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Antonio de Brugada Vila

Biografía

Brugada Vila, Antonio de. Madrid, 1804 – San Sebastián (Guipúzcoa), 17.II.1863. Pintor de marinas y paisajes.

Destacado artista del romanticismo español, hermano del también pintor José Brugada, dedicado fundamentalmente a la representación de marinas.

Perteneció durante el Trienio Liberal (1820-1823) a la Milicia Nacional de Madrid, donde ocupó el cargo de teniente con una decidida postura a favor del Gobierno constitucional. Esta posición lo llevó a prisión y a sufrir la persecución de los absolutistas, por lo que se vio obligado a huir en 1823 a Francia, donde permaneció exiliado por un período de once años en los que viajó de forma esporádica, al menos dos veces, a nuestro país.

Una vez fijada su residencia en Burdeos compaginó el activismo político, que nunca abandonó totalmente, con el aprendizaje artístico que ya había comenzado en España —fue discípulo de la Academia de San Fernando de Madrid entre 1818 y 1821— y que ahora le vendría de manos del genial Goya, a quien Brugada conoció en su nueva residencia y con el que llegó a establecer una profunda amistad.

La elección del género de marinas, que cultivó en su doble vertiente, la pintura de historia marítima y los simples paisajes marinos, se debió, sin embargo, al célebre marinista francés Theodore Barón Gudín (1802-1880), su verdadero maestro.

El resultado de este aprendizaje se percibe en unos lienzos que se presentan como grandes panorámicas, en las que la historia principal se diluye en detrimento del elemento paisajístico. Las obras están dotadas además de un gran movimiento y una composición perfectamente estudiada, en la que predominan los colores cálidos y un dibujo de calidad que en los fondos llega a esfumarse con gran efectismo.

Las visitas continuadas a nuestro país, motivadas en gran medida por una complicada vida sentimental (estaba casado desde enero de 1829 con Rafaela Costa y Bonells, nieta de Jaime Bonells, médico de la duquesa de Alba, pero hacía vida marital en Burdeos con Marguerite Fany Brosse), le permitieron seguir participando de forma activa en la vida artística del Madrid romántico.

En los primeros meses de 1838 expuso en el Liceo Artístico y Literario Español el cuadro La marina en calma, regalado por el artista, en nombre de la institución, a la Reina gobernadora con motivo de su visita a la muestra. Diez años después, en 1848, concurre a la exposición anual de Bellas Artes de la Academia de San Fernando con dos marinas: La pesca milagrosa y La tempestad apaciguada. Lo hace de nuevo en 1850 con los lienzos Jesús con los Apóstoles conteniendo las olas del mar y Asalto y toma de Balanguigui en las Filipinas.

Seis años más tarde se presenta a la Exposición Nacional donde, además de recibir una mención honorífica, consigue que uno de los cuadros expuestos, Episodio del combate naval de Lepanto, sea adquirido por el Gobierno en 1.000 reales para el entonces Museo Nacional de Pinturas. La última referencia expositiva aparece en la Exposición Nacional de 1858 en la que figura con tres lienzos: Efecto del sol poniente en las costas catalanas (por la que percibió Medalla Honorífica de 2.ª clase), Efecto de mar borrascoso y Vista del torreón y salida del puerto de Pasajes.

Todas ellas se encuentran repartidas, junto a otras muchas, en colecciones privadas, fundaciones —como la de Santamarca en Madrid— y diferentes instituciones públicas entre las que cabe mencionar el Palacio Real, el Museo Naval de Madrid, el Museo Nacional del Prado, el Museo Provincial de Valencia, la Real Academia de San Fernando, el Ayuntamiento de San Sebastián o el Museo de Pontevedra.

La importancia y el renombre que alcanzó en vida le llevaron a ostentar además importantes cargos, entre los que destacan el de académico de mérito de la Real Academia de San Fernando de Madrid por el género de paisaje (11 de julio de 1841), de la de San Carlos de Valencia, el de pintor de cámara de Isabel II (14 de octubre de 1844), además de ser caballero de la Orden de Isabel la Católica (1841) y de la Real Orden de Carlos III.

 

Obras de ~: Vista general de Burdeos, 1827; El vapor de guerra de la Armada española “Isabel II”, 1842; Vista del Torreón y puerto de Pasajes, 1843; El combate de Trafalgar, c. 1857; Preparativos para el desembarco de Colón en América, c. 1857; Un combate en el Cabo de San Vicente, 1858; Alba de América, s. f.; El vapor Isabel II en una marejada, s. f.; El vapor “Isabel II” anclado cerca de la costa, s. f.; Marina nocturna, s. f.; Náufragos haciendo señales, s. f.; Abordaje de una galera española al mando del Almirante Tenorio, en que rindió en las aguas del Estrecho a un poderoso bajel sarraceno, s. f.; Pérdida de un buque en la costa, s. f.; Desembarco de Colón en la isla de Sto. Domingo, s. f.; Un interior en la parroquia del Carmen de Madrid, s. f.; Las carabelas de Cristóbal Colón al avistar la isla de San Salvador, primero de sus descubrimientos; “El Balear” arribando al puerto de Barcelona; Paisaje con cacería, junto a un río; Ensenada a la luz de la luna, s. f.; Temporal en el puerto de Barcelona, s. f.

 

Bibl.: VV. AA., Enclicopedia Universal Ilustrada, t. IX, Madrid, Espasa Calpe, pág. 1054; M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, Moreno y Rojas, 1883-1884, págs. 105-106; F. J. Sánchez Cantón, “Los pintores de cámara de los reyes de España. Los pintores de los Borbones”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, vol. XXIV (1916), pág. 299; E. Benezit, Dictionaire des peintres, sculpteurs, dessinateurs et graveurs, vol. VI, Paris, Grund, 1966, pág. 172; J. Gaya Nuño, “Arte del siglo xix”, en Ars Hispanae, (Madrid), vol. XIX (1966), pág. 219; E. Arias Anglés, “Antonio Brugada pintor de la mar”, en Reales Sitios, 61 (1979), págs. 40-52; X. de Salas, “Sobre Antonio de Brugada y un posible retrato de Goya”, en Goya, 148-150 (1979), págs. 216-220; B. Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Nebrija, 1980, págs. 67-74; E. Arias Anglés, “Aportación al catálogo de la obra de Antonio Brugada: sus 23 cuadros de la Fundación Santamarca”, en Villa de Madrid, 69 (1980), págs. 14-18 y 78-83; J. Fauque y R. Villanueva Etcheverría, Goya y Burdeos (1824-1828), Zaragoza, Ediciones Oroel, 1982, págs. 198-200; E. Arias Anglés, “Antonio de Brugada: influencias y estudio de nuevas obras”, en Archivo Español de Arte, 225 (1984), págs. 1-22; “Antonio de Brugada Vila”, en VV. AA., Cien años de pintura en España y Portugal (1830-1930), Madrid, Antiqvaria, 1988, págs. 393- 395; E. Arias Anglés, Antonio de Brugada pintor romántico y liberal, Madrid, El Avapiés, 1989; C. Reyero y M. Freixa, Pintura y escultura en España, 1800-1910, Madrid, Manuales de Arte Cátedra, 1995, pág. 128; N. Fraguas Fernández, “El arte del siglo xix”, en X. C. Valle Pérez (ed.), 75 obras para 75 años. Exposición conmemorativa da Fundación do Museo de Pontevedra, Pontevedra, Museo de Pontevedra, 2003, pág. 92.

 

Natalia fraguas Fernández