Ibor y Casamayor, Jorge. Tío Jorge. Zaragoza, 22.IV.1755 – 15.XI.1808. Héroe de la Guerra de la Independencia (Sitios de Zaragoza, 1808-1809).
Hijo de Nicolás Ibor y de María Casamayor, naturales, respectivamente, de Zaragoza y de la Puebla de Híjar (Zaragoza). Recibió las aguas bautismales en el santo templo metropolitano de La Seo.
Siendo un humilde labrador del popular barrio del Arrabal, donde gozaba del particular respeto y aprecio de sus convecinos, quienes le reconocían por los sobrenombres de Cuellocorto o Tío Jorge, participó activamente en el levantamiento de la ciudad contra las tropas francesas, acaudillando la compañía de escopeteros del Arrabal, al frente de la cual, en compañía, entre otros, de sus hijos Juan y Pablo, marchó, en la tarde del 25 de mayo de 1808 a la finca de la Alfranca, donde se hallaba el brigadier José de Palafox y Melci, convenciéndole de que comandara la desorganizada rebelión de un pueblo en armas, que sin jefe al frente sólo podía cometer excesos y tropelías.
Intervino, siendo comandante de la escolta y guardia personal del general Palafox, en las batallas de Épila y Alagón. Durante el primer sitio defendió la ciudad batiéndose, con singular valentía, en los puntos de mayor riesgo. Por los méritos contraídos obtuvo el nombramiento de teniente coronel. Falleció, a la edad de cincuenta y tres años, víctima de la terrible epidemia de tifus que asoló la ciudad, siendo enterrado, por deseo del general Palafox, en el panteón familiar de sus padres, los marqueses de Lazán.
De él escribió Palafox, en los siguientes términos: “El tío Jorge no era nada más que un campesino de familia humilde, labrador al que no le faltaba el pan, pero pobre, que se decidió al comienzo del levantamiento popular por la causa del Rey, siendo el primero que a la cabeza de algunos centenares de labradores del Arrabal, armados, fue a buscarme a la campiña donde me encontraba escondido, como a tres leguas de Zaragoza, para conducirme a la ciudad y no abandonarme más. Era de una bravura extraordinaria, siempre armado de su trabuco, especie de fusil corto de grueso calibre; no se ocupaba de otra cosa que velar por mi seguridad personal, siendo mi cancerbero.
Desafiaba todos los peligros batiéndose sin calcular las fuerzas ni el número de los enemigos, a cuerpo descubierto; en más de una ocasión tuve la necesidad de arrastrarlo del peligro para salvarle la vida. Murió en mi casa de enfermedad, recibiendo en su funeral los honores de capitán de la Compañía de Labradores que él mandaba, siendo depositados sus restos en el panteón de mi familia. Tenía unos sesenta años; pero se encontraba fuerte y vigoroso, aunque era de pequeña estatura”.
Con motivo del centenario de su muerte, la ciudad colocó una lápida en su casa natal, de la calle del Rosario, en la que podía leerse: “Al ‘Tío Jorge’, al insigne ciudadano D. Jorge Ibor y Casamayor, espejo de patriotismo en el alzamiento de Zaragoza, brazo invicto de su primera defensa, dedican esta memoria, con ocasión del primer Centenario de Los Sitios, la Patria y la ciudad, agradecidas”. Años después, el Ayuntamiento le dedicó el nuevo parque sito al norte del Arrabal.
Fuentes: Archivo Diocesano de Zaragoza, Archivo Parroquial de La Seo, Bautismos, t. VIII, fol. 355; Archivo Municipal de Zaragoza, Sec. General Palafox, sign. 44-17, caja 08220.
Nuria Marín Arruego