Sacristán Luzón, Manuel. Madrid, 5.IX.1925 – Barcelona, 27.VIII.1985. Filósofo, político.
Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Barcelona y Lógica en la de Münster, en Westfalia, donde tuvo como maestro a H. Scholz. El magisterio de Ortega y Gasset también se deja sentir en su obra juvenil. Sacristán enseñó Filosofía y Metodología de la Ciencia de modo intermitente, por razones políticas, en la Universidad de Barcelona desde 1956.
Sacristán no fue un filósofo sistemático, sino que entendió el filosofar esencialmente como análisis de fundamentos del saber, sin pretensión sistemática.
Introdujo el cultivo de la lógica simbólica y la filosofía de la ciencia en la Universidad española a mediados del siglo xx. Pero también prolongó la reflexión filosófica de raíz marxiana. El marxismo de Sacristán es cientificista en sentido fuerte, y muy crítico con su propia tradición; su cultivo del pensamiento marxista es intensamente original. Es autor de dos tratados de lógica formal, uno de ellos publicado póstumamente.
La primera aportación de Sacristán a la filosofía de la praxis consiste en una reelaboración de la relación entre las ciencias positivas, el filosofar y la actividad práctica. Sacristán entiende el recurso a los métodos de los científicos como el inicio del conocimiento verdadero; sin embargo, dada la selectividad del punto de vista desde el que se obtienen los resultados de cada ciencia, o, por decirlo de otra manera, dadas las especializaciones de las ciencias, éstas no alcanzan por sí mismas el conocimiento de lo concreto o particular; para aproximarse al conocimiento de lo concreto, los saberes de los científicos han de ser interrelacionados entre sí, lo cual es ya una operación de naturaleza no científica sino filosófica, y con la práctica, con el trato, con el objeto, lo cual no es visto como verificación del saber obtenido sino como consumación del conocimiento mismo. Esta toma de posición se extendía además a la crítica de las metafísicas idealistas insertas en la tradición del pensamiento marxista.
En otro orden de cosas, debe ser destacada la posterior aportación de Sacristán a la filosofía de la ciencia, que se realiza en el plano de una evaluación de la tecnociencia, o ciencia incorporada a la producción, de su tiempo. La enorme potencialidad de la tecnociencia contemporánea, ya sea en el plano de lo nuclear, de la química industrial o de las biotecnologías, es vista por Sacristán como ontológicamente peligrosa, en sí misma, pues esas potencialidades productivas son también potencialidades destructivas. Propugna en consecuencia una actitud de contención y de prudencia, apolínea, respecto de su empleo. Sacristán emprendió en sus últimos años una crítica del productivismo y el progresismo, corrientes en los autores de la tradición socialista.
En el plano de la filosofía política, que le interesaba muy vivamente, también es preciso distinguir entre la producción juvenil de Sacristán y su etapa más madura.
Inicialmente Sacristán reelaboró ideas del filósofo y político italiano Antonio Gramsci, partiendo del concepto de hegemonía de éste, en los órdenes cultural y político. En su etapa de madurez Sacristán puede ser considerado como un fundador del ecologismo político. Puso en cuestión la escatología presente en la tradición política del movimiento obrero, y trató de refundar las bases de un movimiento emancipatorio centrado no solamente en la explotación de los seres humanos sino también en el expolio de la naturaleza, que veía originadas en idénticas causas sociales.
Al propio tiempo, inició una fecunda reflexión crítica sobre la violencia en la política y, junto con su esposa, Giulia Adinolfi, propugnó una feminización del sujeto emancipatorio, al entender que los valores femeninos originados en la abnegación y la continuidad nutricia debían ser objeto de universalización.
Ecologismo, feminismo, pacifismo y emancipación social pueden ser los epítomes del filosofar político del último Sacristán.
Este filósofo fue también un importante dirigente político, pues perteneció a los organismos dirigentes del comunismo catalán entre 1956 y 1969, período en el que cargó con importantes responsabilidades clandestinas; y posteriormente animó, de un modo no sólo teorético sino práctico, diversos movimientos sociales.
Sacristán desarrolló también una inmensa labor de traducción científica y filosófica, pane lucrando, en los períodos en que fue excluido de la actividad universitaria.
El conjunto de su obra, incluidos materiales inéditos, se encuentra depositado en el Fondo de Reserva de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona.
Obras de ~: Las ideas gnoseológicas de Heidegger, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1957; Introducción a la lógica y al análisis formal, Barcelona, Ariel, 1964; Panfletos y Materiales, Barcelona, Icaria, 1983-1985 [contiene: I, Sobre Marx y Marxismo; II, Cuestiones de Filosofía; III, Intervenciones políticas; IV, Lecturas]; Ecologismo, pacifismo y política alternativa, Barcelona, Icaria, 1987; Lógica elemental, Barcelona, Vicens Vives, 1996; El orden y el tiempo, Madrid, Trotta, 1998.
Bibl.: VV. AA., “Manuel Sacristán Luzón, 1925-1985”, vol. monogr. en Mientras tanto (Barcelona), n.º 30-31 (mayo de 1987); M. Manzanera Salavert, Teoría y práctica. La trayectoria intelectual de Manuel Salazar Luzón, tesis doctoral, Universidad, 1994; VV. AA., “Homenaje a Manuel Sacristán en el 10.º aniversario de su muerte”, vol. monogr. en Mientras tanto, n.º 63 (otoño de 1995); S. López Arnal y P. de la Fuente, Acerca de Manuel Sacristán, Barcelona, Destino, 1996; M.ª Rosa Borrás, “La filosofía según Manuel Sacristán”, en Mientras tanto, n.º 89 (invierno de 2003), págs. 17- 37; J. R. Capella, La práctica de Manuel Sacristán. Una biografía política, Madrid, Trotta, 2005.
Juan Ramón Capella