Calvo, José. Ágreda (Soria), 21.III.1681 – México, 30.V.1757. Misionero jesuita (SI) y experto en economía.
Una vez que este soriano fue admitido en la Compañía de Jesús en Tarragona, en diciembre de 1700, fue enviado años después a Manila, en la provincia de las Filipinas —nacida como tal desde la mexicana a principios del siglo xvii—. Formaba parte de la expedición que dirigía el jesuita Andrés Serrano, en el galeón Nuestra Señora del Rosario. Allí concluyó su formación en 1712, desarrollando sus trabajos por tres años entre los españoles y los tagalos, tanto en Manila como en Nasugbú, en Batangas. En 1717 ejercía el oficio de ministro; entre 1718 y 1721, el de procurador del Colegio de San Ignacio de Manila; además de rector en dos ocasiones en el de Silán —entre 1723 y 1725, y de 1734 a 1736—. Volvió a las tareas propias de un procurador, pero para toda la Provincia (entre 1725 y 1726); participó en los trabajos del gobierno de la provincia, como socio de su superior provincial (1726-1730). Finalmente, ejerció de rector en Cavite (entre 1730 y 1734). Conoció la apertura de las misiones jesuíticas de aquellos ámbitos hacia otros horizontes, como ocurrió en las islas Marianas. Fue elegido como procurador de su Provincia para la congregación que de procuradores se iba a celebrar en Roma en 1737. Regresó a Europa para trabajar por los negocios de la Compañía en Filipinas, tanto en la Ciudad Eterna como en la Corte madrileña. Posteriormente, se puso al frente de una expedición de jesuitas hacia la Provincia de México desde Filipinas, ámbitos misioneros muy unidos por el océano Pacífico. Era el año 1746 cuando quedó allí, en la gran ciudad mexicana, como procurador de “su” Provincia filipina y superior de la residencia que poseían los jesuitas de Filipinas, en la que era capital del virreinato de Nueva España.
Se prolongó su estancia hasta 1754. En sus últimos años, y en medio de la enfermedad, falleció en la casa profesa mexicana. No conoció los tiempos aciagos de la expulsión.
Como era de suponer, fue un jesuita preocupado y conocedor de los problemas del archipiélago de Filipinas y así se lo quiso exponer a los monarcas españoles, Felipe V y Fernando VI, a través de memoriales.
Analizó aspectos del progreso económico y material de aquellas tierras, desde la agricultura, la minería, el comercio hasta el crecimiento de la población. No era partidario de abandonar el fuerte de Zamboanga, por lo que le propuso al Rey reforzarlo con población española, procurando la amistad de los reyes moros de Joló y Mindanao. Una defensa de esta zona que también debía ser ejercida con una armada de seis galeras.
Otra propuesta fue el fomento del cultivo de la canela en sus montes. Tampoco abandonó estas inquietudes durante sus últimos años en México, cuando pudo entrevistarse con el que iba a ser gobernador de Manila, marqués de Ovando. Algunas de las conclusiones de aquellos debates sobre los problemas económicos del archipiélago fueron útiles en las disposiciones gubernamentales del período —1750-1754.
Le preocupaba el adecuado desarrollo mercantil, por lo que dirigió a Fernando VI en 1753 —en el mismo año que se conseguía la firma del nuevo concordato, gracias a los trabajos de otro jesuita, el montañés Rávago— un proyecto de creación de una Compañía de Comercio. Pensaba que, para canalizar y dar mejor salida a los productos a través de nuevas rutas, era más propicio seguir la del cabo de Buena Esperanza que la del galeón de Acapulco. Con reflexiones, inquietudes y propuestas como las efectuadas por José Calvo, puede comprenderse cómo la Ilustración española se entiende también desde los trabajos de los jesuitas que expulsó Carlos III a partir de 1767. Precisamente, con este Monarca las propuestas anteriores cristalizaron en la creación de la Real Compañía de Filipinas (1785).
Obras de ~: Memoriales del padre José Calvo, Archivum Romanum Societatis Iesu, FG, 720 y 1432; Sobre el comercio en las Filipinas, Archivo Provincia de Toledo de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares.
Bibl.: M. L. Díaz-Trechuelo, La Real Compañía de Filipinas, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Centro Superior de Investigaciones Científicas, 1965; J. Ortiz de la Tabla, El Marqués de Ovando, gobernador de Filipinas (1750- 1754), Sevilla, Escuela Estudios Hispanoamericanos, 1974; F. B. Medina, “Calvo, José”, en Ch. O’Neill y J. Domínguez, Diccionario Histórico Compañía de Jesús, vol. I, Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu y Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 607.
Javier Burrieza Sánchez
