Santiago Concha y Jiménez de Lobatón, José de. Marqués de Casa Concha (IV). Santiago de Chile (Chile), 30.III.1760 – 1834. Letrado, oidor en audiencias de Indias, gobernador interino.
Pertenecía a una familia con larga tradición en la judicatura indiana, pues era hijo del limeño Melchor José de Santiago Concha (1716-1795), oidor en Santiago de Chile, y nieto del también limeño José de Santiago Concha y Méndez Salvatierra (1667-1741), oidor en Lima, y nieto por línea materna de Nicolás Jiménez de Lobatón, I marqués de Rocafuerte y presidente de la Real Audiencia de Charcas, hijo éste de Juan Jiménez de Lobatón y Morales, oidor en Lima y también presidente de Charcas.
El 3 de agosto de 1779 ingresó en beca de merced al Real Colegio Seminario de Santo Toribio en Lima, y sólo se graduó de bachiller en Leyes por la Universidad de San Marcos, pues, decía en 1802, no haberse “podido graduar de doctor por las escasas facultades del expresado su padre”, y fue recibido como abogado por la Real Audiencia de Lima el 7 de diciembre de 1784.
Sobre consulta del 20 de junio de 1794 fue nombrado oidor propietario de la Real Audiencia de Santiago de Chile para ocupar la vacante por promoción a Lima de Juan Rodríguez Ballesteros, con goce a medio salario mientras viviera su padre. Por real provisión despachada en San Lorenzo el Real del 26 de noviembre de 1794 se le libró título de esta plaza, la que comenzó a servir el 19 de diciembre de 1795.
Mientras sirvió en Chile, se desempeñó como vocal de la Junta de Temporalidades, juez de Bienes de Difuntos, y director de la Academia Carolina de Leyes Reales y Práctica Forense, y como a la partida del presidente, gobernador y capitán general Joaquín del Pino para asumir como virrey del Río de la Plata, la Audiencia carecía de regente, pues aún no llegaba el sucesor de Rezábal y Ugarte, José de Santiago Concha se hallaba en calidad de oidor decano y así le tocó asumir la presidencia interina desde el día 8 de abril de 1801, hasta el día 31 de diciembre del mismo año, en que la entregó al oidor Francisco Tadeo Díez de Medina, quien reasumía su oficio como oidor más antiguo.
En 1811 Santa Cruz de Triana lo eligió como diputado a la Junta Central y el conde de la Conquista lo nombró su asesor legal en la Junta Gubernativa, pero rechazó esta designación, y en el mes de abril de 1811, tras los sucesos del motín de Figueroa, junto al regente Juan Rodríguez Ballesteros, fue el único ministro que no renunció a su oficio, hasta que el 24 de dicho mes la Junta les intimó un oficio en que, “considerando que se mostraban contrarios a la justa causa que sostiene el reino para conservar estos dominios al señor don Fernando VII”, los separó de su plaza y lo confinó a la chacra de Nuñoa, de propiedad de su suegro y cuñado, José Nicolás de la Cerda, con goce a una pensión mensual de 150 pesos.
Durante la Restauración, reinstaló la Real Audiencia el 15 de marzo de 1815, bajo la presidencia de Mariano Osorio, y se mantuvo en su carácter de decano hasta la madrugada del 13 de febrero de 1817, día en que huyó a Valparaíso, tras conocer la derrota de las armas reales en Chacabuco, y poco tiempo después solicitó permiso a las nuevas autoridades para pasar a Lima, pero le fue denegado y sólo obtuvo autorización para pasar a Río de Janeiro, desde donde se dirigió a la Península, a la que llegó en pleno trienio liberal, por lo que hubo de regresar a Chile en 1823, donde permaneció retirado de la vida pública hasta que en 1833 solicitó al Gobierno que se le pagara la jubilación que le había concedido el Congreso de 1811. El presidente de la República pasó tal solicitud al Senado, y éste, en su sesión del 17 de julio de 1833, acordó acogerla y, más aún, restituirlo a una plaza de ministro de un tribunal superior de justicia del país, lo que no se verificó por su muerte.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Chile, 223; Lima, 789, 796; Ultramar, 802; Archivo Nacional Histórico de Chile, Capitanía General, 52, 746; Real Audiencia, 2.268, 2.836, 3.005, 3.232.
M. Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú, t. II, Lima, Imprenta de J. Francisco Solís, 1876, págs. 405- 408; J. T. Medina, Diccionario biográfico colonial, Santiago de Chile, Imprenta Elzeviriana, 1906, págs. 811-812; J. L. Espejo, Nobiliario de la Antigua Capitanía General de Chile, t. I, Santiago de Chile, Imprenta Universitaria, 1917, págs. 235-237; L. Roa y Ursúa, El Reyno de Chile 1535-1810. Estudio histórico, genealógico y biográfico, Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1945, págs. 690-692; H. Espinosa Quiroga, La Academia de Leyes y Práctica Forense, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1954, pág. 109.
Javier Barrientos Grandon