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José Cregenzan y Monter

Biografía

Cregenzán y Monter, José. Albalate de Cinca (Huesca), 29.X.1726 – ?, 29.VIII.1799. Magistrado, regente de la Audiencia de Mallorca, presidente de la Chancillería de Valladolid, consejero del Consejo Real de Castilla.

Procedía de una familia de infanzones. Su padre, Jerónimo Cregenzán, había nacido en Albalate el 11 de septiembre de 1689, y su madre, Josefa Monter, en Luenga el 22 de enero de 1693. Se casaron el 10 de junio de 1714. Sus abuelos paternos eran Miguel de Cregenzán y Bastida, nacido en Albalate el 20 de agosto de 1664, y Francisca de Regales, nacida en Alcolea el 3 de febrero de 1664. Los abuelos maternos fueron José Monter, nacido en Luenga el 21 de febrero de 1659, e Isabel Villelas, nacida el 4 de febrero de 1667 también en Luenga. Cregenzán había sido colegial mayor de Santiago en la Universidad de Huesca, así como catedrático de Digesto Viejo en ella. Comenzó sus servicios en la Administración de Justicia en 1765 con el desempeño de una alcaldía del Crimen de la Audiencia de Valencia, si bien ya en 1761 pretendió una fiscalía de ella. Fue propuesto en primer lugar por el Consejo de la Cámara el 24 de octubre de 1770, con un voto, para la plaza de oidor de la misma audiencia, vacante por ascenso de Villafañe al puesto de director de los Estudios Reales de San Isidro de Madrid. Carlos III le eligió para dicha plaza. También la Cámara le propuso el 4 de junio de 1776 en primer lugar, y con el único voto de Acedo, para la regencia de la Audiencia de Mallorca, que había vacado al ascender Felipe de Rivero Valdés a regente del Consejo Real de Navarra. Con mayoría de votos figuraba en ese primer lugar Baltasar de Aperregui, mientras que Cregenzán obtuvo mayoría de votos para el tercer lugar. A pesar de ir propuesto en primer lugar por un voto, el Rey designó a Cregenzán para el puesto, gracias al apoyo del secretario de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia Manuel de Roda Arrieta, aragonés y manteísta como él.

Durante casi siete años permaneció en Mallorca. Al quedar libre la regencia del Consejo navarro por promoción de Rivero al Consejero de Órdenes, Cregenzán será uno de los candidatos propuestos el 12 de febrero de 1783 por la Cámara. El Monarca se de cantó por él. En dos ocasiones, 1784 y 1787, fue virrey interino de Navarra. El secretario de Estado y del Despacho de Justicia interino José Moñino, conde de Floridablanca, solicitó informes reservados sobre la actividad profesional de Cregenzán al obispo de Pamplona y al virrey navarro. Ambos coincidían en destacar su participación en algunos juegos, algo que la legislación prohibía practicar a los magistrados. El ser adicto al juego no fue óbice para que Cregenzán ascendiera en 1789 a la presidencia de la Chancillería de Valladolid, vacante por promoción de Pedro Andrés Burriel al Consejo Real. El día 14 de noviembre llegó a Valladolid, donde fue recibido por el ayuntamiento.

En la ciudad de la chancillería le acompañaron las desgracias familiares. El 23 de diciembre de 1790, falleció su única hija María Amalia, que se había casado dos años antes en Pamplona con Francisco Castro Pimentel, conde de la Rosa, y, más tarde, el 16 de marzo de 1794, su esposa, Antonia de Brías.

En el año 1790 Cregenzán ingresó en la Orden de Carlos III. En su testamento, redactado en 1796, a causa de la conducta poco procedente de su yerno el conde, designa como tutor de su nieto a su compañero del Consejo de Castilla Benito de la Puente. Sin embargo, De la Rosa, aprovechando las deficiencias psíquicas de su suegro, consigue que éste cambie el testamento y le designe como tutor.

El 6 de abril de 1794 Carlos IV expidió un decreto desde Aranjuez en el que dispuso que para la plaza del Consejo de Castilla, vacante por fallecimiento de Francisco García de la Cruz, se nombrara al aragonés.

Apenas ejerció dos años su nuevo empleo. En efecto, otro decreto despachado el 24 de julio de 1796 indica, entre otras cosas, cesar de su cargo a los consejeros de Castilla Manuel Doz, Andrés Bruno Cornejo y al propio Cregenzán. La norma alegaba la avanzada edad y achaques de los tres, a los que se jubila con el sueldo que percibían en ese momento, esto es, 55.000 reales anuales.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Dirección General del Tesoro, invent. 13, leg. 5; invent. 16, guión 23, leg. 18; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 6380.

M.ª de la S. Martín Postigo, Los presidentes de la Real Chancillería de Valladolid, Valladolid, Institución cultural Simancas, 1982; J. M. Sesé Alegre, El Consejo Real de Navarra en el siglo xviii, Pamplona, Eunsa, 1994; P. Molas Ribalta, “Magistrados foráneos en la Valencia borbónica”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, CXCII, Cuaderno II (mayoagosto de 1995), págs. 265-332; R. Gómez-Rivero, El Ministerio de Justicia en España (1714-1812), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1999; P. Molas Ribalta, Los magistrados de la Ilustración, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000; “Aragón en el Consejo de Castilla”, en Cuadernos dieciochistas (Ediciones Universidad de Salamanca), 2 (2001), págs. 13-35.

 

Ricardo Gómez Rivero

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