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Bernardo Salgado y Fernández de Villa-Abrille

Biografía

Salgado y Fernández de Villa-Abrille, Bernardo. Manila (Islas Filipinas), 7.VII.1897 – Tifarauin (Melilla), 22.VIII.1923. Oficial de Infantería y capitán de la Aeronáutica Militar.

Hijo de Leopoldo Salgado Alpanseque, comandante de Artillería, y de Eugenia Fernández de Villa- Abrille, nació en Manila durante el destino de su padre en aquella colonia. Ingresó en la Academia de Infantería el 4 de diciembre de 1914 y promovido a 2.º teniente en 1917, fue destinado al Regimiento de Ceriñola n.º 42 de guarnición en Melilla, en Fuerte Caberizas Altas. Con sucesivos servicios de armas en Ich-Azuggay y el Morabo; formó parte de la columna volante de Ishafen. Ascendido a teniente en 1919 fue destinado al Regimiento de Covadonga (Madrid).

El 10 de abril de 1920 fue autorizado su pase al servicio de Aviación para realizar el curso de piloto de aeroplano, formando parte de la décima promoción de Cuatro Vientos (Madrid), donde permaneció en proceso de formación hasta el 4 de mayo, que fue destinado a Getafe (Madrid) y posteriormente, el 20 de junio, regresó a Cuatro Vientos. La escasez de aviones hizo que fuese destinado transitoriamente, por Real Orden de 1 de agosto de 1921 al Tercio de Extranjeros con el que tomó parte en misiones de protección a columnas de aprovisionamiento a las posiciones del Atalayón y Sidi Hadmed; en las operaciones para la toma de Ismeat y Sidi Amarán, en las que resultó herido el 4 de septiembre, convaleciendo varios meses en diferentes hospitales. Reincorporado al servicio el 23 de octubre en Zeluán, participó el día 24 en las operaciones para la reconquista de Monte Arruit y en los durísimos combates de Taxuda, Tiguermin, Yasenen y Tifasor, destacó su singular arrojo en los asaltos a Tauriat-Hamed, Tauriat- Zag y Tauriat-Bach.

Incorporado el 16 de febrero de 1922 a la Aeronáutica Militar fue destinado a Cuatro Vientos (Madrid) en 1922, efectuando vuelos de adaptación hasta el 30 de marzo, que pasó destinado a la Escuadrilla de Havilland DH-9 de Granada, donde permaneció hasta el 7 de julio en que se incorporó al grupo de escuadrillas de Melilla, volando en la 2.ª Escuadrilla Bristol del 4.º Grupo. En sus vuelos se distinguió por su decisión y valentía en el apoyo a las posiciones propias y ataque a las moras de los zocos Jemiz, Azib de Midar, Peña Tauarda, Sidi Messaud, Ben Tieb, Tizzi Assa, Tlata, beni Buyari y Bu Yacob, intervino en la liberación de Afrau, asediada por fuerzas del Abd el Krim.

Durante 1923 participó con su grupo y escuadrilla activamente en ataques continuos sobre aduares y zocos, Sbet, Tizzi Assa, Yebel Uddia, Sidi Drés, Afrau, Annual. En mayo fueron especialmente relevantes sus intervenciones en los combates de la depresión de Tafersit sobre cuyas posiciones llevó a cabo arriesgados bombardeos.

En agosto, Abd el Krim lanzó un fuerte ataque a Tifarauin con más de 8000 harkeños dotados con artillería y una amplia gama de armas automáticas. El valor y su magnífica preparación permitieron a los aviadores lanzar continuos suministros a los sitiados. Con gran precisión arrojaron hielo en sacos (agua), víveres y municiones. El alto nivel de riesgo cobró su precio. En estas operaciones perdieron la vida los capitanes Boy y Baeza y todos los aviones sufrieron impactos, algunos muy serios. El día 20 el avión de Bernardo Salgado fue seriamente averiado por la fusilería de tierra y consiguió llegar a su base a duras penas con el depósito perforado. Durante el día 22 la aviación se empleó a fondo en la protección de las columnas. Salgado voló con su amigo el teniente observador Luis Vilas Eleta para apoyar con su Bristol n.º 44 a la columna Salcedo. Durante la operación Bernardo Salgado apreció el grave castigo que recibía un grupo de legionarios acosados por moros que en ventajosas posiciones bien protegidas fusilaban a los soldados del Tercio. Salgado, acometió un ataque en vuelo a muy baja altura que le permitió arrojar las bombas con precisión y a su observador castigar duramente a las fuerzas de Abd el Krim. En varias pasadas, el avión fue alcanzado, el observador Vilas fue herido en la cabeza, la bomba de la gasolina fue impactada, su fracaso inició la pérdida de revoluciones del motor, segundos después el mismo Salgado fue herido mortalmente en el pecho, quedándole la suficiente vida para aterrizar, aunque violentamente. Los legionarios socorridos rompieron la resistencia enemiga y sacaron los cuerpos de Salgado y Vilas de los restos del Bristol. Vilas fue trasladado aún con vida al hospital de Dar Quebdani, donde murió al día siguiente, con tiempo y lucidez suficiente para dar cuenta del valor de su compañero que, herido de muerte, continuó sus ataques hasta el último instante.

Bernardo Salgado fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando y, aunque el Consejo Supremo de Guerra y Marina calificó su actuación “brillantísima y digna de todo encomio”, no le fue concedida porque el reglamento de la Orden, vigente en aquel momento, estaba regulado por el Real Decreto de 5 de julio de 1920, artículo 58, y fijaba taxativamente que para su concesión se exigía a las fuerzas de Aviación regresar con el avión al aeródromo y la misión terminada con éxito. Sólo se le pudo ascender a capitán por méritos de guerra, y en el expediente abierto se dejó constancia de que, como capitán, fue un oficial de valor extraordinario y su acción brillante y arriesgada, resuelta con gran valentía, con el mayor de los sacrificios posible, el de la vida, unos meses después de haber contraído matrimonio con Emma Bertha Wilhelmi Manzano.

En las operaciones que concluyeron con la liberación de Tifarauin las ciento ochenta y dos misiones llevadas a cabo por la aviación militar, en las que se arrojaron doce toneladas de bombas y dos de suministros, fueron decisivas, extraordinariamente valiosas si se tienen en cuenta los medios y las circunstancias en que operaron los aviones.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico nacional y Archivo General del Ejército del Aire, Exp. personal y Hoja de Servicios.

F. Acedo Colunga, El alma de la aviación española, Madrid, Espasa Calpe, 1928; J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica española, Madrid, Imprenta Prensa Española, 1946, 2 vols.; E. Herrera Alonso, “La aviación en el socorro a Tifarauin”, en Revista Aeroplano, n.º 5 (diciembre de 1987), págs. 22-31; “Semblanzas: Bernardo Salgado Fernandez de Villa- Brille”, en Revista de Aeronáutica y Astronáutica (noviembre de 1988), pág. 1219.

 

Emilio Atienza Rivero

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