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Joaquín Sánchez Cutanda y Miralles

Biografía

Sánchez Cutanda y Miralles, Joaquín. Rubielos de Mora (Teruel), 10.VII.1745 – Huesca, 28.II.1809. Obispo de Huesca, canonista, catedrático.

Miembro de una familia de la pequeña nobleza rural, aprendió las primeras letras y cursó las humanidades en su localidad natal, desplazándose después a Zaragoza en compañía de su tutor y tío materno José Miralles, fiscal de lo civil en la Audiencia cesaragustana. En el Alma Mater de la capital aragonesa estudió tres años de Filosofía y ocho de Derecho Civil y Canónico, doctorándose en éste. Nombrado profesor titular de varias cátedras de la Facultad de Derecho, obtendría, mediante la correspondiente oposición, la de Derecho Canónico, desempeñada por espacio de un cuatrienio. Ulteriormente, tras brillantes ejercicios, lograría la dignidad doctoral del Cabildo catedralicio segobricense, pasa ocupar luego, en 1775, la misma canonjía en la catedral de la archidiócesis zaragozana. Dotado de grandes dosis de prudencia y habilidad y dueño de una amplia y variada cultura, sería designado, por sus prelados y compañeros, juez de expolios y vacantes, examinador sinodal y gobernador de la mitra en sede vacante. En las postrimerías de 1797 —17 de diciembre— fue nombrado obispo de Huesca, silla entonces de pingües rentas, cuya importancia estratégico-política se había peraltado a consecuencia de su proximidad a una Francia mirada con indisimulable recelo por la jerarquía eclesiástica y las esferas estatales, no obstante, sus buenas relaciones diplomáticas, una vez asentado en el poder Napoleón Bonaparte. Sánchez Cutanda no defraudó las esperanzas depositadas en su actuación por la Corona al conjugar en su tarea el talento organizador con una acusada sensibilidad política. De gustos y aficiones suntuarios, remodeló casi desde sus cimientos el palacio episcopal conforme a patrones principescos, que no concitaron, sin embargo, el rechazo de su grey a causa de una caridad pública ejercida desbordadamente. Sobrevenida la Guerra de la Independencia, participó en las Cortes de Zaragoza convocadas por el general Palafox tras el primer asedio francés de la ciudad. A su muerte, y después de una larga y accidentada tramitación, terminada con un acuerdo entre el Cabildo oscense y el famoso orador sagrado y escritor religioso padre Miguel Santander, ejerció el gobierno eclesiástico de la sede hasta el fin de la contienda, con rectitud y sin ataduras ni dependencias serviles con el poder napoleónico por el mencionado fraile capuchino.

 

Bibl.: V. Catalina, Episcopologio de la diócesis de Huesca, Huesca, Imprenta de la Viuda e Hijos de Castanera, 1891; J. M. Cuenca Toribio, Aproximación a la historia de la Iglesia española contemporánea, Madrid, Rialp, 1979; Estudios sobre el catolicismo español, vol. I, Córdoba, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1990; D. Peñart Peñart, “Joaquín Sánchez Cutanda (1798-1809)”, en Aragonia Sacra, XVI-XVII (2001-2003), pág. 78.

 

José Manuel Cuenca Toribio