Hijo de un militar vitoriano que alcanzó su máximo destino en la capital navarra, y de una aristócrata guipuzcoana, su infancia y juventud transcurrieron entre sus estudios en Francia y una breve carrera castrense donde apenas alcanzó el grado de capitán. Aquélla fue interrumpida en 1774 para volver a su tierra, alegando el motivo de tener que hacerse cargo de su casa. Inició su carrera política en 1781 como alcalde de Vitoria, destacando su proyecto de ampliación de la ciudad con la construcción de la llamada Plaza Nueva. Aunque volvió a ser máximo responsable del Ayuntamiento en 1796, su trayectoria hasta comienzos del xix se vinculó más a actividades culturales que a acciones políticas. Fue socio de número de la Sociedad Bascongada de Amigos del País, agrupación elitista donde contaba con varios familiares entre sus dirigentes, y se caracterizó por su fomento de las actividades artísticas y culturales. Así, financió las actividades eruditas de su capellán y administrador de bienes, Lorenzo del Prestamero, destacando su interés en la formación de un excelente gabinete de Antigüedades y de Historia Natural. Perteneció al círculo de notables —primero ilustrados, luego afrancesados y finalmente liberales moderados— que dominó la vida sociopolítica vitoriana y alavesa en la crisis del Antiguo Régimen. Ya había participado eventualmente en diversas actuaciones al servicio de la provincia desde que actuó como comisionado en Corte en 1779, donde intentó inútilmente suavizar la política ministerial vista como antiforal desde el País Vasco a raíz de los decretos de libre comercio. Pero su principal actividad política tuvo lugar durante su gestión como diputado general de Álava en el trienio que siguió a diciembre de 1803. [...]