Fernández de Quintana, Martín. Quintanaortuño (Burgos), s. m. s. xii – Calatrava la Nueva (Ciudad Real), 1218. Octavo maestre de la Orden de Calatrava.
Salvo su probable lugar de nacimiento en la localidad burgalesa de Quintanaortuño, no se sabe nada de Martín Fernández de Quintana hasta su elección como octavo maestre de Calatrava tras la muerte de su predecesor Rodrigo García, producida casi con toda seguridad en 1215.
Su breve maestrazgo de tres años de duración se halla asociado a dos iniciativas de indiscutible trascendencia: el traslado de la sede del convento central de la orden desde Calatrava la Vieja al castillo más meridional de Dueñas, pronto denominado Calatrava la Nueva, y la sujeción de la milicia leonesa de San Julián del Pereiro, desde entonces Orden de Alcántara, al convento de Calatrava.
El cronista Rades sitúa el primer acontecimiento en 1217, y aunque no hay prueba documental que avale la certeza de la fecha, no es imposible que así fuera. Los motivos del traslado pueden relacionarse con las insalubres condiciones del viejo emplazamiento, junto al Guadiana, como en su día apuntó el cronista, pero no se debe perder de vista la mejor situación estratégica del enclave de Dueñas (Calatrava la Nueva), en la ruta que por el puerto del Muradal comunicaba Toledo con las tierras andaluzas que la victoria de Las Navas habían abierto a los proyectos expansionistas de la Monarquía castellana.
En este sentido, parece lógico pensar que este traslado a lugar más cercano a la frontera se produjera en unos años de tregua con los almohades que, concluida en 1213, se prorrogaría algo más de una década.
El segundo tema, el de la mediatización disciplinaria sobre la orden del Pereiro-Alcántara, se inscribe en todo un proyecto del convento calatravo que desde hacía años venía procurando el control del conjunto de las milicias cistercienses operativas en la Península. Por testimonios indirectos se sabe que desde 1215 ya se pudieron producir algunas visitas correctoras por parte de freires calatravos al convento portugués de Avis, y en aquel mismo año, y a petición de los freires de Monfragüe, el capítulo general del Císter aprobaba su incorporación a la milicia de Calatrava bajo el control disciplinario de Morimond.
Pues bien, también en este contexto, es en el que hay que situar el acuerdo de julio de 1218 por el que el Pereiro reconocía su sujeción a Calatrava y la capacidad de visitación de ésta sobre su convento, a cambio de la recepción de la fortaleza de Alcántara, que el maestre Martín Fernández había recibido de manos de Alfonso IX un año antes, y de cuantos bienes poseían los calatravos en el reino de León. Otros acuerdos alcanzados en aquella ocasión fueron que la orden de Pereiro no admitiría como prior a ningún monje, salvo expreso consentimiento; que cuando se verificara la elección de prior, ésta recaería en algún miembro de la casa, de la de Calatrava o de alguna de sus filiales, siempre y cuando no fuera monje; que el maestre de Pereiro asistiría al capítulo en que se procediera a la elección del maestre de Calatrava; y finalmente que el maestre de Calatrava no podría enajenar posesión alguna del Pereiro sin expreso acuerdo de su maestre y convento. Muy poco después de firmado este acuerdo se produjo el fallecimiento del maestre Martín Fernández de Quintana.
Bibl.: F. de Rades de Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, Toledo, 1572, Chronica de Calatraua, fols. 33r.-34r. (ed. facs. Barcelona, 1980); D. W. Lomax, “Las milicias cistercienses en el reino de León”, en Hispania, 23 (1963), págs. 29- 42; J. F. O’Callaghan, “Sobre los orígenes de Calatrava la Nueva”, en Hispania, 23 (1963), págs. 494-504 (ed. en J. F. O’Callaghan, The Spanish Military Order of Calatrava and its Affiliates, t. III, Variorum, London, 1975); C. de Ayala Martínez, “En torno a la filiación disciplinaria de la Orden militar de Alcántara (siglos xii-xiii)”, en Anuario de Estudios Medievales, 28 (1998), págs. 345-361.
Carlos de Ayala Martínez