Leonor de Castilla. ?, c. 1208 – Las Huelgas (Burgos), 1251. Reina de Aragón, primera esposa de Jaime I.
Hija de Alfonso VIII y de Leonor de Inglaterra, fue hermana menor de doña Mafalda. Tuvo como ama a una señora de nombre María, que en 1226 vendía al monasterio burgalés de Las Huelgas unas heredades en Bustillo, recibidas de Alfonso VIII como recompensa por sus trabajos de lactancia de la infanta.
Permaneció en la Corte castellana hasta después de la muerte de Enrique I en 1217.
El 6 de febrero de 1221, cuando tenía trece años, casó en Ágreda con Jaime I, que tenía catorce años.
Los biógrafos de Jaime I, siguiendo la crónica real, atribuyen el matrimonio a la sagacidad de su hermana Berenguela, hija de Alfonso VIII y esposa del rey de León, Alfonso IX. Era evidente que Leonor no podría ser reina de Castilla, pues Berenguela ya tenía un hijo, el futuro Fernando III, pero en la boda quedó reflejada la sagacidad del Papa, ya que forzaba a Jaime a dirigir su política más hacia los reinos hispánicos que hacia Provenza, y desnivelaba el equilibrio de poder en las tierras de Aragón y Cataluña, según José Luis Villacañas. Para Ferrán Soldevila, la posibilidad de que hubiera pronto un sucesor a los reinos alejaba el fantasma de la guerra civil en Aragón.
En calidad de arras le fueron entregadas a Leonor los castillos y villas de Épila, Pina, Uncastillo, Barbastro, Tamarite, San Esteban, Montblanc, Cervera, Ciurana y Prades.
A la ceremonia asistieron los obispos de Zaragoza, Huesca, el maestre del Temple, Guillem d’Allac, el maestre del Hospital Folc de Tornell, el conde de Roselló Nunyo Sanç y muchos otros destacados personajes y nobles catalanes y aragoneses. Los Reyes pasaron luego a Tarazona, en cuya catedral el Rey se armó caballero. Jaime I tenía trece años. Durante un año los Reyes no tuvieron relaciones matrimoniales (“Sí que un any estiguem ab ella [la reina] que no podíem fer ço que els hòmens han a fer ab asa muller, car no havíem l’edat”), episodio que Pere Marsili o Zurita en el siglo XVI omitieron, en tanto que otros autores (Brachfeld) aludieron a trauma físico o complejo de inferioridad del Rey y de resentimiento hacia ella.
Soldevila rechaza este parecer y considera que los esposos convivían, pero que el Rey no tuvo acceso a Leonor hasta que no se manifestaron en él los síntomas de la pubertad, y no fue ésta la causa de divorcio, ya que la demanda se produjo ocho años después de casados.
La reina Leonor, calificada en los documentos como sereníssima —y no charrísima, salvo en la hora del divorcio—, intervino en algunos actos de gobierno al comienzo de su matrimonio, firmando juntos los documentos, desapareciendo luego, bien por diferencias entre los esposos o porque Jaime I, al hacerse un hombre, ya no necesitaba de la participación de la Reina. No se sabe ni por qué ni cuándo se produjo el distanciamiento entre el Rey y Leonor, aunque algunos historiadores lo achacan a su interés por Elo Álvarez, dama de compañía de Leonor, a la que llama “dilecta nostra” (1225), siendo la primera vez que usa este calificativo, por lo que incluso el mismo Soldevila no niega tal posibilidad de entendimiento entre ambos, aunque recuerda que Elo era descendiente de Alfonso VII de Castilla y parienta de la reina Leonor, de Jaime I y del conde del Rosellón, Nunyo Sanç, que le daba el mismo calificativo.
En marzo de 1225 el Rey entregó la comunidad de Daroca a Leonor, quizá en pago de deudas contraídas con ella. En abril de este año la Reina pasó a Castilla, sin regresar ya con su marido. Según Zurita, hacia el 7 de diciembre de 1225 se firmaron los pactos de Borja entre los Reyes, en los que Jaime I trataba de que los castillos que entregara a la Reina estuvieran gobernados por su gente. Las fuertes discordias entre ambos esposos hicieron que Jaime I, cuando cumplió veintidós años, iniciara el proceso de separación de su esposa. En la primavera de 1229 el legado papal Juan de Santa Sabina traía la misión de resolver la petición de divorcio de Jaime de la reina Leonor. Jaime I juró someterse a la decisión del legado y cumplir los acuerdos de matrimonio. La sentencia de Tarazona se dio el 29 de abril de 1229 y por ella el legado papal disolvía el matrimonio al invocarse razones de parentesco, pues ambos eran biznietos de Alfonso VII de Castilla.
Estaban presentes el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, Esparce, arzobispo de Tarragona, los obispos de Burgos, Calahorra, Segovia, Sigüenza y Osma, por la iglesia de Toledo, y los de Lérida, Huesca, Tarazona y Bayona por la de Tarragona. El hijo de ambos, Alfonso de Aragón, fue legitimado, tal como deseaban los castellanos; casó con Constanza de Bearn y falleció en 1260, antes que su padre. La sentencia garantizó las arras de la Reina, salvo si se casaba de nuevo, bajo la pena de excomunión si no se respetaban. Leonor se comprometía a mantener los castillos entregados en prenda bajo el mando de aragoneses.
Todos estos acuerdos serían válidos mientras la Reina viviera como seglar.
Al final se impuso el retiro al convento, pero de momento Leonor marchó con su hijo a Castilla, viviendo en la Corte junto a su hermana Berenguela y el rey Fernando III, su sobrino. En 1234 Jaime I acordó en Huerta con Fernando III la entrega a Leonor de la villa y castillo de Ariza de por vida, siempre que no casara, garantizándosele la tenencia de las demás villas recibidas en dote. Leonor se retiró al monasterio de Las Huelgas de Burgos, donde falleció en 1251.
Bibl.: J. Miret i Sans, Itinerari de Jaume I el Conqueridor, Barcelona, [L’Avenç], 1918; F. Soldevila, Vida de Jaume I el Conqueridor, Barcelona, Aedos, 1958; J. González y González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales, 1960; G. Martínez Díez, Alfonso VIII, rey de Castilla y Toledo, Burgos, La Olmeda, 1995; C. Segura Graíño, Diccionario de mujeres célebres, Madrid, Espasa Calpe, 1998; J. L. Villacañas, Jaume I el Conquistador, Madrid, Espasa Calpe, 2003.
José Hinojosa Montalvo