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Nicolás Belmonte González

Biografía

Belmonte González, Nicolás. Albacete, 4.XI.1910 – Valladolid, 30.IV.1995. Médico y catedrático de Oftalmología.

Fue hijo primogénito del prestigioso oculista albaceteño del mismo nombre, que le imbuyó desde la infancia el interés por la Oftalmología. Estudió Medicina en la Universidad de Madrid, conviviendo en la Residencia de Estudiantes con los espíritus más selectos de su época. Inició su formación en Oftalmología como alumno interno de la cátedra del profesor Márquez, volcándose desde entonces en esa especialidad, a la que dedicó de modo apasionado toda su vida. De regreso a Albacete, pasó a dirigir la Clínica Oftalmológica que generosamente le cedió su padre y que compartió con sus hermanos, también oftalmólogos, José y Manuel. La inquietud académica y el deseo continuo de mejorar su formación científica y clínica le empujaron a finales de la década de 1940 a solicitar al catedrático de Oftalmología de Valladolid, profesor Díaz-Caneja, participar en la enseñanza universitaria de esta disciplina, compaginando durante tres años su actividad profesional con la docencia teórica y práctica, hasta que en 1950 consiguió una beca de la Dirección General de Relaciones Culturales para trabajar en la Clínica Universitaria de Berna (Suiza) con su director, el profesor Goldmann, el más prestigioso oftalmólogo de Europa de aquel entonces. Allí durante cuatro meses estudió experimentalmente el drenaje del humor acuoso por fluorimetría y se familiarizó con las más modernas técnicas de exploración ocular del momento, como la perimetría, la gonioscopía y la biomicroscopía de la periferia del fondo de ojo, con los instrumentos creados al efecto por Goldmann, que incorporó a su modesta clínica albaceteña. La solidez clínica y científica de Nicolás Belmonte se vio reflejada en sus trabajos de investigación, que llevó a cabo con unos niveles de rigor y calidad, inusuales en la Oftalmología española del momento y que presentó regularmente en los Congresos de la Sociedad Española de Oftalmología, de la que fue presidente de 1979 a 1983. Su estudio sobre la Oftalmodinamometría clínica, como ponencia invitada para la Sociedad Oftalmológica Hispano- Americana, constituyó en su momento una obra monumental, fruto de cuatro años de esfuerzo en los que recorrió los centros europeos que trabajaban en el tema y en la que, además de sus estudios personales, recogió toda la bibliografía existente sobre el problema, gracias a la excepcional biblioteca privada que Nicolás Belmonte había conseguido reunir con sus propios recursos.

La solidez y honestidad de su labor clínica y científica otorgaron a Nicolás Belmonte un prestigio profesional indiscutido a nivel nacional, sorprendente para un oftalmólogo de provincias. Ello determinó que varios catedráticos de la especialidad enviaran a sus hijos a formarse a su lado en Albacete y que el claustro de la Facultad de Medicina de Valencia le ofreciera encargarse en 1958 de la cátedra de Oftalmología de dicha facultad, lo que hizo hasta 1960. En 1963 obtuvo por oposición la cátedra de Oftalmología de la Universidad de Valladolid, satisfaciendo así su íntimo anhelo de lograr el máximo nivel dentro del estamento universitario.

Abandonó sin vacilaciones su ya muy próspera clínica albaceteña y se trasladó con su familia a Valladolid, en cuya Facultad de Medicina y hospital universitario montó un moderno servicio de Oftalmología, y se dedicó en cuerpo y alma a la enseñanza, la asistencia hospitalaria y la investigación hasta su jubilación académica en 1979, momento que aprovechó para escribir un tratado clásico sobre la refracción ocular. Fue académico de la Real Academia de Medicina de Valladolid.

Nicolás Belmonte puede ser considerado uno de los fundadores de la moderna Oftalmología española, en la que introdujo el rigor metodológico y los fundamentos científicos típicos de la ciencia alemana de la primera mitad del siglo xx, que tanto admiraba.

En el terreno personal, fue un hombre modesto y discreto, trabajador infatigable, de integridad personal rayan en lo heroico y profundamente querido y respetado en su entorno profesional y personal. Así lo reflejó, con ocasión de su muerte, su contertulio y amigo, el escritor Miguel Delibes, que, tras destacar la finura ilustrada e imagen perfecta de escuchador de Nicolás Belmonte, concluía: “A veces, tímidamente, exponía su opinión y, en su caso, disentía, pero nunca lo hacía a voces, sino moderadamente, con discreción. Su sonrisa no cambiaba nunca. Ni cambiaba él, por fuera ni por dentro. Siempre fue igual a sí mismo”.

 

Obras de ~: “Oftalmodinamometría clínica”, en Archivos de la Sociedad Oftalmológica Hispano Americana, 18 (1958), págs. 6-7; La oftalmología y la conducción del automóvil. Discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina y Cirugía, Valladolid, Imprenta Sever-Cuesta, 1972; Cincuenta años de tratamiento efectivo del desprendimiento de retina, discurso inaugural del Curso 1979 de la Real Academia de Medicina de Valladolid, Valladolid, Imprenta Sever-Cuesta, 1979; Sobre Refracción Ocular, Barcelona, Ediciones Doyma, 1989.

 

Bibl.: J. Belmonte Martínez, “Profesor Nicolás Belmonte González (1910-1995) in memoriam”, en Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología 69 (1985), págs. 421-426.

 

José y Carlos Belmonte Martínez

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