Blanca de Castilla. Palencia, 1188 – Maubuisson (Francia), 1252. Hija de Alfonso VIII, reina de Francia, madre de san Luis y dos veces regente de Francia.
Ocupa el quinto lugar entre los hijos nacidos del matrimonio de Alfonso VIII de Castilla y doña Leonor de Inglaterra; fue criada por una señora de tierra de Carrión llamada Sancha López; luego, para su posterior educación, pasó a la casa de Pedro Rodríguez de Castro, del famoso linaje castellano de los Castro, rival de los Lara. Cuando apenas rebasaba la niñez, ya se negociaba su enlace matrimonial como prenda de la paz acordada en el tratado de Goulet el 22 de mayo de 1200 entre Juan Sin Tierra de Inglaterra y Felipe Augusto de Francia; en ella se convenía el matrimonio de Blanca de Castilla, sobrina del rey inglés, con Luis, hijo heredero del monarca francés, tan sólo unos meses mayor que su esposa. Blanca aportaba al matrimonio los feudos de Issoudun, Graçay y otros del Berry donados por su tío Juan Sin Tierra, con cláusula de reversión si el nuevo matrimonio no tuviera descendencia. La abuela materna de la prometida, la famosa Leonor de Aquitania, vino en persona a Castilla en busca de su nieta y con ella regresó a Burdeos el 9 de abril de 1200; desde aquí siguió viaje ya doña Blanca sin su abuela, llegando a París, donde se celebró la boda el 23 de mayo de 1200, cuando la novia no rebasaba los doce años.
Doña Blanca permaneció ya en Francia el resto de su vida, desde donde se mantuvo en frecuente contacto epistolar con sus padres y con su hermana Berenguela; es notable la carta que ésta le dirigió con una circunstanciada narración de la batalla de Las Navas de Tolosa, escrita el mismo día que la noticia llegaba a Burgos. Durante veintitrés años, hasta el día de la muerte de Felipe II Augusto, doña Blanca fue sólo la esposa del heredero de la corona francesa; en 1223 su esposo Luis VIII accedía al trono, pero a los tres años, en 1226, el nuevo Rey fue arrebatado por la muerte, sucediéndole su hijo Luis IX, el futuro san Luis, que sólo contaba con doce años de edad, pues había nacido el 25 de abril de 1214.
La regencia del reino de Francia recayó en doña Blanca, que inmediatamente tuvo que hacer frente a algunas rebeldías nobiliarias, que quisieron aprovechar el supuesto vacío de poder de una regencia femenina; pero se encontraron con la energía indomable de doña Blanca que con tanta decisión como tacto supo apaciguar el reino, el cual entregó totalmente pacificado a su hijo al alcanzar éste la mayoría de edad. Durante esta primera regencia concluyó doña Blanca con la guerra de los albigenses y restituyó el Languedoc a Francia, ganándose una justa fama de excelente gobernante. A lo largo de los años de reinado de Luis IX gozó de una extraordinaria ascendencia sobre su hijo.
Al marchar en 1248 su vástago san Luis a la séptima cruzada dejó el gobierno de Francia como regente en las experimentadas manos de su madre; esta segunda regencia tuvo una duración menor, pues a los cuatro años, el año 1252, el mismo año en que moría su santo sobrino Fernando III, fallecía también doña Blanca en la abadía de Maubuisson, muy favorecida por ella y en la que fue sepultada. Además de san Luis fueron hijos suyos entre los varones: Juan, conde de Anjou y de Maine; Carlos, conde de Anjou y rey de Nápoles; Alfonso de Poitou, que casó con la heredera de Tolosa; y Roberto de Artois.
Doña Berenguela y doña Blanca fueron dos hermanas reinas muy unidas en vida, que supieron educar a dos hijos reyes y santos, san Fernando de Castilla y de León y san Luis de Francia, y que gozaron en vida y después de su muerte de justa fama de excelentes gobernantes y de mujeres prudentes y virtuosas.
Bibl.: M. Brion, Blanca de Castilla, madre de San Luis, rey de Francia, 1188-1252, Barcelona, Juventud, 1953; Isabelle d’Orleans, Blanca de Castilla, mi antepasada, Madrid, Palabra, 1995; M. Brion, Blanca de Castilla, Barcelona, Planeta, 1996; R. Pernoud, La gran reina de la Europa medieval Blanca de Castilla, Barcelona, Belacqua, 2002.
Gonzalo Martínez Díez, SI