Rivaflecha (o Rivafrecha), Martín de. Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), c. 1480 – Madrid, 24.VI.1528. Compositor y maestro de capilla.
Pocos datos se conocen de su trayectoria biográfica. Era natural de Santo Domingo de la Calzada, ciudad en la que tomó el hábito. El primer puesto musical conocido fue el de maestro de capilla de la Catedral de Palencia a partir del primer día de diciembre de l503. Sus obligaciones fueron las de cualquier maestro de principios del siglo xvi: hacerse cargo y responsabilizarse de la enseñanza de los seis mozos de coro; contratar a dos cantores adultos (un tenor y un bajo) y pagar sus sueldos: además, debían vivir en casa del propio Rivaflecha junto a los mozos de coro; cantar en canto de órgano (polifonía) en todas las fiestas a misa y vísperas, y todos los sábados las misas “de Nuestra Señora”, la salve, etc.; otra de sus obligaciones en calidad de maestro consistía en la enseñanza del cantar a los beneficiados y capellanes de la Catedral, y vestir bien y asumir la tarea de que los mozos de coro fueran bien vestidos. Desde el primer momento le resultó muy complicado ocuparse de las necesidades de dichos mozos de coro, constituyendo una continua fuente de problemas entre el compositor y el Cabildo catedralicio durante más de veinte años.
Al poco tiempo de iniciar el magisterio en la Catedral palentina, el Cabildo nombró al cantor Gonzalo Gómez de Portillo como su asistente con la obligación de cuidar a los mozos de coro. En marzo de l510 el Cabildo expresó su queja de que no había suficientes mozos de coro y un año después protestaba a causa de la mala vestimenta, alimentación y enseñanza de éstos. Hasta tal punto llegaron las disputas entre el Cabildo y su maestro de capilla que en mayo de 1515 se le exigió a Rivaflecha que renunciara a su cargo.
Al poco tiempo (agosto de 1515) y conscientes de la valía artística del compositor se le readmitió pero las condiciones fueron rigurosas en esta segunda etapa.
En junio de l523 Rivaflecha dimitió de su puesto de maestro de capilla en la Catedral de Palencia en favor de su asistente Portillo, regresando a su diócesis natal como cantor de la Catedral de Calahorra (La Rioja), pero sólo permaneció por espacio de dos años y medio, ya que en diciembre de 1525 retornó a Palencia, en esta ocasión como racionero. Es posible que el motivo de su estancia en Calahorra se debiera a los cuidados que precisaba su madre, puesto que en julio de 1518 se le había concedido permiso para ir a visitarla.
En enero de 1526 volvió a ser nombrado maestro de capilla, pero se mostró de nuevo incapaz de cuidar a los niños y el título revirtió a Portillo hasta el 29 de marzo, cuando el cargo de maestro recayó definitivamente en Diego del Castillo, con la aprobación de Rivaflecha y Portillo. A fines de 1526 le otorgó el Cabildo a Rivaflecha licencia para recaudar por ellos 21.000 maravedís, dotación del que fue obispo de Palencia, Juan Rodríguez de Fonseca, para una salve y una misa en memoria suya. Por último, el 15 de junio de l528 solicitó al Cabildo subsidio de enfermedad y poco después murió. A pesar de las disputas y controversias mantenidas en el pasado, el Cabildo mandó que se escribiera un epitafio digno de su maestría: “In ecclesia palentina cantator, et in arte musice, tam practice quam theorice, unicus doctissimus, subtilissimus et sapientissimus, ita et caeteris aliis humanitatis petissimus, dedicassimus et in eisdem agilibusque dissertissimus”, dándosele sepultura en la capilla de la Santa Cruz.
Martín de Rivaflecha gozó en vida de gran prestigio como compositor; así por ejemplo, es citado por Cristóbal de Villalón, quien en su Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente (1539) dijo de él que poseía “gran sufficiencia y abilidad” y le incluyó en su lista de grandes compositores de su tiempo, parangonándolo con autores de la talla de Francisco de Peñalosa y Josquin. Asimismo, Mateo de Aranda, en su Tractado de canto llano (1533) también hace referencia a “el reuerendo ribaflrecha, racionero de la iglesia de Palencia” por ser, al igual que Juan de Espinosa, “maestros en musica” quienes “reprehendiesen aquellas personas: que careciendo de música hablasen en ella”.
Se conservan muy pocas obras atribuidas a Rivaflecha; de los inventarios de los manuscritos musicales conservados en la Catedral de Tarazona (Zaragoza), buena parte de los cuales se ha perdido, se conoce que ha desaparecido al menos una obra y que otras piezas como Quam pulchra es fueron muy difundidas.
La musicóloga británica Tess Knighton afirma que la identificación de Rivaflecha con Martín de Navarrete, cantor de la Capilla Real castellana entre 1492 y 1497, está aún por aclarar pero parece ya poco probable; es más probable, en opinión de Knighton, que Navarrete se identifique más bien con un cantor tiple de la Catedral de Sevilla registrado en diciembre de 1532. En todo caso, uno de los compañeros de Rivaflecha en Palencia, Esteban de Villamartín, fue cantor de la Capilla Real castellana entre l494 y 1504, al mismo tiempo que era canónigo de la Catedral, y pudiera haber sido fácilmente intermediario. La versión de la Salve Regina atribuida a Rivaflecha y los dos motetes Quam pulchra es y Vox dilecti mei, se han conservado en un manuscrito de la Biblioteca Colombina de Sevilla, junto a obras de Medina, Anchieta, Escobar y Peñalosa, autores todos ellos relacionados con las capillas reales. Debido a la importancia litúrgicomusical que se concedía a la salve en la Catedral de Palencia, no sorprende la contribución de Rivaflecha al género: está determinada por el canto llano que al comienzo se presenta en el superius como cantus firmus y destaca la obra en general por su profunda expresividad, característica sobresaliente que también cabe aplicar a los dos motetes del Cantar de los cantares, Quam pulchra es y Vox dilecti mei: se trata de obras más extendidas, divididas en dos partes, que recurren a contrastes de textura y de combinaciones de voces.
Sólo con estas tres piezas hubiera bastado para comprender el genio compositivo de Rivaflecha y justificar su merecida reputación.
Obras de ~: Catedral de Tarazona: Benedicamus Domino (a 4 voces); Biblioteca de Catalunya y Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla: Quam pulchra es (a 4 voces); Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla: Salve Regina (a 4 voces); Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla: Vox dilecti mei (a 4 voces).
Bibl.: C. de Villalón, Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1898; J. B. de Elústiza, G. Castrillo Hernández, Antología musical, Barcelona, R. Casulleras, 1933; R. Stevenson, Spanish Music in the Age oi Columbus, La Haya, 1960; R. Stevenson, “Rivafrecha, Martín de”, en The New Grove Dictionary of Music and Musicians, vol. 16, Londres, Macmillan Publishers Ltd., 1980; J. López-Calo, La música en la catedral de Palencia, Palencia, Diputación, 1981; T. Knighton, Music and Musicians at the Court of Fernando of Aragón, 1474-1516, tesis doctoral, Universidad de Cambridge, 1983; R. Stevenson, La música en la catedral de Sevilla, 1478-/606: documentos para su estudio, Madrid, Sociedad Española de Musicología, 1985, 2.ª ed.; E. Ros-Fábregas, The Manuscript Barcelona, Biblioteca de Catalunya, M. 454; Study and Edition in the Context of the Iberian and Continental Manuscript Traditions, tesis doctoral, City University de Nueva York, 1992; P. Calahorra, “Los fondos musicales en el siglo XVI de la catedral de Tarazona. 1. Inventarios”, en Nassarre, vol. VIII. 2 (1992), págs. 9-56; T. Knighton, “Rivaflecha, Martín de”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, t. 9, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2001.
Paulino Capdepón Verdú