Fernández Rubio, Diego. Córdoba, c. 1500 – 22.VI.1570. Platero.
Las primeras referencias bibliográficas a la existencia de un platero de este nombre corresponden a 1930; posteriormente, en 1973, se publicó su marca y a partir de entonces han sido varias las piezas que han salido a la luz producto de sus manos. Sin embargo, el análisis de la documentación conocida en relación con este platero ha puesto de relieve que entre 1540 y 1591 vivieron en la ciudad de Córdoba seis artífices de ese nombre, lo que impide la correcta adjudicación tanto de la marca como de la autoría de las piezas conservadas que, por otra parte, aún no han sido estudiadas a fondo.
Otro factor digno de tenerse en cuenta es que, según lo constatado hasta ahora, varios de esos plateros fueron a su vez miembros de la misma familia; el cabeza del linaje fue Diego Fernández el Rubio I o el Mayor, hijo de Mateo el Rubio, cuyo nacimiento debió de tener lugar en torno a 1500. Contrajo matrimonio hacia 1520 con Teresa de Palma y tuvieron seis hijos, dos de los cuales fueron plateros: Sebastián de Córdoba y Diego Fernández el Rubio II. La muerte del Mayor tuvo lugar el 22 de junio de 1570. Por su propio testimonio se sabe que realizó diversas obras para la villa de Castro del Río pero no se han conservado.
Diego Fernández el Rubio II debió de nacer entre 1520 y 1535, y casó en 1560 con Úrsula Jiménez. Están documentados como aprendices suyos Alonso de Quijada y Alonso Casas. Su actividad profesional se mantuvo al menos hasta 1584, realizando en ese período tanto obras para la capital como para poblaciones cercanas, no identificadas. El tercer homónimo fue hijo de Sebastián de Córdoba y, por tanto, nieto y sobrino de los citados; realizó el examen de maestría en 1586 y hubo de hacerse cargo de las obras inacabadas de su padre.
Aunque se conservan en la provincia varias piezas con la marca de Diego Fernández, son obras que carecen de cronología segura y que presentan entre ellas notables diferencias estéticas; por otra parte, como no han sido bien estudiadas hasta el momento, resulta bastante problemático atribuir la paternidad de las mismas a alguno de los artífices mencionados.
Obras de ~: Cáliz, iglesia de la Asunción, Palma del Río (Córdoba), 1541-1557; Cruz parroquial, parroquia de San Bartolomé, Espejo (Córdoba), 1559-1562; Crismeras, parroquia de San Bartolomé, Espejo (Córdoba), 1559-1583; Relicario, parroquia de la Asunción, Montemayor (Córdoba), 1559-1562.
Bibl.: M. Merino Castejón, “Estudio del florecimiento del gremio de la platería en Córdoba y de las obras más importantes”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Letras y Nobles Artes (Córdoba), 26 (1930); D. Ortiz Juárez, Exposición de orfebrería cordobesa, catálogo de la exposición, Córdoba, Diputación Provincial, 1973; Punzones de platería cordobesa, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1980, págs. 70-73; J. de la Torre y del Cerro, Registro documental de plateros cordobeses, Córdoba, Diputación Provincial, 1983; VV. AA., Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Córdoba, t. III, Córdoba, Diputación Provincial, 1985, pág. 186; M. Ventura Gracia, Orfebrería de la parroquia de San Bartolomé de Espejo, Espejo, Ayuntamiento, 1989, págs. 19-20; M. Nieto y F. Moreno, Eucharistica cordubensis, catálogo de exposición, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1993; J. C. Cruz Valdovinos, “Platería”, en A. Bartolomé Arreiza (coord.), Artes decorativas en España, II, J. Pijoan (dir.), Summa Artis: historia general del arte, XLV, Madrid, Espasa Calpe, 2000, págs. 568-569; M.ª T. Dabrio González, “Diego Fernández, un platero cordobés de seis cabezas”, en Estudios de platería: San Eloy 2001, Murcia, Universidad, 2001, págs. 57-76.
María Teresa Dabrio González
