Urizar, Ortuño de. Dima (Vizcaya), 1564 – Dunkerque (Holanda), 1631. Proveedor de la Armada, veedor general de Comercio en Flandes, proveedor de Comercio y Contrabando.
Nacido de acrisolada familia hidalga, por su rango Ortuño de Urízar fue destinado a ser alcalde en su pueblo de Dima y patrón devisero de la iglesia local, consagrada a San Pedro. En Bilbao ejerció diversos cargos en relación con el control de la moneda extraída ilegalmente del Reino y con la teneduría del Libro de Registros para las mercancías exportadas e importadas a través del señorío de Vizcaya, cargo que le creó hostilidades enconadas, porque las Juntas, partidarias de un comercio abierto con el exterior, enviaron una serie de escritos a la Corte solicitando desapareciera el citado libro. Hasta tal punto llegó a ser tensa la situación, que el pueblo de Bilbao se amotinó contra Urízar en 1601.
Con ocasión del Decreto Gauna de 1603 (Juan de Gauna) fue enviado a Flandes, tierra que ya conocía por haber residido allí desde finales del XVI, en calidad de veedor de Comercio, cargo que ejerció hasta 1607. Entonces ya pudo advertir a sus superiores sobre los logros y eficacias en la aplicación de la normativa, que él cumplirá a rajatabla apoyado por el Monarca y su Consejo de Estado, llegando incluso a pedir la pena de muerte contra los contrabandistas en vez de una simple multa y confiscación, como era el uso. Asimismo, contactó con las redes de inteligencia flamencas para tomar noticias del tráfico ilegal de moneda y mercancías; a este respecto son de destacar sus contactos con Diego López Sueyro y su hijo Manuel Sueyro, espías residentes en Amberes. Vincular entre sí las posesiones del Rey implicaba el fomento de la construcción naval, que Urízar siempre favoreció, especialmente desde su puesto de proveedor de la Armada desde 1607.
Enemigo de la tregua de 1609 con los neerlandeses, durante la década de 1610 no dejó de rememorar a Madrid los ideales que marcaron la primera etapa del reinado de Felipe III y que, según su opinión, se habían abandonado: lucha económica por encima de la militar, fomento de la construcción naval en toda la Monarquía, mejora de los puertos, y fin de la permisividad hacia países terceros que de hecho sólo servían de intermediarios entre las Provincias Unidas y la Monarquía hispánica. No fueron tampoco de despreciar sus esfuerzos para instalar en el señorío de Vizcaya una serie de altos hornos que abastezcan a la industria española de productos siderúrgicos, aunque finalmente la negativa del señorío terminó por hacer recalar dichas instalaciones en tierra cántabra (Liérganes y La Cavada).
El fin de la Tregua de los Doce Años más el inesperado cambio de Monarca y de directrices políticas que tuvo lugar en 1621, serán circunstancias que aúpen a Urízar de nuevo al primer plano. Pregonó otra vez la guerra económica contra los rebeldes mediante corte de relaciones, bloqueo fluvial y marítimo, ataque a las pesquerías del arenque, y guerra de corso. Y en efecto, tales recomendaciones iban a ser ejecutadas por orden del joven Felipe IV y su ministro el conde-duque de Olivares, con Urízar como vigilante estricto en Flandes. De proveedor de la Flota pasó en 1628 a proveedor general de Comercio y Contrabando, cargo que ejerció hasta su fallecimiento tres años después.
Muy alabado de reyes y ministros por su celo e iniciativas, Ortuño de Urízar plasmó quizá como nadie la resolutiva política económica de España en aras de deshacerse de la presión de sus enemigos y liderar el concierto económico europeo. Asimismo, deja entrever la honda influencia del grupo de mercantilistas vascos en la España de Felipe III y Felipe IV.
Bibl.: P. Alzola y T. Guiard, “Informe sobre la lauda de Urízar en la iglesia de San Pedro de Dima”, en Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Vizcaya, IV (1912), págs. 81-84; R. Rodenas Vilar, La política europea de España durante la Guerra de los Treinta Años (1624- 1630), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1967; T. Guiard Larrauri, Historia de la Noble Villa de Bilbao, vol. II, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1971; M. A. Echevarría Bacigalupe, “Un notable episodio en la guerra económica hispano-holandesa: el decreto Gauna (1603)”, en Hispania, XLVI (1986), págs. 57-97; “La aportación vasca a la teoría mercantilista: Ortuño de Urízar”, en VV. AA., II Congreso Mundial Vasco, t. III, San Sebastián, Ed. Txertoa, 1988, págs. 193-202; M. Zabala Llanos, Dima. Monografía histórico-artística, Bilbao, Diputación Foral de Vizcaya, 1992; M. A. Echevarría Bacigalupe, Flandes y la Monarquía Hispánica, 1500-1713, Madrid, Sílex, 1998; “Economic Thought and the Integration of the Spanish Monarchy”, en VV. AA., Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas, 36 (1999), págs. 105-124; A. Larrera Beobide, El patronato laico vizcaíno en el Antiguo Régimen, Bilbao, Eds. Beta, 2000.
Miguel Ángel Echevarría Bacigalupe