Magarola, Juan. Barcelona, c. 1562 – Madrid, c. 1648. Regente catalán del Consejo Supremo de la Corona de Aragón.
Era hijo de Antonio Magarola y Fontanet, doctor en Medicina, hijo, a su vez, del cirujano, natural de Esparraguera, Tomás de Magarola. Estaba casado con una hija de Miguel Quintana, que fue canciller de la Audiencia de Cataluña en 1598 y era hijo, a su vez, de Miguel Juan Quintana, regente del Consejo de Aragón entre 1585 y 1593. En 1598 accedió a la Audiencia catalana, primero a la sala Criminal, como juez de Corte (13 de noviembre de 1598, en el lugar de Joseph Benach), y luego a la sala del Regente (consulta de 5 de octubre de 1604), en la vacante dejada por Miguel Salbá de Vallseca, al acceder éste a la Tercera Sala. En un memorial de noviembre de 1606 exponía que llevaba ya ocho años al servicio del Rey, siete de ellos como juez de Corte, con un salario de solamente 5.000 reales, insuficientes para atender a los muchos hijos e hijas que declaraba tener. Reclamó también por la reducción de posibilidades de promoción, al suprimirse cuatro plazas de la Audiencia en las Cortes de 1599 (consulta de 18 de noviembre de 1606). Pasó finalmente a la Tercera Sala donde sustituyó al fallecido Lorenzo Jover (5 de noviembre de 1616), recomendado en consulta del Consejo de Aragón de 10 de febrero de 1616. En su camino en la magistratura, llegó a sufrir acusaciones graves, como la de ser protector de bandoleros. Ello no impidió su acceso al Consejo de Aragón, al parecer en julio de 1630 (consulta de 17 de agosto de 1630) en lugar de Salbá de Vallseca, cuyos pasos en la Audiencia también había seguido. En una consulta de estas mismas fechas (consulta de 19 de julio de 1630) se le da licencia para ordenarse “in sacris”, lo que parece indicar que habría fallecido su mujer. Probablemente ello iba unido a una posible vuelta de Magarola a Cataluña como canciller de la Audiencia, a la que no se pudo incorporar por ser definitivamente requerido a la plaza de regente del Consejo de Aragón. Pero la provisión se había producido, como se desprende de una consulta de 25 de septiembre de 1630, en la se indica que Magarola pasaría a la Cancillería de la Audiencia por promoción del anterior canciller, Pedro Puigmartín, al Obispado de Solsona. Efectivamente, se le expidió el título de canciller de la Audiencia el 30 de mayo de 1631, con datos de gran interés sobre dicha Cancillería. Debió participar en las Cortes catalanas de 1632, pues se reunió varias veces una junta especial formada por los regentes catalanes del Consejo de Aragón, juntándose exclusivamente Magarola y Salvador Fontanet para tratar asuntos catalanes, como la concesión de títulos de doctor en la Universidad de Barcelona (consulta de 8 de octubre de 1632). Esta Junta podía adquirir la condición de mixta si se unían miembros de la Audiencia de Cataluña, como Felipe Viñes o Ramón Rubí (22 de junio de 1632). Finalizadas estas frustradas Cortes catalanas de 1632, Magarola volvió a la Corte y emitió un informe en el que se mostraba confiado en que los catalanes, si bien “son de turbulento carácter”, reaccionarían debidamente ante una posible invasión francesa. No era partidario de una línea represiva o vigilante, como la de un ejército de ocupación, porque ello supondría mayores gastos que beneficios. En mayo de 1634, el Consejo de Aragón le propuso en primer lugar para ocupar el decanato de Vic, pero el designado fue Juan Luis de Moncada, que no figuraba entre los propuestos por el Consejo (consulta de 11 de mayo de 1635). Se jubiló en 1641 (consulta de 8 de noviembre de 1641, inscrito en Madrid, 18 de noviembre de 1641), cuando contaba ya con setenta y nueve años, dejando su plaza a su sobrino Miguel Juan de Magarola. Parece ser que otro regente, el valenciano Ortiz, puso inconvenientes a la percepción por Magarola, recién jubilado, de ciertos donativos que se le habían asignado por su situación de necesidad (consulta de 8 de noviembre de 1641).
Debido a su edad y a las emociones encontradas que le provocaba la guerra de Cataluña, había sido excluido, en un primer momento, de intervenir en los asuntos del Principado. Por su experiencia, edad y talante, pertenecía a la generación que creía posible el mantenimiento del equilibrio entre los intereses regios y los de los reinos. La exclusión es una muestra de la desconfianza hacia los catalanes, incluso miembros del Consejo de Aragón, inmediatamente después del Corpus de Sang, que llegó al extremo de que se ordenara al secretario Pedro de Villanueva “no llevar al Consejo ningún papel ni resolución de consulta que pueda dar motivo a mayor irritación de los catalanes ni cuya noticia obligue a gran secreto” (consulta de 16 de julio de 1640).
Claro que todo ello se producía en el momento en que la Junta de Ejecución manejaba los hilos, dirigida por el conde-duque y el protonotario Jerónimo de Villanueva. También es verdad que aunque se adoptaron estas precauciones, Magarola participó en asuntos catalanes en el Consejo de Aragón, incluso en cuestiones delicadas, si bien en una primera instancia da la impresión de que, al excluirle de la intervención en asuntos de la Guerra de Cataluña, se le liberó de una pesada carga. Pero al fallecer su sobrino en 1643, tuvo que volver al Consejo, ya con ochenta y un años, hasta su jubilación definitiva dos años más tarde. En 1647 todavía se le reconoció una ayuda de 1.000 ducados (consulta de 18 de noviembre de 1647).
Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Registro de Cancillería, 4866, fols. 26r.-28v., en el lugar de Joseph Benach (13 de noviembre de 1598); 4873, fols. 64-69 (5 de noviembre de 1616); Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, Registros de Cámara: 5, fol. 178; 62, 20 de noviembre de 1645; 153, fol. 182, en Madrid, 18 de noviembre de 1641; Consejo de Aragón, leg. 267, doc. 93, consulta de 5 de octubre de 1604; leg. 268, consulta de 18 de noviembre de 1606; leg. 553, consulta de 17 de julio de 1630; leg. 277, 15, consulta de 19 de julio de 1630; leg. 277, doc. 50, consulta de 8 de octubre de 1632; leg. 282, doc. 33, consulta de 22 de junio de 1632; leg. 279, doc. 52, consulta de 11 de mayo de 1635; 135, consulta de 8 de noviembre de 1641 (inscrito en Registro de Cámara 153, fol. 182, en Madrid, 18 de noviembre de 1641); leg. 286, consulta de 16 de julio de 1640; leg. 297, doc. 145, consulta de 18 de noviembre de 1647; leg. 303, 44/3, consulta de 10 de junio de 1651; leg. 298, consulta de la Junta de Socorro de Catalanes, de 15 de marzo de 1648; leg. 137, consulta de 13 de enero de 1648; leg. 70, 10 de febrero de 1616.
J. H. E lliott, La rebelión de los catalanes (1598-1640), Madrid, Editorial Siglo XXI, 1982; J. Arrieta Alberdi, “La Junta de Inteligencias de Cataluña (1640-1642)”, en VV. AA., Actes del I Congrés d’Historia Moderna de Catalunya, t. II, Barcelona, Universitat, Departament d’Historia Moderna, 1984, págs. 141-148; J. Vidal Pla, Guerra dels segadors i crisi social, Barcelona, Edicions 62, 1984; X. Torres i Sans, “Les bandositats de nyerros i cadells a la Reial Audiencia de Catalunya (1590-1630): ‘Policía o alto gobierno’”, en Pedralbes, Revista d’Historia Moderna del Departament d’Historia Moderna, 5 (1985) págs. 147-171; J. Arrieta Alberdi, El Consejo Supremo de la Corona de Aragón, 1494-1707, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1994; J. L. Palos, El juristes i la defensa de les Constitucions. Joan Pere Fontanella (1575-1649), Vic, Eumo Editorial, 1997.
Jon Arrieta Alberdi