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Pedro José Azpuru y Jiménez

Biografía

Azpuru y Jiménez, Pedro José de. Zaragoza, c. 1715 – 16.VI.1773. Doctor en ambos Derechos, catedrático de Cánones, canónigo doctoral de la catedral de Zaragoza y hermano de Tomás Azpuru, embajador ante la Santa Sede.

Nació en Zaragoza, a principios del siglo XVIII, y falleció en la misma ciudad el 16 de junio de 1773. Es el racionero de mensa y bibliógrafo aragonés, Félix Latassa, quien más datos proporciona de la infancia de Azpuru, quien perteneció a la Casa de los Señores de Pradilla y nació en la populosa parroquia de San Pablo de Zaragoza, “donde su blasón de un castillo en rojo, con un león y un oso alzados en su puerta acuerda memorias muy gloriosas”.

Estudió en la universidad de su ciudad y en ella recibió el grado de doctor en Derechos. Los Azpuru eran una familia de canonistas, en la que destacaba el embajador ante la Santa Sede y arzobispo de Valencia, Tomás de Azpuru, hermano predilecto de Pedro José, quien se trasladó a Roma para acompañar a su hermano durante su última y larga enfermedad.

En la Universidad de Zaragoza siguió los estudios y tomó el bonete de doctor en Derechos el 2 de Junio de 1732, y el 15 de mayo del mismo obtuvo su cátedra de Sexto. En 1734, la de Decreto, y, el 18 de marzo de 1741, la de Vísperas de Cánones en la que se jubiló, en cuyo tiempo adquirió renombre de buen abogado. En 1739 era receptor de rentas de la Universidad, cargo que también desempeñaba en 1747, intentando solucionar sus dificultades económicas y fomentando las buenas relaciones con el ayuntamiento de Zaragoza, que fue obligado por una Real Provisión de 11 de enero de 1748 a pagar anualmente 1165 libras a la Universidad. En el claustro del 7 de agosto de 1746 fue comisionado, junto con el doctor D. José de la Cruz, para que en vista de las exequias que haga la ciudad de Zaragoza en la Santa Iglesia del Pilar por la muerte de Felipe V, las dispusiera la universidad en la forma de otras veces, discurriendo para ello los fondos necesarios. El 6 de mayo de 1748, la Universidad lo nombró para la redacción de los nuevos estatutos en representación de la Facultad de Cánones. El 7 de setiembre de 1741 lo eligió el cabildo de la Metropolitana de Zaragoza por su canónigo doctoral, aunque pasó después a canonjía libre. Desempeñó también los cargos de juez sinodal del arzobispado zaragozano, de juez metropolitano y de subdelegado de la Santa Cruzada.

Luengo (Diario, 18.VII.1772) relata los esfuerzos de Pedro José por salvar a su hermano el embajador Tomás: “Informado de su estado miserable vino a Roma un hermano suyo canónigo trayendo consigo un médico español para que entendiese en su cura. Pero no alcanzando cosa alguna para restablecerle en su salud, [Tomás] ha muerto en el mismo Roma con una muerte bien extraña y que tiene algunos visos de ser un manifiesto castigo de Dios. Por orden del médico venido de España, según parece, se le hacían al Ilmo. Azpuru no sé qué unturas, y, así untado, se le sentaba en una silla que tenía algún fuego debajo, muy abrigado y cubierto de ropa. En medio de tener tantos a su servicio, le dejaron solo en aquella postura algún rato de tiempo y entonces puntualmente se pegó fuego a la ropa y, no pudiendo valerse por sí mismo para nada, empezó a quemarse y abrasarse vivo y, por presto que acudieron a sus voces y lamentos, ya había recibido tanto daño, estaba tan gravemente herido y quemado, según escriben de Roma, que esta desgracia ha sido absolutamente la causa de su muerte o por lo menos se la aceleró muchos días, y sucedió el día 7 de este mes de julio de este año 1772. […] Y su hermano triste y afligido, como se puede entender, dejando enterrado en Roma al Ilmo. Sr. Arzobispo, trata de restituirse a su Iglesia de Zaragoza”.

Latassa le reseña varias obras jurídicas, manuscrita o publicadas: “1. Index Alphabeticus Utriusque Juris en seis tomos en folio. Obra útil en su facultad y cargos, que no dejó de ilustrar su Librería; 2. Adiciones al Vinio. Obra destinada para la instrucción. Quedó en su Librería; 3. Varios Tratados y Discursos Jurídicos que vieron la luz pública. Calificó otros”.

Entre los manuscritos dejó su amor a los libros en un Índice completo de la Librería del Santo Templo de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza “que he visto y es trabajo prolijo, como el de otros Papeles pertenecientes a dicha Santa Iglesia”. Debió ser un hombre de espíritu ilustrado, y como tal, ansioso de la felicidad, a juzgar por el título, Traducción del latín al español del tratado, Epitome de todos los demás contenidos en la primera parte del “Arte de alegrarse siempre”, en que se proponen los medios para poder conseguir una perfecta alegría, tranquilidad y quietud de ánimo en medio de los trabajos y perturbaciones del Mundo. Compuesto en latín con selecta doctrina y erudición por el P. Jesuita Sarasa. “Está adornada esta versión de un digno Proemio. MS. en folio que quedó en dicha Librería [del Pilar]”, concluye Latassa.

 

Fuentes y bibl.: M. Luengo, Diario de la expulsión de los jesuitas de los Dominios del Rey de España, al principio de sola la Provincia de Castilla la Vieja, después más en general de toda la Compañía, aunque siempre con mayor particularidad de la dicha provincia de Castilla (años 1767-1774), ts. I-VIII, I. Fernández Arrillaga (ed.), San Vicente de Raspeig, Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2002; F. Latassa, Biblioteca Nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año de 1753 hasta el de 1795, t. V, Pamplona Joaquín de Domingo, 1801, pág. 148 (ed. de G. Lamarca, Zaragoza, 2005); M. Jiménez Catalán y J. Sinués y Urbiola, Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1923-1924, t. I, págs.173, 395, 399-400; t. II, págs. 55-56, 218-219.

 

Antonio Astorgano Abajo