Burriel y López, Andrés Marcos. Buenache de Alarcón (Cuenca), 29.XI.1719 – 19.VI.1762. Historiador y jesuita (SI).
Con doce años inicia sus estudios en la Compañía de Jesús, con veintidós años (1742) fue nombrado profesor de gramática en el colegio de los Jesuitas de Toledo. Los manuscritos del colegio despertarán en él su pasión histórica. De carácter autodidacta, las múltiples lecturas le llevarán a convertirse en un erudito destacable en el seno de la Compañía. Pero sus problemas de salud en 1743 lo deciden a formular un voto a san Francisco Javier de incorporarse a las misiones de California si lograba recuperarla, de ahí que pese a incorporarse en 1745 al colegio imperial de Madrid como profesor de Filosofía, inicie los trámites para dicho viaje. Director supernumerario del seminario de nobles (1746), en 1847 pasa al colegio de Alcalá de Henares como profesor de Filosofía peripatética.
Poco después (1749) es puesto a las órdenes del confesor del Rey y director de la Real Biblioteca Matritense —futura Biblioteca Nacional de Madrid—, el padre Francisco de Rávago, aunque hasta 1750 no recibiría instrucciones acerca de su nueva misión. Es entonces cuando el primer secretario de Estado y del Despacho le coloca al frente de una comisión con el encargo de investigar y revisar en todos los archivos españoles en busca de documentos interesantes, especialmente referentes al patronato real, dada la proximidad de la firma de un nuevo Concordato con la Santa Sede (1753).
Burriel colocó a personas de su confianza en archivos repartidos por toda España y formaron la comisión un buen número de juristas (su propio hermano era licenciado en leyes). Pronto la comisión de reconocimiento de archivos da paso a la formación de una Colección de Derecho español antiguo y moderno, magna obra para la que se preparó metodológicamente, llegando a sistematizar el plan de la obra, y decidió concentrarse tan sólo en la documentación referente a Castilla y León.
La comisión a su cargo en dos años copió cerca de dos mil documentos, y compró muchos libros y documentos, buena parte de los cuales son la base de la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional de España. Burriel analiza los documentos y concluye afirmando el importante desconocimiento y los inmensos errores existentes hasta entonces en los principales textos histórico-jurídicos de nuestro país, pero se resiste a publicar sin más el material conseguido con el deseo de estudiar todos los datos y llegar a sus propias conclusiones para su posterior plasmación en estudios críticos acerca de los mismos. Su obra se paralizó a la muerte de Carvajal (1754) y posterior caída de Ensenada, lo que supuso la destitución de Rávago (1756) y una orden directa a Burriel de Ricardo Wall, nuevo secretario de Estado y del Despacho, para que entregase todos los manuscritos en su poder y suprimiera la comisión. Burriel es destinado primero a Toledo como profesor de Teología (1756), desempeñando la cátedra de Casos de Moral en el Colegio Imperial desde 1760 hasta 1762, en que, gravemente enfermo, regresa a su pueblo natal, donde falleció.
De entre todas las fuentes legales, Burriel estuvo obsesionado con el Fuero Juzgo, que estudió profundamente, y de 1755 data un manuscrito suyo con la versión romance, traducida por él, con las concordancias existentes entre las leyes del mismo y las de los distintos concilios de Toledo de donde provenía, obra que cuenta con bellas ilustraciones, un prólogo e importantes anotaciones. Aunque la obra no llegó a imprimirse, en 1815 la Real Academia Española llevó a cabo su publicación en una edición a cargo de Lardizábal que utilizó el prólogo, el material y las opiniones de Burriel.
De la misma manera, las sugerencias de Burriel respecto de la publicación de Las Partidas, en el sentido de reducirlas “a su antigua pureza”, sin glosas y quitando algunos posibles errores introducidos por Gregorio López, fue seguida por la Real Academia de la Historia en la impresión que realizó de las mismas en 1807.
Obras de ~: J. Juan y A. de Ulloa, Relación histórica del viaje á la América Meridional hecho de orden de S. M. para medir algunos grados de Meridiano terrestre, y venir por ellos en conocimiento de la verdadera Figura y magnitud de la Tierra, con otras varias Observaciones Astronómicas y Physicas, pról. de ~, Madrid, Antonio Marín, 1748; Noticia de la California, y de su conquista temporal y espiritual, hasta el tiempo presente, Madrid, Imprenta de la Viuda de Manuel Fernández y del Supremo Consejo de la Inquisición, 1757; Informe de la Imperial Ciudad de Toledo al Real y Supremo Consejo de Castilla, sobre igualación de pesos y medidas en todos los reynos y señoríos de Su majestad. Según las Leyes, Madrid, Joaquín Ibarra, 1758 (est. prelim. de J. Cobo Ávila, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1991); “Praefatio histórico-crítica”, del trabajo inédito Vera et genuina collectio veterum canonum Ecclesiae Hispanicae a Divo Isidoro, Bruxelles, Armand Goborria, 1800; Memorias para la vida del Santo Rey d. Fernando III, ilustr. y anot. de M. Rodríguez, Madrid, Viuda de Joaquín Ibarra, 1800; Memorias auténticas de las Santas vírgenes y mártires sevillanas Justa y Rufina, t. 1 de la Colección de algunas obras inéditas, críticas, eruditas, históricas y políticas de nuestros mejores autores antiguos y modernos, recogidas y publicadas por D. Antonio Valladares de Sotomayor, Madrid, Imprenta de la calle de Relatores, 1806-1807; J. Juan y A. de Ulloa, Observaciones astronómicas y physicas hechas en los reynos del Perú, de las quales se deduce la figura y la magnitud de la Tierra y se aplica a la navegación, pról. de ~, Madrid, M. J. de Zúñiga, 1848; Satisfacción a dudas sobre el Real Patronato, s. f. (inéd.).
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María Dolores del Mar Sánchez González