguilar Montoya y Navarro

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Biografía

Soto y Aguilar Montoya y Navarro, Juan de. Zaragoza, 1712 – San Fernando (Cádiz), 24.XII.1796. Marino y teniente general de la Real Armada.

Nació en el seno de una familia de la nobleza aragonesa. Su padre, Juan de Soto, fue sargento mayor de Zaragoza y caballero de la Orden de Santiago, y su madre fue Agueda Montoya y Navarro. Su juventud transcurrió en su casa familiar sin hechos dignos de señalar. Su familia le proporcionó la educación propia de la época y condición. Cuando nació reinaba en España Felipe V, en plena Guerra de Sucesión, aunque al año siguiente se firmaría la Paz de Utrecht. Decidido a realizar la carrera de las armas en su variante marinera, solicitó y obtuvo carta-orden de guardia marina y sentó plaza de guardia marina en el departamento de Cádiz (22 de enero de 1727), con tan sólo quince años de edad. Concluidos los estudios elementales, embarcó en 1729 en el navío San Fernando, mandado por el capitán de navío Juan José Navarro. Ascendió a sub-brigadier (1 de mayo de 1730) y ejerciendo de oficial, hizo un viaje redondo a la América del Norte con la escuadra de galeones mandada por Manuel López Pintado, marqués de Torre-Blanca, que duró hasta el 30 de noviembre de 1730. En el año de 1731, hizo la campaña de Italia con la escuadra del jefe de escuadra Blas de Lezo para pedir satisfacciones a los genoveses, y concluida, se incorporó a la escuadra del teniente general Francisco Cornejo, con la que asistió a la reconquista de Orán (5 de julio de 1732), embarcado en el navío Real Familia, encargado de treinta y seis guardia marinas y concluida esta operación de guerra, retornó a Cádiz. Patiño, que no logra conciliar los intereses españoles con los ingleses, pasa a apoyarse en Francia. Ascendió a alférez de fragata (19 de agosto de 1733) y fue destinado a los batallones de Marina del Departamento, como oficial de batallones, donde permaneció hasta su ascenso a teniente de batallones o alférez de navío (17 de junio de 1735).

En 1736 hizo un viaje a Buenos Aires en el navío La Galga mandado por el capitán de navío Nicolás Geraldino; hubo un levantamiento en esta campaña y pasó Soto de guarnición con cuarenta hombres de su compañía a una fragata mandada por Agustín Alducin para sofocarlo, y se batieron durante dos horas con los portugueses, que aunque sus fuerzas eran superiores, tomaron los pasos y puertos que se disputaban, en una campaña que duró hasta marzo de 1739. Se firma la Convención del Pardo, con la que se quiere evitar la guerra hispano-inglesa. Los motivos de fricción entre Madrid y Londres se mantenían plenamente vigentes: Gibraltar, Menorca, las pesquerías de Terranova, la corta de palo en Campeche, el contrabando y las presas marítimas ya habían sido causa de rupturas. Los ingleses soportaban malamente las visitas y confiscaciones de sus navíos por parte de los españoles en relación con el comercio americano y el enfrentamiento de ambos países en Carolina y Florida los van a colocar al borde de la guerra. Para evitarla se firma dicha Convención. Pero la Convención fue recibida en Londres en medio de un ambiente claramente belicista y en el Parlamento se le dispensó una mala acogida, lo que al ser conocido por Felipe V provocó que éste pusiera dificultades para su aceptación.

El ambiente se colmó en Inglaterra con los relatos de un contrabandista, Jenkins, sobre las brutalidades de los españoles, que le habían arrancado una oreja. Finalmente, la guerra fue inevitable y el 23 de octubre de 1739 comenzaba la denominada guerra de la oreja de Jenkins.

Ascendió a teniente de fragata (28 de agosto de 1740), y en dicho año pasó a Ferrol en el navío Real Familia con la escuadra del marqués de Torre-Blanca, Manuel López Pintado, y de allí salió para América del Norte en el citado navío mandado por Rodrigo de Torres. Practicó en aquellos mares muchas y distintas comisiones, realizando trece salidas a la mar con su navío hasta octubre de 1744. En dicha fecha pasó al navío Príncipe, bajo el mando de Rodrigo de Torres, con el que salió para la Península; desarboló su buque a la desembocadura del canal de Bahamas, por lo que arribó a la aguadilla de Puerto Rico, a donde fondearon tres navíos ingleses a batirlos; su comandante lo comisionó con pliegos para La Habana en una balandra a pedir auxilio al general Andrés Reggio, que mandaba la escuadra de Barlovento, quien salió a los veintidós días, mientras Soto en su compañía en una fragata mercante con pliegos para la Península; fue apresado por los ingleses y llevado a Lisboa, habiendo perdido su equipaje, y a su costa se trasladó a la Corte, a donde llegó en mayo de 1745, y en septiembre siguiente se le destinó al navío el Real, que se hallaba en Cartagena. En 1746 fue nombrado primer oficial de órdenes del marqués de la Victoria y ascendió a capitán de Infantería o teniente de navío (17 de junio de 1747), hasta que ascendió a capitán de fragata y fue nombrado ayudante mayor general del departamento de Cartagena (20 de noviembre de 1749). De forma más bien repentina, murió Felipe V (7 de julio de 1746) y se declaró rey a su hijo Fernando VI, segundo vástago de su primer matrimonio, el cual aplicaría una política neutralista durante su reinado.

En marzo de 1750 fue enviado a Cádiz por orden de la Corte a ocupar interinamente la Mayoría General de la Armada, hasta mayo de 1751 en que por real orden volvió a su anterior destino en Cartagena, donde continuó hasta el 18 de septiembre de 1753 en que fue nombrado segundo comandante del navío Reina. El 20 de marzo de 1754 fue promovido al empleo de capitán de navío y designado segundo del navío Galicia, con el que pasó a Cartagena, en donde desembarcó el 25 de abril siguiente.

Por Real Orden fue nombrado para trasladarse al departamento de Cádiz (24 de septiembre sucesivo), y el 1.º de febrero de 1755 empezó a ejercer la interinidad de la Mayoría General de la Armada, que sirvió hasta abril de 1758 por un período de tres años y dos meses sin más sueldo que el de capitán de navío.

En dicho año obtuvo el mando del navío Aquilón, con el que hizo dos salidas en la escuadra de Andrés Reggio; por octubre del referido año se le confirió el mando del navío Conquistador, el 6 de diciembre salió a probar dicho navío, y a su regreso se le comisionó para ir a Ferrol a transportar tres compañías de Marina con treinta y un oficiales que iban a dotar los navíos de aquel departamento, cuya salida se realizó el 14 de febrero de 1759. Se mantuvo en Ferrol hasta que salió incorporado con aquellos navíos a las órdenes de Juan Ignacio Salavarría, y en la mar se le mandó dirigirse en demanda de Cádiz, en donde se le comisionó para convoyar los navíos mercantes hasta Canarias y recoger caudales allí (23 de junio), regresando el 14 de agosto. Fernando VI muere de un ataque epiléptico (10 de agosto de 1759), su sucesor sería su hermanastro el Rey de Nápoles, Carlos, que reinó en España como Carlos III. El 29 del mismo mes e incorporado a la escuadra el marqués de la Victoria, fue a Nápoles a transportar a Barcelona al nuevo rey y a toda su Real Familia; concluida la comisión regresó a Cádiz y quedó desembarcado (17 de octubre de 1759). Al año siguiente fue designado comandante del navío Santiago la España (18 de febrero de 1760), nombrado capitana de la flota mandada por Carlos Reggio a quien hizo de capitán de bandera y con el que se trasladó a la América del Norte, y regresó a Cádiz (13 de septiembre de 1761), cesando en el mando a la llegada. Las presas marítimas, las pesquerías de Terranova y los establecimientos ingleses en Honduras mantenían enrarecidas las relaciones hispano-británicas, mientras proseguía la guerra de los Siete Años con clara desventaja para Francia, que seguía procurando que España abandonara su neutralidad y entrara en el conflicto como su aliada. Ante la actitud inglesa, nada flexible, Carlos III ordenaba el rearme y abría negociaciones con París. El 15 de agosto de 1761 se firmaba un tratado conocido como el Tercer Pacto de Familia: si Inglaterra no aceptaba las moderadas condiciones de paz que Francia proponía, España declararía la guerra.

El 2 de enero de 1762 España declaraba la guerra a Inglaterra. Poco tiempo después, tomó el mando del navío Dragón (18 de febrero de 1762), en donde estuvo la mayor parte del tiempo en guerra de guardia en la boca de la bahía de Cádiz hasta el 7 de enero de 1763, que pasó a mandar el navío Septentrión. El 10 de marzo se firma en París un tratado entre España y Francia con Inglaterra que pone fin a la guerra de los Siete Años, y que significaba para Francia el final, casi, de su imperio ultramarino: una parte de la Luisiana pasaba a España, que cedió a Inglaterra la Florida, Pensacola y las tierras que poseía en torno al Misisipi a cambio de las conquistas realizadas por Inglaterra durante la guerra. El 1 de agosto siguiente pasó a mandar el navío Terrible, con el que salió para Canarias convoyando a las fragatas de guerra Industria y Concepción, que seguían para América, y cumplida esta comisión a la vista de Tenerife, regresó a Cádiz y por efecto de un temporal arribó a Cartagena dando fondo el 20 de diciembre. Regresó de Cartagena a Cádiz en conserva de la fragata Astrea (6 de febrero de 1764), mandada por el capitán de fragata Trujillos, y una vez reparadas las averías producidas por el temporal. El 30 de marzo hizo la primera salida en comisión de corso sobre los cabos de San Vicente y Santa María; el 13 de abril hizo la segunda; el 19 de mayo la tercera con orden de incorporarse con los navíos procedentes de Galicia y seguir a Cartagena de Levante a llevar doscientos setenta y siete soldados de Marina que conducía el de su mando incorporado con el navío Princesa, ambos del mando del capitán de navío José de Rojas; hizo el relevo de la guarnición de Orán (8 de junio) y condujo a Alicante el batallón de Burgos (17 del mismo), y el 2 de julio salió del mismo puerto para el de Orán con el 2.º batallón de Aragón, regresando después a Cartagena con el regimiento de Toledo (12 del mismo mes) y más adelante a Cádiz, de donde salió el 4 de agosto en conserva del navío Atlanta y a las órdenes del marqués de Casa-Tilly, con los dos chamberquines Andaluz y Aventurero y los dos jabeques Cuervo y Catalán, del mando del conde de Pinateli con comisión de corso sobre las costas de Salé desde el cabo Espartel (sondando y reconociendo la costa) hasta Mogador de Guía, fortalezas que les batieron y tuvieron que corresponder al fuego, poniendo a cubierto los jabeques, siguieron al cabo de San Vicente, y de aquí a Cádiz (7 de septiembre), donde a su llegada cesó en el mando. En 1765 obtuvo el mando del navío Galicia, con el que salió convoyando hasta Canarias varias embarcaciones de comercio (26 de abril), y seguir hasta Cartagena para incorporarse a la escuadra del marqués de la Victoria, con cuya escuadra condujo a Génova a la infanta de España, regresando con la princesa de Asturias (después la reina María Luisa, dando fondo en Cartagena el 11 de agosto.

El 25 del mismo mes salió con la referida escuadra para Cádiz, y allí pasó a mandar el navío Castilla y salió para Cartagena de Indias de comandante de los guardacostas de Costa Firme, de cuya comisión solicitó ser relevado por su estado de salud, y habiéndolo conseguido cesó en el mando el 24 de septiembre. Se le confirió por Real Orden el cargo de comandante en jefe del Cuerpo de Pilotos (28 de abril de 1766), y el de vocal de la Junta de redacción de Ordenanzas.

Fue promovido a brigadier (21 de abril de 1774), tras veinte años en el anterior empleo, habiendo mandado ocho navíos de línea y desempeñado a satisfacción del Gobierno las comisiones que le confiaron.

Continuó en su anterior cometido y, por su exacto cumplimiento en él, se le otorgó la cruz pensionada de la Real Orden de Carlos III. Obtuvo el mando del navío de tres puentes San Pedro de Alcántara, con el que salió para Lima, visitando además las islas Malvinas y varios puertos de las costas de Chile y regresó a Cádiz a fines de 1780. Después llevó tropas a Vigo y La Coruña, de donde pasó a Ferrol y luego a Cádiz, cesando en el mando por desarme del buque (1 de agosto de 1782) y quedando en el departamento gaditano.

Ascendió a jefe de escuadra (14 de enero de 1789), después de haber permanecido más de catorce años en su anterior empleo. Siguió en la capital departamental, ya embarcado de subalterno en diferentes escuadras, ya en los destinos propios de su rango, hasta el 5 de septiembre de 1795 que ascendió a teniente general, y falleció al año siguiente en la isla de León de muerte natural, a los ochenta y cuatro años de edad y sesenta y nueve de honrosos servicios a su patria.

 

Fuentes y bibl.: Archivo-Museo don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), leg. N.º 620 /1182, exp. personal.

F. P. Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personales notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, t. III, Madrid, Imp. de F. García, 1873, págs. 501-505; D. de la Válgoma y el Barón de Finestrat, Real Compañía de guardiamarinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes, Madrid, Instituto Histórico de Marina, 1955, asiento 407, pág. 63; C. Martínez-Valverde, “Biografía de Juan Soto y Aguilar”, en VV. AA., Enciclopedia general del mar, t. VIII, Barcelona, Ediciones Garriga, 1957, págs. 190-191; C. Fernández Duro, Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón, t. VII, Madrid, Museo Naval, Gráficas Lormo, 1973, pág. 30; F. González de Canales, “Biografía de Juan de Soto y Aguilar, teniente general de la Armada”, en Catálogo de pinturas del Museo Naval, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, pág. 166.

 

José María Madueño Galán

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