Fernández Golfín, Francisco. Almendralejo (Badajoz), 7.XI.1767 – Málaga, 11.XII.1831. Militar y diputado.
Aristócrata, era hijo del IV marqués de la Encomienda, Francisco Lorenzo Fernández de Córdoba y Ulloa, y Catalina Golfín. Ingresó muy joven en el Ejército, haciendo campaña contra la Francia revolucionaria a las órdenes del general Ricardos. Durante la Guerra de la Independencia llegó a coronel de Infantería.
Diputado por Extremadura en las Cortes Generales y extraordinarias (1810-1813), fue elegido el 23 de julio de 1810 en el palacio de la Junta Superior de Badajoz y juró su cargo el día 24 de septiembre.
Destacado liberal, tuvo una intensa participación activa en las Cortes, formando parte de la comisión de cinco diputados encargada de la elaboración del Reglamento Interior de las Cortes (25 de septiembre de 1810) y de la de Guerra (4 de octubre de 1810).
Intervino en casi todos los debates relativos a cuestiones militares, como el papel que el Ejército debería desempeñar en el nuevo orden constitucional, así como en el mantenimiento del fuero especial de la clase militar. Muy crítico con la actuación de las tropas regulares en el desarrollo de la guerra, alegó que se necesitaban más medios y que no bastaba sólo con “el amor a la Patria”, sino que era necesario instruir al soldado, pues “hasta ahora no ha llevado al combate más que su valor individual, nulo en las acciones de guerra”. También formó parte de la comisión de Premios. Asimismo, expresó que la nación española debía ser libre para escoger la forma más conveniente de gobierno, a la vez que apoyaba con entusiasmo el decreto de Argüelles sobre la libertad de imprenta. En el debate sobre los señoríos expresó que si la nación en su momento se dio a un rey sin atenerse a pactos o leyes anteriores, también podría ahora legislar sin ninguna atadura o compromiso anterior.
Tuvo varios enfrentamientos sonados con otros diputados, protagonizando un intento de agresión contra el diputado Blas de Ostolaza, cuando se discutía la lectura del oficio de la Regencia sobre el extrañamiento del nuncio Gravina, acusado de indisponer al clero gaditano contra las Cortes a propósito del decreto de abolición de la Inquisición. Al plantearse que los colegios militares fueran de uso exclusivo de la nobleza, expresó que era “el medio seguro de sacar partido de todos los individuos en España”.
Se le concedieron doce días de licencia para pasar a Algeciras a visitar a un hijo suyo, allí destinado como soldado (1 de diciembre de 1811). Fue uno de los firmantes de la Constitución y, durante su estancia en Cádiz, se alojó en la calle de la Compañía, n.º 1. Con la reacción absolutista fue condenado a diez años de presidio en el castillo de Santa Bárbara de Alicante, según sentencia firmada por el propio Fernando VII el 15 de octubre de 1815. Miembro de la masonería con el seudónimo de Baleris, durante el Trienio Liberal fue jefe político de Alicante y volvió a ser diputado por Extremadura en las Cortes de 1820-1822, donde volvió a destacar como una de las vanguardias del liberalismo, tratando de que se aprobara, sin éxito alguno, un proyecto que reconociera la independencia de las colonias americanas.
Coronel del Regimiento de la Reina, cuando la invasión de Angulema en 1823 sirvió en el ejército de Ballesteros, siendo en junio de 1823 ministro interino de la Guerra en Cádiz, donde se hallaba refugiado el Gobierno. Emigró tras la reacción absolutista de 1824 y en 1831, siendo miembro de la Junta en Lisboa, fue uno de los que ofreció la Corona de España a don Pedro, emperador del Brasil. En ese mismo año se unió a la expedición de Torrijos, ayudando desde Tánger con el ex cónsul Zenón de Orúe a obtener víveres y refuerzos para su intentona. Sin embargo, capturado en Málaga, fue fusilado, junto a Torrijos, a los sesenta años y casi ciego.
Dejó escritos varios opúsculos entre los que destaca Conversaciones militares. Conversación primera sobre la moral militar (1813), en el que diserta con sencillez sobre conceptos tales como el honor, el valor, la magnanimidad, la paciencia, la actividad y la subordinación.
Fue elegido correspondiente de la Real Academia de la Historia el 22 de diciembre de 1797 por Mérida. En Sevilla, y en 1809, le fue concedida licencia para la edición e impresión de un periódico titulado Correo de los Ejércitos.
Obras de ~: Conversaciones militares. Conversación primera sobre la moral militar, Cádiz, Imprenta patriótica á cargo de D. R. Verges, 1813.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie Documentación Electoral, Legislatura 1810-1813, leg. 1, exp. 11.
Congreso de los Diputados, Diario de sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias, Madrid, Imprenta de J. A. García, 1870; S. Casanova y Patrón, Anales gaditanos o inventario de los sucesos de mayor trascendencia acaecidos en Cádiz desde los tiempos más remotos hasta 1905, Cádiz, Adolfo Macías Benítez, 1905, pág. 66; R. Comenge, Antología de las Cortes de Cádiz, t. II, Madrid, Est. Tipográfico Hijos de J. A. García, 1910, pág. 745; M. Ravina Martin, Las Cortes de Cádiz y el Protocolo Notarial. Archivo Histórico Provincial, Cádiz, Consejería de Cultura y Medio Ambiente, 1984, pág. 43; J. Cepeda Gómez, El Ejército en la Política Española (1787-1843), Madrid, Fundación Universitaria Española, 1990, pág. 154; A. Gil Novales (dir.), Diccionario Biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991, pág. 229; J. M.ª García León, Los diputados doceañistas, t. I, Cádiz, Ayuntamiento, 2006, págs. 335-338; C. Fernández Daza, “Apuntes sobre unos años en la biografía de Francisco Fernández Golfín: 1767-1813”, en F. Lorenzana de la Puente (coord.), Actas del Congreso Internacional Guerra de la Independencia en Extremadura. II Centenario 1808-1812, s. l., Sociedad Extremeña de Historia, Centro de Estudios Estado de Feria, 2009, págs. 443-466; M. Urquijo Goitia (dir.), Diccionario biográfico de parlamentarios españoles. Cortes de Cádiz. 1810-1814, Madrid, Cortes Generales, 2010 (CD- Rom).
José María García León
