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José María Córdova Muñoz

Biografía

Córdova Muñoz, José María. Héroe de Ayacucho. Concepción (Colombia), 8.IX.1799 – El Santuario de Antioquia (Colombia), 17.X.1829. Militar de la Guerra de Independencia Hispanoamericana.

Fueron sus padres Crisanto de Córdova y Mesa, pequeño comerciante activo en el oriente antioqueño que apoyó las tempranas acciones en pro de la independencia, y Pascuala Muñoz Castrillón, que se trasladaron a la ciudad de Arma de Rionegro, en Antioquia, virreinato de la Nueva Granada. Córdoba no tuvo demasiada educación específica ya que no pertenecía a la elite, aunque se conoce que su maestro de primeras letras fue Manuel Bravo Daza.

El 20 de julio de 1810 se produjo en Bogotá una conmoción popular. La revolución se extendió por todos los rincones del virreinato. José María Córdova ingresó, el 13 de junio de 1814, en Medellín (Colombia), en la escuela regentada por el coronel Francisco José de Caldas. Recibió el grado de subteniente. Se incorporó al grupo militar que comandaba el coronel Manuel de Serviez, oficial francés al servicio de la República. Con él marchó hacia el sur del país. Se enfrentaron y derrotaron a los españoles el 16 de agosto de 1815, en la batalla de El Palo. José María Córdova fue ascendido a teniente efectivo.

Fernando VII, rey de España, envió al general de división Pablo Morillo, con un ejército de diez mil efectivos para reconquistar las colonias insurrectas.

Esta fuerza llegó a Venezuela y de allí pasó a Cartagena de Indias. El general Morillo designó al coronel Miguel de la Torre para que, al mando de una división, se tomara a Santafé capital de la naciente república. El presidente de la unión, Camilo Torres, había nombrado a Manuel de Serviez general en jefe del ejército patriota, quien se retiró a la provincia de Casanare. Formaba parte de este contingente el teniente José María Córdova, quien, a finales de junio de 1817, consiguió encontrarse con Simón Bolívar, jefe supremo de las fuerzas patriotas. El 15 de febrero de 1819 se reunió en Angostura el Congreso Constituyente de la naciente República y eligió a Simón Bolívar como presidente, quien decidió invadir la Nueva Granada. Córdova, quien ya había sido ascendido a teniente coronel, fue nombrado jefe de Estado Mayor de la División de Retaguardia. El 7 de agosto de 1819 ocurrió la batalla de Boyacá, donde fueron derrotados los españoles. Allí se selló la libertad de la Nueva Granada.

El coronel José María Córdova fue designado comandante de la división para liberar la provincia de Antioquia. El coronel realista Carlos Tolrá, acobardado por la noticia del desastre de sus compañeros de armas, resolvió huir. Entre tanto, Córdova envió a Santafé gran cantidad de oro procedente de las minas de Antioquia para contribuir a la causa libertadora.

Asimismo, Córdova fue designado para liberar el Río Grande de la Magdalena. Por esta acción militar, Bolívar lo promovió al grado de coronel efectivo el 23 de julio de 1820. Córdova tomó parte del grupo militar patriota que sitió a Cartagena. Más tarde, por orden del libertador, el coronel Córdova fue designado jefe de la expedición que debía reforzar las fuerzas del general Sucre que ya ocupaban Guayaquil, Ecuador. El 24 de mayo de 1822 el general Antonio José de Sucre derrotó las fuerzas españolas en la batalla de Pichincha.

En esta acción volvió a distinguirse por su coraje y su valor el coronel Córdova. Allí se consiguió la libertad del Ecuador.

También contribuyó en el debilitamiento de las fuerzas realistas comandadas por el líder indígena Agustín Agualongo. Córdova ya ostentaba el grado de general de brigada cuando se emprendió la campaña del Perú bajo el mando de Sucre.

El 9 de diciembre de 1824, en el Perú, se libró la batalla que sellaría la libertad de América del Sur: Ayacucho.

Comandaba las fuerzas patriotas el general de división Antonio José de Sucre, quien alcanzaría su más alta gloria militar en esta ocasión. El general de brigada Córdova era el jefe de la 1.ª División de Vanguardia.

El Ejército español tenía por comandante al virrey y teniente general José de la Serna y Martínez de Hinojosa. Como su jefe de Estado Mayor actuó el general José de Canterac. La táctica de Sucre consistió en atacar al enemigo en las estribaciones de la abrupta montaña sin permitir que el enemigo pudiera desplegar sus batallones en la llanura. Cuando Sucre le dio a Córdova la orden de atacar, el joven héroe se dirigió a sus hombres con voz serena y firme diciéndoles: “¡División de frente, armas a discreción. Paso de vencedores!”.

Las cargas de la división comandadas por Córdova fueron definitivas para lograr la victoria de los patriotas. Al caer la tarde en la llanura de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, se había ocultado el sol para el Imperio español en todas sus antiguas posesiones en el inmenso territorio sudamericano. A José María Córdova se le promovió al grado de general de división y fue el único oficial ascendido en el propio campo de batalla. Sucre escribió a Bolívar: “Córdova se ha portado divinamente, él decidió la batalla”.

Más tarde, las tropas patriotas al mando del mariscal Sucre invadieron el alto Perú. En este ejército marchaba Córdova. Posteriormente, el 6 de agosto de 1825, se decidió crear un nuevo país con el nombre de Bolívar, denominación que más tarde se cambió por Bolivia. El 9 de septiembre de 1827 el general Córdova regresó a Bogotá. Por este tiempo se le acusó de la muerte de unos de sus subalternos en Popayán, pero fue exonerado. Los orígenes de esta acusación se pueden buscar en la reacción antimilitarista que tuvo lugar en la Nueva Granada.

En 1828 y 1829 fue designado para comandar las fuerzas que fueron enviadas al sur del país para sofocar la rebelión interna encabezada por los coroneles José María Obando y José Hilario López.

José María Córdova continuó siendo fiel amigo de Bolívar hasta que éste asumió la dictadura bajo el nombre de Libertador Presidente. Por ello Córdova resolvió revelarse. Se dirigió entonces a su provincia natal de Antioquia (Colombia). Allí preparó y adiestró un pequeño ejército de trescientos campesinos y algunos oficiales amigos. Cuando el Gobierno de Bogotá se enteró de esta insurrección, despachó una división comandada por el coronel Daniel Florencio O’Leary, varios oficiales y ochocientos soldados veteranos.

En la pequeña población de Santuario se enfrentaron estas dos fuerzas. El combate sangriento duró dos horas. Córdova se batió con su acostumbrado valor legendario. Finalmente, derrotado y herido, se refugió en una pequeña casa convertida en hospital.

Hasta allí llegó el coronel Rupert Hand, mercenario inglés, quien con su afilado sable descargó tres golpes sobre la cabeza del héroe de Ayacucho. Cuando parecía que se había detenido su indomable corazón pronunció sus últimas palabras, que son síntesis de su vida: “¡Avance corneta, toque paso de ataque!, ¡muchachos a la bayoneta, que los enemigos son pocos y cobardes! ¡Viva la libertad!”.

 

Obras de ~: P. Moreno de Ángel (comp.), Correspondencia y documentos del general José María Córdova, Bogotá, Academia Colombiana de Historia-Editorial Kelly, 1974 (Biblioteca de Historia Nacional).

 

Bibl.: G. Porras Troconis, Biografía de José María Córdoba, Bogotá, Santafé, 1952; R. Gómez Hoyos, La vida heroica del General [José María] Córdoba, Bogotá, Canal Ramírez, 1969; S. E. Ortiz, Franceses en la independencia de la gran Colombia, Bogotá, Academia Colombiana de la Historia, Abc, 1971; P. Moreno de Ángel (comp.), José María Córdova, op. cit.; J. Ocampo López, El proceso ideológico de la emancipación. Las ideas de génesis, independencia, futuro e integración en los orígenes de Colombia, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1980; G. Lozano Gutiérrez, De Ayacucho a Santuario: biografía de una época, Bogotá, Plaza y Janés, 1987; R. Gómez Hoyos, La independencia de Colombia, Madrid, Mapfre, 1992; A. López Bustamante, “Cambios en la imagen de un héroe: José María Córdova entre la historia y el mito”, en Revista Credencial Historia (Bogotá), 123 (2000).

 

Pilar Moreno de Ángel y José Manuel Serrano Álvarez