Rubalcaba, Francisco de. Heras (Cantabria), m. s. XVI – ?, c. 1627. Escultor.
Nacido en la localidad cántabra de Heras, en la junta de Cudeyo, hacia la década de 1560, este artista llegó hasta Miranda de Ebro (Burgos) a aprender en uno de los talleres romanistas que abrían sus puertas en esta ciudad: el de Pedro López de Gámiz, de quien era criado en 1584, lo que indica la importancia que llegó a adquirir en el taller y su larga permanencia en él.
Cuando en 1588 murió Gámiz, Rubalcaba se instaló por su cuenta, y tal vez con las herramientas del maestro, en Miranda de Ebro, y para 1591 contrató un pequeño retablo y la imagen de San Nicolás para la iglesia de Cellorigo (La Rioja).
En Miranda se enfrentó a la dura competencia del escultor Diego de Marquina, cuyo taller pasaba por momentos de gran esplendor. Esta rivalidad, unida a la demanda de mano de obra en otras zonas próximas, hizo que abandonase la villa mirandesa y se desplazase hacia el interior de la provincia de Burgos. Primero se instaló en Pancorbo, de donde era vecino en 1592, y contrató el retablo mayor de la ermita del Santo Cristo del Barrio, del que pudo hacer el Crucificado del altar y para el nuevo Ayuntamiento mirandés los capiteles que le adornaban. Luego, al menos entre 1599 y hasta posiblemente la fecha de su muerte en 1627, se instaló en la capital de la Bureba burgalesa, Briviesca, a la sombra del magnífico retablo mayor del Convento de Santa Clara, obra de Gámiz, donde entró en contacto con otros artistas significativos a los que ayudó en sus trabajos: Domingo de Azcárate, Pedro Gómez de la Calleja y Bernardo de Valderrama, que llegaron a formar un pequeño foco escultórico en esta localidad.
Se sabe que al menos tuvo dos hijos: Francisco, que en 1628 cobraba unas deudas al morir su padre, y Gabriel, a quien mandó aprender el oficio a Salamanca con Pedro Hernández y que será el continuador del taller de su padre durante el Barroco.
Los primeros trabajos que realizó desde su nuevo lugar de residencia son todavía para la zona de Miranda: la Virgen del Rosario que para la cofradía de ese mismo nombre de Santa Gadea (Burgos) contrató en 1599, y al año siguiente unas andas para la imagen de Santa Cristina de la ermita que con ese nombre se levantaba en Miranda de Ebro y con la que entablará un largo pleito que perderá porque también hizo una escultura de la titular que al parecer no se había contratado.
Asentado definitivamente en Briviesca, buscó la alianza con un artista local y así se unió al arquitecto Domingo de Azcárate, con quien contrató hacia 1600 el retablo mayor de Rublacedo de Abajo y poco después las imágenes de dos retablos colaterales para el mismo lugar.
Si en un primer momento esta colaboración se presentaba esperanzadora para abrirse paso en el mercado local, muy pronto tuvo que volver su mirada al lugar de sus comienzos, y así en 1607 traspasó al ensamblador mirandés Martín Galán la arquitectura de un retablo colateral para la iglesia de Altable (Burgos) y en 1608 realizaron juntos la sillería del Monasterio de Bujedo (Burgos), trabajo que puso fin a su colaboración, pues Galán alegó que la escultura de la obra no estaba bien realizada.
En Pancorbo fue donde, en esos momentos, centró su trabajo y así en 1609 otorgó carta de pago y finiquito al Cabildo eclesiástico por la “echura y manufactura de retablos, sanctos, andas y otras cualesquier cosas” que hizo para sus templos y ese mismo año realizó un escudo para el Ayuntamiento del lugar, usando una piedra del altar de la iglesia de Santa Eulalia, hecho éste que al llegar a oídos del párroco hizo que, en un acto de cólera, destruyera el escudo.
Francisco de Rubalcaba representa el último vestigio de la plástica romanista que se niega a desaparecer ante la acechanza de los modelos barrocos. Será el último imitador de la obra de Pedro López de Gámiz, con quien trabajó, y se manifiesta como un notable escultor que a pesar de seguir los modelos del maestro dota a sus obras de un cierto naturalismo, con esquemas abiertos y figuras gesticulantes, que preludia el Barroco. Se podría decir que es el continuador de la tradición del taller de Miranda de Ebro, pero haciendo gravitar este foco por el eje que une Briones, Miranda y Briviesca, y creando una serie de focos puntuales que tienen bajo su influencia una amplia área geográfica; se forma así una densa red que dominará durante unos años el panorama artístico de la región.
Obras de ~: Retablo lateral e imagen de San Nicolás, iglesia, Cellorigo (La Rioja), 1591; Retablo mayor, ermita del Santo Cristo del Barrio, Pancorbo (Burgos), 1592; Capiteles, Ayuntamiento, Miranda de Ebro (Burgos), 1592; Imagen Virgen del Rosario, iglesia, Santa Gadea (Burgos), 1599; Andas e imagen de Santa Cristina, ermita de Santa Cristina, Miranda de Ebro (Burgos), 1600; Retablo mayor y dos colaterales, iglesia, Rublacedo de Abajo (Burgos), 1600; Retablo colateral, iglesia, Altable (Burgos), 1607; Sillería de coro, Monasterio de Bujedo (Burgos), 1608; Obras variadas, iglesias, Pancorbo (Burgos), 1609; Escudo, Ayuntamiento, Pancorbo (Burgos), 1609.
Bibl.: C. Díez Javiz, El escultor mirandés Pedro López de Gámiz, Miranda de Ebro (Burgos), Instituto Municipal de la Historia, 1985; La Escultura romanista en la cuenca media del Ebro: los focos de Miranda de Ebro y Briones, tesis doctoral, Universidad del País Vasco, 1989 (inéd.); J. J. Vélez Chaurri, El Retablo Barroco en los límites de la provincias de Álava, Burgos y La Rioja, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1990; “Renacimiento y Barroco en los talleres de escultura de Miranda de Ebro, Briviesca y Briones. Francisco de Rubalcaba y el tránsito entre los siglos xvi y xvii”, en López de Gámiz (Miranda de Ebro, Instituto Municipal de la Historia), XXVI (1992), págs. 7-20.
Carlos Díez Javiz