Ávila, Álvaro de. Señor de Peñaranda (I); señor de Fuente el Sol. ?, s. m. s. XIV – 1435. Noble, mariscal de Castilla.
Nada se sabe sobre los orígenes de este personaje. A juzgar por su apellido, es posible que naciese en Ávila.
Debió de entrar muy joven como paje al servicio del infante Fernando. La Crónica de Juan II le menciona por primera vez en 1406 como camarero del infante.
Con toda seguridad, el futuro mariscal irrumpe en la vida política castellana como hombre de confianza del regente y, al igual que Diego Gómez de Sandoval, su carrera militar y, por tanto, su ascenso social proceden directamente de los servicios prestados a don Fernando; la Crónica resalta su decisiva participación en la campaña granadina que culminó en la toma de Antequera. Su heroísmo y su valor ante los muros de esa fortaleza fueron recompensados en 1411 por el infante con el nombramiento de mariscal de Castilla.
Poco después, el regente le envió al frente de las tropas castellanas que tuvieron a su cargo vigilar el parlamento de Alcañiz cuando Fernando de Antequera presentó candidatura al trono de Aragón.
Se hallaba en Caspe cuando don Fernando fue elegido rey de Aragón. Tras la revuelta del conde de Urgel, el mariscal fue enviado por el nuevo Monarca desde Barcelona a Castilla para reclutar tropas que se enfrentasen al rebelde. Fue Álvaro de Ávila quien hizo preso a Jaime de Urgel después de contribuir decisivamente a su derrota. Estuvo también presente en puesto destacado en la ceremonia de coronación de Fernando como rey de Aragón que se celebró en Zaragoza en 1414.
Los servicios prestados a don Fernando tuvieron su adecuada recompensa. En 1413 se le concedió el lugar de Fuente el Sol, cercano a la villa de Madrigal de las Altas Torres. El mariscal, por su parte, había comprado ya, en 1409, a Nuño Núnez de Villasán, alguacil mayor del regente Fernando, la mitad del lugar de Peñaranda, en el obispado de Ávila, por treinta y un mil maravedís. Años después, en 1418, compró la otra mitad por trescientos florines a los herederos de Pedro González de Contreras, montero mayor del Rey. Con la donación de Fuente el Sol y la compra de Peñaranda, Álvaro de Ávila se hacía con un modesto pero apreciable patrimonio personal. Su matrimonio le proporcionó también fortuna. En efecto, el mariscal, poco después de la toma de Antequera, había casado con Juana de Bracamonte, hija del almirante francés Robert o Rubín de Bracamonte, personaje afincado en Castilla desde hacía muchos años.
Álvaro de Ávila murió en 1435. Su matrimonio con Juana de Bracamonte fue muy prolífico. Diez hijos nacieron de esa unión; de ellos, sólo le sobrevivieron los siguientes: Rubín, Álvaro, Juan, Alonso, Inés, Aldonza, Juana, Leonor e Isabel. Sus sucesores abandonaron bien pronto el apellido paterno para adoptar el materno Bracamonte, quizás porque era más ilustre que el de su padre. Así pues, el linaje fundado por el mariscal perpetuó el apellido francés de su suegro que también recibió su villa principal, Peñaranda de Bracamonte.
Bibl.: F. Pérez de Guzmán (atrib.), Crónica de Juan II, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1953, t. LXVIII; A. Franco Silva, La fortuna y el poder: estudios sobre las bases económicas de la aristocracia castellana (s. XIV-XV), Cádiz, Universidad, 1996, págs. 241-263.
Alfonso Franco Silva
