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Juan Martínez de Ereñozu Berrasoeta

Biografía

Martínez de Ereñozu Berrasoeta, Juan. Hernani (Guipúzcoa), f. s. XV – Semper (Francia), 1554. Mercader- ferrón.

Hijo de Martín Arano de Ereñozu y de María López de Berrasoeta. Casó en 1520 con Catalina de Arbide (hija de Miguel de Arbide y Desiderada de Elduayen, fallecida en 1541). Dueño del solar de Ereñozu a la muerte de su padre antes de 1529, pronto formó parte activa del patriciado de la villa y del poder municipal, llegando a gestionar su Alcaldía y a ejercer, por ello, de juez de primera instancia. Otras dos fueron, sin embargo, sus líneas de actuación fundamentales: como ferrón-mercader, y como fundador de un monasterio.

Como ferrón-mercader fue un profesional excepcional, cuya actividad fue afectada por la difícil coyuntura económica que le tocó vivir, especialmente la bajada de precios en los contratos más fuertes que firmó en su vida, en especial con el mercader florentino Rafael Achaioli —y sus factores Antonio de Luca y César Pini— y con Martín de Goizueta el Viejo. Heredó la ferrería “vieja” de Ereñozu y levantó otras dos —la de “medio” o “Chabi”, y la “nueva” o “Bazterrola”—, estimadas en 3.000 y 5.000 ducados respectivamente, doblando así la producción de hierro y colocando el producto en los principales mercados peninsulares —desde Sevilla en las Indias, y en Bilbao o Medina del Campo—, transportándolo en su nao Agustina, de porte de cuatrocientos toneles, capitaneada por su hijo Sebastián de Ereñozu.

Como fundador de un monasterio, fue un caso ejemplar en su tiempo al asumir el proyecto de levantar el monasterio de religiosas de San Agustín de Hernani sin disposición de patrimonio personal previo ni título nobiliario alguno, sino fiado exclusivamente en los recursos derivados de su trabajo. Aprovechó para ello la antigua iglesia parroquial de la villa, alejada un tanto de la misma y abandonada desde que en 1542 se trasladase aquélla al interior de la villa.

Obtuvo para ello licencia del obispo de Pamplona, Pedro Pacheco, en 1544, y del concejo de Hernani la cesión del edificio religioso, y dotó a la Comunidad con 100 ducados de renta anual, situados en juros o censos.

Los numerosos compromisos asumidos, y en parte no cumplidos, hicieron que fuera ejecutado en ocasiones en sus bienes. Angustiado y huido de la justicia, murió en Semper en 1554 dejando ocho hijos: María Martínez —que casó con Juan Martínez de Alcega en 1539—, Domingo —que debió de morir en Indias—, Martín Arano —que heredó el patrimonio familiar, casó en 1569 con Catalina López de Elduayen, hija del bachiller Amador López de Elduayen y de Bárbara de Amézqueta, dueños de la ferrería de Abillas—, Mariana —monja—, María López —monja también—, Adrián —que murió sin hijos—, Desiderada —que casó con Esteban de Urbieta en 1558—, y una hija natural.

 

Bibl.: M.ª Rosa Ayerbe Iribar, San Agustín de Hernani. Fundación y consolidación de un monasterio guipuzcoano del s. XVI, Hernani, Ayuntamiento, 1998.

 

María Rosa Ayerbe Iribar

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