Olhaberriague Blanco, Félix d’. Santander (Cantabria), s. m. s. XVIII – Madrid, 6.VII.1848 ant. Comerciante y ministro.
Fue nombrado intérprete real de su ciudad natal, Santander, en 1799 y fue repuesto en el cargo después de la Guerra de la Independencia mediante Real Orden de septiembre de 1814. En 1817 sustituyó a Juan Bautista de Oyarzábal en la dirección de la Real Compañía de Filipinas en Lima. Un año después abandonó España y se instaló en el barrio parisino de Montmartre, donde comerció con productos procedentes de América. Se casó y tuvo dos hijas: Margarita e Inés.
Durante la regencia de María Cristina ocupó diversos cargos de importancia dentro de la administración como el cargo de director de la Real Caja de Amortización. El 25 de mayo de 1836 ocupó con carácter interino el puesto de director de las Rentas Estancadas, sustituyendo a Mariano Egea, y hasta el 14 de agosto del mismo año, cuando fue sustituido por Istúriz, y en este corto período participó de forma activa en el proceso de desamortización. El 13 de marzo de 1837 fue nombrado miembro de la Junta de quema de documentos de la Deuda Pública mediante Real Decreto, llevándose a efecto el 27 de mayo de 1839.
Tras sustituir a José de la Matta al frente de la intendencia de Hacienda de Filipinas se vio implicado en un escándalo de índole económico en el archipiélago, que se hizo público tras la toma de posesión del capitán general Narciso de Clavería en 1844. Este escándalo salpicó a Pascual del Castillo y a Ramón Alonso de la Heras, su yerno y sobrino respectivamente, miembros del aparato burocrático como secretario y asesor de la intendencia filipina. Ambos fueron condenados a un año de prisión, inhabilitación perpetua y a la devolución de parte de los fondos.
Poco después abandonó el cargo, y el 6 de julio de 1848 el Clamor Público notificó su fallecimiento en la capital y en El Heraldo apareció el deceso al día siguiente.
Bibl.: Almanack mercantil o guía de comerciantes para el año 1799, Madrid, Imprenta Viuda de D. Joaquín Ibarra, c. 1799; J. M. de Nieva, Decretos de S. M. Doña Isabel II, dados en su real nombre por su augusta madre la reina gobernadora, y reales órdenes, resoluciones y reglamentos generales expedidos por la secretaría del despacho universal desde el 1 de enero hasta fin de diciembre de 1836, t. XXI, Madrid, Imprenta Nacional, 1837; “Noticias Oficiales”, en Eco del Comercio (Madrid), 10 de junio de 1839; “Parte política”, en El Heraldo (Madrid), 31 de octubre de 1845; “[Necrológica]”, en El Clamor Público, 6 de julio de 1848; “[Necrológica]”, El Heraldo, 7 de julio de 1848; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705- 1999), Madrid, Editorial Actas, 1999; J. M. Fradera Barceló, Filipinas, la colonia más peculiar: la hacienda pública en la definición de la política colonia, 1762-1868, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1999; X. Huetz de Lemps, L’Archipel des “épices”: la corruption de l’administration espagnole aux Philippines (fin xviiie-fin xixe siècle), Madrid, Casa de Velázquez, 2006; J. Ruiz de Gordejuela Urquijo, “La salida de la élite virreinal del Perú: sacerdotes, funcionarios y comerciantes, 1821-1825”, en Revista de Indias (Madrid, CSIC), vol. LXVI, n.º 237 (2006), págs. 453-472.
Carmen Cuesta Mellado y Carlos Muriel Cegarra
