Grañén, Blasco de. Maestro de Lanaja. ?, f. s. XIV – Zaragoza, 1459 post. Pintor.
La primera noticia documentada de Blasco de Grañén, anteriormente conocido como Maestro de Lanaja, es la venta de unas casas de su propiedad, heredadas de su padre y situadas en la calle de Teresa Gil de Zaragoza, al ganadero Sancho Añaño en 1422.
Desde 1434 aparece documentado en unas casas de la calle Mayor de Zaragoza, en las que moriría después del 16 de agosto de 1459, fecha en la que contrató como aprendiz a Miguelico, hijo de Pedro de Valmaseda, por cinco años. Casó con Pascuala de Agraz, la cual otorgó testamento en 1444, y después con Gracia de Tena, que le sobreviviría.
Su primera obra documentada es el retablo de Loscos, contratado en 1427. En 1431 pintó el retablo de la capilla de Todos los Santos para la iglesia de Santa María de Muniesa por encargo de Domingo Aznar y en 1435 realizó su primera obra para Zaragoza, un retablo para la iglesia del convento del Carmen, al que seguirían en 1437 los retablos mayores de las iglesias parroquiales de Albalate del Arzobispo y Lanaja, de los que se conservan algunas tablas en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza. En Zaragoza, el 6 de marzo de 1438 contrató la realización de un retablo, por 120 florines de oro de Aragón, para la capilla funeraria de mosén Esperandeu de Santa Fe en el convento de San Francisco de Tarazona, obra en cuya tabla central se afirma que: “Este retaulo fizo fazer el muyt honorable moss. Sperandeu de Sancta Fe cavallero a honor e reverencia de la gl[or]iosa Virgen María el qual fue fecho en el anyo de mil quatroçientos trenta et nueve”. El contrato especifica que el retablo debía medir dieciocho palmos de alto y quince de ancho, debiéndose representar quince episodios de la vida de la Virgen, en el cuerpo, y de la Pasión de Cristo en la predela o banco.
La obra tenía que entregarse el día de Navidad de ese mismo año y en su realización debían utilizarse los mejores materiales “de fino azur del millor que se trobe, e de buen oro fino”. El pago de la obra debía hacerse en tres fases, 40 florines en el momento de la firma del contrato, otros 40, cuando el soporte “de buena fusta” estuviera estucado y dibujado, y los restantes cuarenta cuando se finalizara el retablo, que el comitente debía llevar a Tarazona a sus expensas; en el precio se incluía la realización de “hun scudo de vuestras armas”.
El 22 de diciembre de 1438 contrató el retablo mayor de la iglesia del Salvador en Ejea de los Caballeros, obra que finalizaría Martín de Soria en 1476. En 1450 se le encargaba el retablo mayor de la iglesia de Ainzón y en 1451 Pedro de Santa Fe le encargó un retablo para la capilla de San Bernardino en el convento de San Francisco de Zaragoza. Una de sus últimas obras debió de ser el retablo dedicado a la vida de la Virgen en la iglesia de Santa María la Mayor de Tosos, realizado entre 1457 y 1458. Como era habitual en su época, junto a los grandes retablos se ocupó también de obras de menor entidad; así en 1431 pintaba un paño fúnebre para el entierro de Fortún López de Luna, en 1447 repasaba las cubiertas de estaño de las dos torretas de ángulo de la fachada de la casa de la Diputación del reino de Zaragoza al tiempo que doraba los pomos que las coronaban y pintaba las banderas con las armas reales que se insertaban en los mismos y en 1450 pintaba las gualdrapas de dos caballos y un escudo de distintos miembros del cortejo del rey consorte de Navarra Juan II.
De la importancia que adquiere su figura, que sirve de transición entre el estilo internacional y el naturalismo flamenco de la segunda mitad del siglo XV, da fe el hecho de que en los contratos se le dé el título de “Alguacil del señor rey de Navarra”. El prestigio de que gozaba entre sus contemporáneos se advierte también en la realización de obras en colaboración con destacados pintores, como Pedro García de Benabarre, Jaime Romeu, Juan Rius o Pascual Ortoneda. De su propio taller saldrían también importantes artistas, como su sobrino, Martín de Soria, y Jaime Arnaldín.
El arte de Grañén se reconoce por la elegancia de las actitudes y la monumentalidad de las composiciones, con unos paños que caen en suaves y abundantes curvas.
Él parece ser el responsable de la actualización del tema de la Virgen en el trono con el Niño y ángeles, tan difundido por la pintura italogótica, creando un prototipo fácilmente reconocible, con un tipo de Virgen de perfiles afilados, boca pequeña y manos con dedos finos y alargados, derivado de modelos trecentistas toscanos. Este modelo se repetirá a lo largo de su carrera con ligeras variaciones y será imitado por sus colaboradores y sucesores, como Pedro García de Benabarre.
Sus colores son brillantes, enriquecidos por el abundante uso del oro. En su arte se han apreciado contactos con la miniatura y la tapicería franco-flamenca de la misma época, obras que tal vez conociera a través de las colecciones de alguno de sus mecenas como el arzobispo Dalmau de Mur o la priora del monasterio de Sijena, Beatriz Cornel, quien precisamente encargó el retablo mayor de la iglesia de Ontiñena, localidad perteneciente al monasterio, destruido en 1936, y que serviría de modelo al de la iglesia de Lanaja, ambas destacadas obras del pintor.
Obras de ~: Retablo de San Blas, de la Virgen de la Misericordia y de Santo Tomás Beckett, c. 1419-1435; Retablo de la Virgen con el Niño, 1425-1435; Ataúd de María Jiménez Cornel, 1427-1451; Ataúd de Isabel de Aragón, Urgel y Monferrato, c. 1434; Virgen del arzobispo Mur, 1437-1439; Anuncio a Santa Ana, 1437-1438; Epifanía, 1437-1438; Virgen de mosén Sperandeu de Santa Fe, 1438; Predela del retablo del Salvador, 1438-1459; Retablo de San Juan Evangelista, c. 1440-1445; Retablo de Santiago el Mayor, c. 1440-1445; Retablo de la vida de la Virgen, 1457-1458.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Protocolos (Zaragoza), Pedro Serrano, 1422 y 1435; Miguel Aguilón, 1427; Alfonso Martínez, 1435, 1437, 1438, 1440, 1443, 1444, 1445, 1446, 1447, 1449, 1450, 1452, 1453, 1454, 1456, 1457, 1458, 1459, 1463 y 1464; Bartolomé Soriano, 1437 y 1439; Domingo Sinabuey, 1443 y 1444; Juan de Saviñán, 1443; Juan Marco, 1449; Domingo Salabert 1450; Alfonso Francés, 1450 y 1451; Pedro Martín, 1451; Miguel Navarro, 1451; Guiralt López del Frago, 1456; Gabriel Giner, 1457, 1458, 1459 y 1460; Juan de Longares, 1458; Sancho Vicente, 1458 y 1459; Martínez de Alfocea, 1463.
J. Gudiol, Pintura medieval en Aragón, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1971, pág. 45; A. Galilea Antón, La pintura gótica española en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Bilbao, Museo de Bellas Artes, 1995, págs. 126-147; M.ª C. Lacarra Ducay, “Nuevas noticias de Blasco de Grañén, pintor de retablos (doc. 1422-1459)”, en VV. AA., Aragón en la Edad Media, Homenaje a la profesora Carmen Orcástegui Gros, vol. II, Zaragoza, Universidad, 1999, págs. 812-830; Arte gótico en el Museo de Zaragoza, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2003, págs. 37-49; Pintura gótica aragonesa en la Fundación Lázaro Galdiano, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, 2004, págs. 19-28; Blasco de Grañén pintor de retablos, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2004.
Miguel Hermoso Cuesta