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José María Magallón y Mencos Ayanz de Navarra

Biografía

Magallón y Mencos Ayanz de Navarra, José María. Marqués de San Adrián (VII). Los Arcos (Navarra), 1735-1736 – ?, 12.X.1799. Político foral e ilustrado.

Miembro de uno de los linajes más distinguidos de la alta aristocracia navarra. Así lo muestran su antigüedad, los estrechos vínculos familiares que había ido estableciendo con otros eminentes clanes nobiliarios del reino (los Beaumont, Ayanz, Falces, etc.) y los títulos de marqués y señor de San Adrián, que desde 1696 distinguieron a la familia, cuya historia está indisolublemente unida a la ribera navarra y, en particular, a Tudela.

José María Magallón representó un magnífico ejemplo del noble del siglo XVIII que supo combinar a la perfección su participación desde posiciones protagonistas en el movimiento político y cultural propio de la Ilustración española, en particular durante el fértil período modernizador que caracterizó el reinado de Carlos III, con la explotación exitosa de las enormes posibilidades que le ofrecían su notable posición social y económica. Buena prueba de ello es que a finales de ese siglo obtuvo el reconocimiento de la categoría de rico-hombre y en 1802, ya difunto, en la figura de su primogénito, el de la nobleza de 1.ª Clase.

Del clan San Adrián resulta bien conocida su larga tradición de residencia en el formidable palacio de los Magallón en Tudela y esporádicamente en las casas familiares de Monteagudo y Los Arcos, donde, precisamente, tuvo lugar el nacimiento de José María. Éste fue testigo privilegiado del interesante proceso evolutivo que protagonizó su familia, desde la pre-Ilustración de las tertulias a la Ilustración de las sociedades económicas, teniendo siempre como centro la vida cultural y económica de la ribera navarra. El precursor del mismo fue Francisco Magallón, padre de José María, a quien se atribuye la creación de una poco conocida Academia de “los Aplicados o los útiles”, dedicada preferentemente al cultivo de las humanidades.

Sus actividades comenzaron a institucionalizarse en diciembre de 1773, con motivo de su transformación en una nueva tertulia, denominada ahora la “Conversación”.

Ésta, en la que ya participó muy activamente su hijo José María, junto a otros nobles tudelanos, constituyó a su vez el embrión de la futura Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público, una sociedad económica muy similar a las que florecieron en ese tiempo en toda España. Este proceso evolutivo tuvo continuidad en la figura del primogénito de José María Magallón, fruto de su matrimonio en 1762 con la pamplonesa M. J. Armendáriz, de los marqueses de Castelfuerte, también llamado José María. Tras ocho años de estudio en el seminario de Vergara y en diferentes centros parisinos, José María, cuya aguda mirada quedó magistralmente retratada en 1804 por su amigo Goya, pasó a residir a la Corte. Allí intimó con Cabarrús, Jovellanos y otras personas del mundo ilustrado, forjándose un talante afrancesado que le llevará años después a participar en el Gobierno de José I. En suma, realizar un recorrido a través de la familia Magallón es tanto como intentar comprender la profunda transformación que la mentalidad nobiliaria conoció a lo largo del siglo XVIII.

La faceta política de José María Magallón tuvo como escenario las Cortes de Navarra, a las que su familia tenía desde antaño reconocido el derecho a la participación en el brazo de la nobleza. Siendo joven tomó parte en las Cortes de 1757, pero fue en otras dos convocatorias posteriores, las de 1780-1781 y 1794- 1796, donde su protagonismo político está fuera de toda duda. En las trascendentales Cortes celebradas entre enero de 1780 y mayo de 1781, San Adrián desempeñó un protagonismo central en la polémica más decisiva de cuantas acogieron: el posible traslado del cordón aduanero situado a lo largo del río Ebro a la frontera francesa, en los Pirineos. La propuesta favorable a la traslación era de gran trascendencia, pues suponía, en suma, sustituir la figura foral de las tablas por los aranceles del régimen general, terminando así de integrar el mercado navarro en el global de la Monarquía.

Con ello, los sectores reformadores pretendían dar respuesta al doble problema central al que se enfrentaba entonces la economía navarra: por un lado, la existencia de un sector agrícola, especialmente pujante en las comarcas del sur, donde la agricultura comercializada estaba haciendo notables progresos a lo largo del siglo XVIII, cuyas principales producciones eran grano, vino y aceite, y para cuya expansión se debían encontrar mercados de exportación; por otro lado, un sector manufacturero muy débil cuyo futuro sólo podía encontrarse en la protección frente a los mercados europeos, particularmente de Francia, que inundaba de manufacturas el reino. A través de diversos escritos, Magallón, en sintonía con otros notables ilustrados, como Francisco Javier Argáiz y, con toda probabilidad, V. de Foronda, trató de convencer a las Cortes, sin lograrlo finalmente, de que aceptaran la traslación aduanera, esforzándose en plantear una posición conciliadora entre las diferentes propuestas extremas, que incluía una detallada relación de beneficios comerciales para los valles pirenaicos fronterizos, los más dañados por la posible traslación, así como otros, de carácter financiero y también comercial, para el conjunto del reino. Sus posiciones reflejaban muy bien los intereses económicos de la pujante nobleza territorial de la Navarra sureña. Los Magallón poseían a comienzos de los años sesenta del siglo XVIII once mayorazgos, cuyas ingentes propiedades de tierras blancas y viñedos se extendían a lo largo de la merindad de Tudela y de numerosos pueblos situados en las dos merindades meridionales más cercanas a ésta.

La labor ilustrada de José María Magallón fue canalizada esencialmente a través de la ya mencionada Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público, cuya aprobación oficial por parte del Consejo de Castilla tuvo lugar en marzo de 1778. Siempre bajo el liderazgo de José María Magallón, esta institución diseñó un ambicioso programa de actividades económicas, culturales y educativas, vertebradas en torno a dos núcleos centrales: el primero y principal, afrontar los problemas económicos de Tudela y su merindad, en particular los relativos a un desarrollo agrícola colapsado por una tendencia imparable hacia el monocultivo de la vid y con un todavía insuficiente grado de comercialización; el segundo, servir de órgano de estudios económicos a las instituciones navarras, tarea que se enfocó a través de la realización de un amplio estudio estadístico sobre la economía provincial. Sus resultados fueron, sin embargo, muy exiguos. Esto se debió principalmente al recelo con el que la Sociedad fue recibida por las instituciones municipales de Tudela y las provinciales del reino. A finales de la década de 1780, y después de diferentes conflictos internos que culminaron con el cese del propio Magallón como secretario de la institución, ésta interrumpió virtualmente sus actividades. No obstante, siempre atento a los problemas del reino, en 1789, con ocasión de la extrema coyuntura agrícola que éste padeció entonces, José María Magallón se volvía a dirigir a la Diputación de Navarra con el fin de reorganizar el sistema de pósitos públicos y de emprender un conjunto de medidas agrícolas a través del cual afrontar la grave situación existente. Entre 1794 y 1796 se le encuentra participando en las Cortes navarras e interviniendo, una vez más desde posiciones muy destacadas, en la organización de la defensa militar del reino ante las tropas francesas del Gobierno de la convención presentes en territorio navarro, actividad que le supuso el agravamiento de una larga enfermedad de la que no logró recuperarse y le produjo la muerte en 1799.

Sus escritos, concebidos siempre en relación con las actividades políticas e ilustradas descritas, permiten descubrir los intereses de la nobleza navarra que durante la segunda mitad del siglo XVIII trató de encontrar respuestas a los problemas económicos y políticos del reino, normalmente en sintonía con los planes reformadores de los gobiernos de Carlos III. De hecho, José María Magallón estuvo estrechamente relacionado con los núcleos ilustrados vascos —fue un gran amigo del marqués de Narros, secretario de la Sociedad Bascongada, y del fabulista Samaniego— y también conoció personalmente a otros importantes ilustrados españoles, como Jovellanos y Cabarrús, con quienes mantuvo esporádicamente correspondencia.

 

Obras de ~: “Discurso en el que se da noticia de la idea e instituto de la Real Sociedad Tudelana, leído en la primera Junta Pública” (1778) y “Plan metódico para la formación de las cuatro Comisiones de la Real Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público” (1779), en Memorias de la Real Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público, Madrid, Imprenta Real, 1787, págs. 42-65 y págs. 136-179, respect.; “Discurso dirigido al pueblo de Tudela para el aumento de su industria, población y riquezas en el más útil aprovechamiento de sus lanas” (1780), “Discurso sobre el fomento de la industria” (1782), “Plan para fundar, con el más floreciente comercio, las riquezas y la felicidad de Navarra” (1781), “Forma, y disposición de tablas en el Reino de Navarra” (1781) y “Causa de la carestía de granos en Navarra. Medios de evitarla y de asegurar sobre un precio cómodo todo el trigo que necesite el Reino para su consumo, siembra y pujar y agricultura” (1788), en J. Astigarraga (ed.), Ilustración y economía en Navarra (1770-1793): el pensamiento económico de José María Magallón y Francisco Javier de Argáiz, Vitoria, Gobierno Vasco, Departamento de Justicia, Economía, Trabajo y Seguridad Social, 1996, págs. 3-35, págs. 37-62, págs. 77-108, págs. 109-159 y págs. 161-225, respect.; Método para la formación del plan económico del Reino de Navarra, Madrid, Imprenta de Sancha, 1793; Representación al Rey Nuestro Señor, que hace D. Joseph María Magallón y Mencos Ayanz de Navarra, Señor y Marqués de San Adrián, exponiendo en ella la calidad, méritos y servicios de sus progenitores y propios, Madrid, Viuda de Ibarra, 1799.

 

Bibl.: J. R. Segura, La Sociedad Económica de Amigos del País de Tudela, tesis de licenciatura, Zaragoza, 1971; J. R. Castro, Los Amigos del País y su ambiente histórico, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1972; R. Rodríguez Garraza, Tensiones de Navarra con la Administración Central (1778-1808), Pamplona, Diputación Foral de Navarra-Institución Príncipe de Viana-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1974; M. C. Mina, Fueros y revolución liberal en Navarra, Madrid, Alianza, 1981; E. Lluch, J. M. Barrenechea y J. Astigarraga, “En torno a una familia liberal pamplonesa del XVIII: los Vidarte”, en Príncipe de Viana, XLVII (1986), págs. 217- 229; J. Astigarraga, “Las Sociedades Económicas en Navarra en la segunda mitad del siglo XVIII”, en Gerónimo de Uztáriz, 6-7 (1992), págs. 25-78; “Estudio preliminar”, en Ilustración y economía en Navarra (1770-1793): el pensamiento económico de José María Magallón y Francisco Javier de Argáiz, op. cit., págs. XIII-CXXX; “Necker en Navarra: las ‘Causas de la carestía de granos en Navarra’ (1789) del Marqués de San Adrián y su relación con Jovellanos”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, LV (1999), págs. 363-379; L. Perdices de Blas y J. Reeder, Diccionario de pensamiento económico en España (1500-2000), Madrid, Fundación ICO Síntesis, 2003.

 

Jesús Astigarraga