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Gabriel de Curucelaegui y Arriola

Biografía

Curucelaegui y Arriola, Gabriel de. Elgoibar (Guipúzcoa), 14.IX.1632 ant. – Manila (Filipinas), 27.IV.1689. Militar, caballero de Santiago, gobernador de Filipinas, consejero de Guerra.

Hijo de Ventura de Curucelaegui y de Marina de Arriola, ambos de la villa de Arriola, fue bautizado en la parroquial de San Bartolomé de Elgoibar el 14 de septiembre de 1632. Fue veinticuatro de la ciudad de Sevilla y muy joven se dedicó, como algunos otros miembros de su familia materna, a la carrera de las Indias como marino y piloto y, más tarde, como maestre y capitán de navío, calidad ésta en la que se le daba licencia en el año de 1673 para pasar a Tierra Firme en la flota que conducía al virrey del Perú.

Años después logró los grados de general y almirante de galeones y se hizo de una cierta fortuna con el comercio que realizaba en sus propios barcos.

En 1680 le ordenó la Junta de Guerra de Indias que pasara a Cádiz a dar principio a la carena del navío que se había elegido para almiranta de la Armada de Tierra Firme, y poco tiempo después presentaba un memorial ante el Consejo en el que solicita el gobierno de las islas Filipinas y ofrecía el servicio de 10.000 pesos en oro y otros 30.000 como préstamo, a lo que se accedió y así fue nombrado gobernador y capitán general de Filipinas para reemplazar a Juan de Vargas Hurtado. Se le despachó su título por Real Provisión fechada en Madrid el 13 de febrero de 1683 y por otra de ese mismo día se le dio título de presidente de la Real Audiencia de Manila. Pocos días antes, el 12 de enero de 1683, se le había despachado Real Cédula con título de consejero de Guerra, pero con la condición de que no se publicase hasta su arribo a Filipinas, y sobre consulta del 18 de mayo de 1686 se dio cuenta al Consejo de Guerra de que había tomado posesión de su gobierno, para que le contaran entre sus ministros con antigüedad.

Arribó a Filipinas en el mes de agosto de 1684 y tomó posesión de sus empleos el día 24 de dicho mes.

Halló a la ciudad envuelta en una agria controversia entre el gobernador saliente, Juan de Vargas Hurtado, y el arzobispo Pardo, a la sazón desterrado por orden del gobernador anterior, a quien hizo volver a su sede de inmediato, enemistándose con los oidores Vega y Bolívar, a los cuales desterró de la ciudad de Manila, acusándoles de ser los autores de ciertos libelos en su contra y de que urdían envenenarle.

A comienzos de su gobierno se ocupó en la reforma de los almacenes reales de Manila, en tomar también una serie de medidas para el mantenimiento y defensa de las islas Marianas, cuyos naturales se habían rebelado meses antes de su llegada, y concluyó en 1685, unas paces que se negociaban desde la época de su antecesor con el rey de Borneo y el de Mandara mediante el envío como embajador de Juan de Morales, y ese mismo año de 1685 comenzó la fábrica de un nuevo galeón y los trabajos de reparación de las fortalezas de Manila y del puerto de Cavite, además de comunicar a la Corte la necesidad de restablecer el presidio de Zamboanga (1685). También concluyó la fábrica del colegio de Santa Potenciana y puso el Hospital Real de Manila al cuidado de los franciscanos.

Hubo de afrontar un levantamiento de los sangleyes el 24 de mayo de 1686, que pudo pacificar exitosamente, sin perjuicio de lo cual, por Real Cédula del 14 de noviembre de aquel año, se le ordenó que, en el término de dos meses, expulsara a todos los sangleyes que no fueran cristianos y que a los que llegaren a comerciar sólo se les autorizara el tiempo de la feria.

A su muerte quedó el gobierno a cargo del oidor más antiguo, Alonso de Abella y Fuertes, y lo político en manos de la Audiencia.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5585, n. 1; Filipinas, 4, n. 59; Filipinas, 12, r. 1, n. 4; Filipinas, 13, r. 1, n. 3; Filipinas, 14, r. 1, n. 9; Filipinas, 201, n. 1; Filipinas, 331, l. 8, fols. 85v.-86v., 93v.-94r., 205v.- 207r., 212v.-213v., 254r.-255r., 268r.-268v.; Filipinas, 347, l. 2, fols. 99v.-100r.; Filipinas, 349, l. 6, fols. 20v.-25v.; Méjico, 59, r. 3, n. 6; Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián, 2.140/002/01, Parroquia de San Bartolomé de Elgoibar, Libro 2.º de Bautismos, fols. 61v. y 369v.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, t. II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, pág. 535; J. Garmendia Arruebarrena, “Los hermanos Curucelaegui de Elgoibar”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XLIX-1 (1993), págs. 161-187; J. Garmendia Arruebarrena, “Gabriel de Curucelaegui”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, LVIII-2 (2002), págs. 519-529.

 

Javier Barrientos Grandon