Monegro, Juan Bautista. Toledo, c. 1541 – 16.II.1621. Arquitecto, escultor y ensamblador.
Fue hermano menor del pintor Luis de Carvajal. Su primera formación como escultor pudo efectuarla en Toledo con Alonso de Berruguete, que falleció en la Ciudad Imperial en 1561; no obstante, fueron las improntas de Pompeyo Leoni y Juan de Herrera las que marcaron su obra desde que, en 1572, entró en contacto con el círculo escurialense. Hacia 1567 contrajo matrimonio con Catalina de Salcedo, que murió en 1620, poco antes que el maestro; éste debió de disfrutar durante toda su vida de una situación económica relativamente próspera que, entre otras cosas, le permitió poseer una importante biblioteca, en parte conservada en el archivo de la catedral de Valladolid, muy al tanto de las novedades artísticas del Renacimiento italiano, lo que se constata en sus declaraciones públicas de 1597 sobre la liberalidad del arte de la pintura, en pleito al respecto, el más antiguo de los conocidos en España.
Su actividad desarrollada en Madrid, El Escorial y Toledo, va centrándose cada vez más en su localidad natal, también en función de los cargos oficiales que fue ostentando y acumulando: 1586, aparejador del alcázar toledano; 1597, maestro mayor del mismo alcázar, y 1606, maestro mayor de obras de la catedral de Toledo. Ello no significó un alejamiento de Herrera, en cuyas obras toledanas (Alcázar, iglesia de Santo Domingo el Antiguo, plaza de Zocodover, Ayuntamiento) estuvo Monegro íntimamente implicado. A su vez, el cargo catedralicio supuso un mayor despliegue de su labor en varias localidades del arzobispado.
Con mucho, de su producción escultórica sobresalen sus obras escurialenses, perfectamente adaptadas a la grandiosidad del edificio, iconográficamente imbricadas en la fundación filipina y, sin duda, la cima de la plástica monegrina. De 1580 datan los seis reyes del Antiguo Testamento que coronan la fachada de la basílica y nominan al patio previo a la misma.
Dos años después, en 1582, ejecutó la escultura de San Lorenzo, bajo cuya advocación se levantó todo el conjunto, y el escudo real, colocados en el pórtico principal del monasterio sobre la lonja. Finalmente los cuatro evangelistas del templete herreriano de su patio principal, al que asimismo dan nombre, se fechan en 1589.
Amplia fue su actividad como ensamblador, donde se mostró siempre proporcionalmente herreriano con un repunte decorativo y una preferencia por el más rico orden corintio en las estructuraciones. A destacar el retablo mayor de la iglesia conventual de la Concepción Francisca de Toledo (1591) y el retablo de la capilla Meneses en la iglesia del convento toledano de Santa Isabel de los Reyes, cuyas trazas datan de 1605; de este último se encargó en años sucesivos, al parecer, de la arquitectura, escultura y pintura. No documentado, pero genuinamente monegrino, es el retablo mayor de la iglesia del convento de San Pedro Mártir de Toledo (1607), acaso la mejor obra de su autor en este campo.
Es preciso aludir, dadas las encomiásticas referencias coetáneas, al diseño, de 1616, del carro triunfal para la procesión de Nuestra Señora del Sagrario y al de un ingenio para subir la imagen a su nicho de la catedral. Asimismo, es de reseñar, hacia el final de su vida, la realización del diseño para el frontispicio, grabado por Pedro de Astor en 1622, de la Monarquía de España de Pedro Salazar de Mendoza.
Su arquitectura, fundamentalmente religiosa, es fiel a las directrices herrerianas, potenciando los volúmenes cúbicos, los perfiles rectilíneos y un estricto sentido proporcional, al tiempo que concede un marcado énfasis a las portadas-retablo, pétreas estructuras clasicistas que actúan como auténticos puntos focales de un todo, en general sencillo y en ladrillo visto. Interiormente jaharrados alzados articulados mediante pilastras, medio cañón con lunetos y cúpula ciega sobre el transepto que exteriormente se resuelve en prismático cimborrio. Bajo estos presupuestos trazó, en 1594, la iglesia del convento toledano de San Antonio de Padua, la capilla mayor, en 1595, de la desaparecida iglesia del convento del Carmen calzado de Toledo y la iglesia, en 1610, de los franciscanos de San Gil, asimismo en Toledo y conocida usualmente como de los Gilitos, actual sede del Parlamento de Castilla-La Mancha.
Como estructuras independientes adosadas a construcciones ya trazadas, pero con todo el alcance escenográfico según lo comentado, diseñó en 1608 la portada de la iglesia del convento de San Pedro Mártir de Toledo y la portada interior, hacia la nave correspondiente, de la capilla del Sagrario catedralicio, incorporando en la articulación de sus alzados estípites o pilastras en término. Del mismo modo, pero funcionalmente diversa, en 1612 trazó la portada conventual de San Clemente el Real de Toledo, de contundente y plástico frontón triangular partido.
En 1610 y años sucesivos, se reconstruyó y reestructuró, mediante diseños y dirección de Monegro, el cigarral de Buenavista del cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas, entonces arzobispo de la Primada.
Concebida como una auténtica villa suburbana en el sentido renacentista del término, sólo restan, hoy día, escasos testimonios del esplendor de la que llegó a ser quasi una academia, eminentemente literaria, de ilustres contertulios auspiciada por el cardenal.
La obra más interesante, desde una óptica espacialarquitectónica, es la ermita de Nuestra Señora de la Estrella, de 1611; ermita, aunque ubicada intramuros de Toledo, muy cercana a la iglesia parroquial de Santiago del Arrabal, su portada, de mediados del siglo XVII, es precisamente el único elemento no monegrino.
Ocupando el lugar de una construcción anterior, el actual edificio fue acometido “conforme a la planta y modelo y perfil hecho por Juan Bautista Monegro”.
Lo que es la ermita propiamente dicha tiene una planta cercana a una cruz griega, pero al prolongar la nave, mediante una antecapilla y la capilla mayor, respecto a los mínimos brazos de un amplio crucero, queda potenciada la axialidad de la construcción en el sentido longitudinal pies-testero; tras el presbiterio, además, se suma en el mismo sentido longitudinal el camarín de la Virgen; según la documentación de 1611, “lo que hay detrás del altar de nuestra señora”.
Simplificando, pues, los complicados presupuestos de Nicolás de Vergara el Mozo para el Sagrario catedralicio, concatenando axialmente espacios en sí mismos centralizados, prefigura aquí Monegro, de modo claro, lo que serán las construcciones religiosas barrocas con camarín, en la idea de exposición y presentación a la feligresía de determinada imagen de amplia devoción popular.
En pro de los fines señalados, se dispone un espacio arquitectónico que se convierte en “habitación” de la imagen; espacio que, a su vez, es posible visitar por acceso propio e independiente del camarín; éste queda asociado a una estructura retablística que permite la exposición continuada de la imagen, que puede ser venerada por el espectador desde el templo. En el caso de la Estrella de Toledo, el retablo no es el original, sino uno posterior seguramente del siglo XVIII, la contemplación de la Virgen está calculada para efectuarse incluso desde el exterior, a través de una reja en uno de los batientes de su puerta y el camarín cuenta con el vano lateral preciso para una puntual y mayor iluminación, que repercute en la imagen, que es así visualizada a través de la semipenumbra del interior de la ermita.
Obras de ~: Esculturas de los reyes del Antiguo Testamento, monasterio de El Escorial, 1580; Escultura de San Lorenzo y escudo real, monasterio de El Escorial, 1582; Esculturas de los evangelistas del templete del patio principal, monasterio de El Escorial, 1589; Retablo mayor de la iglesia del convento de la Concepción Francisca, Toledo, 1591; Iglesia del convento de San Antonio de Padua, Toledo, 1594; Retablo de la capilla Meneses de la iglesia del convento de Santa Isabel de los Reyes, Toledo, 1605; Retablo mayor de la iglesia del convento de San Pedro Mártir, Toledo, 1607; Portada interior (a la catedral) de la capilla de la Virgen del Sagrario, Toledo, 1608; Portada de la iglesia del convento de San Pedro Mártir, Toledo, 1608; Iglesia del convento de San Gil, Toledo, 1610; Ermita de Nuestra Señora de la Estrella, 1611; Portada conventual de San Clemente el Real, Toledo, 1612.
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Diego Pedro Suárez Quevedo