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Francisco Hidalgo de Cisneros y Seijas

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Biografía

Hidalgo de Cisneros y Seijas, Francisco. Orio (Guipúzcoa), 1721 – Cartagena (Murcia), 2.III.1794. Marino y teniente general de la Armada.

Era de familia hidalga por ambas ramas. Su padre, Antonio Hidalgo de Cisneros, fue coronel gobernador de Bayona (Pontevedra), y su madre se llamaba Francisca de Seijas. Entró a servir en la Armada como guardia marina, sentando plaza en el departamento de Cádiz (18 de agosto de 1738), y como tal embarcó en el navío Halcón (29 de marzo de 1741), destinado al corso contra ingleses con la escuadra de los jefes Liaño y Navarro sobre cabo San Vicente y cabo Finisterre hasta el 1 de agosto de 1741. Más tarde, embarcó en el navío El Real, buque insignia de la escuadra de Juan José Navarro (1 de octubre de 1741), con la que tomó parte, en 1743 como ayudante de dragón al mando de más de doscientos hombres, en la acción de rechazar el intento de desembarco inglés en el lugar de Sanaxi (proximidades de Tolón); después se encontró en el victorioso combate de Cabo Sicie contra la armada inglesa del almirante Mathews (22 de febrero de 1744), donde tuvo una actuación destacada en el alcázar de su navío, como ayudante de Navarro, para transmitir órdenes, en medio del intenso fuego que hacían al buque cinco navíos ingleses, varios de ellos de tres puentes. A los pocos días obtuvo su ascenso a alférez de fragata (14 de mayo de 1744) y transbordó al navío Santa Isabel (1 de octubre de 1744), de la misma escuadra, donde realizó una campaña de corso contra los ingleses, hasta que desembarcó (31 de julio de 1746) y quedó agregado al servicio de arsenales.

No tardó mucho en hacerse de nuevo a la mar, esta vez en el navío León (28 de septiembre de 1746), destinado a llevar azogues a Veracruz (México), y traer los caudales a su regreso hasta su desembarco (15 de agosto de 1749). Obtuvo su promoción a alférez de navío y teniente de compañía (20 de octubre de 1749) y se le destinó de teniente a la 1.ª compañía del 7.º batallón de Marina (24 de enero de 1750); pasó después de ayudante del mismo y fue comisionado al jabeque Cazador (del 5 al 28 de agosto de 1750), destinado al corso de argelinos. Fue promovido a teniente de fragata (28 de octubre de 1750) y volvió a ser comisionado, ahora al navío Reina (del 1 de junio de 1751 al 20 de febrero de 1752), también destinado al corso contra argelinos. Cesó en este destino para tomar el mando del jabeque Valenciano de catorce cañones, destinado al corso contra argelinos (15 de octubre de 1753). Se le promovió a teniente de navío (29 de marzo de 1754), y fue destinado al mismo tiempo de capitán de la 5.ª compañía del 3.er batallón; tomó el mando al desembarcar (15 de octubre de 1754). Realizó nueva comisión a bordo del navío Terrible, destinado al corso contra argelinos (entre el 8 de enero y el 24 de noviembre de 1755). Después tomó el mando del jabeque Ibicenco, de veintidós cañones (18 de diciembre de 1755), destinado al corso contra argelinos; hizo una salida de Cartagena y a su regreso desembarcó por desarme del buque (31 de enero de 1756). Allí tomó el mando del Garzota (12 de marzo de 1756), también destinado al corso contra argelinos; pero tuvo que desembarcar de nuevo por desarme (25 de agosto de 1756). Entonces volvió al frente de su compañía y realizó una comisión a bordo del navío Vencedor, destinado a conducir la flota, entre el 1 de junio y finales de octubre de 1758. Después embarcó al frente de su compañía de guarnición en el navío Atlante (1 de diciembre de 1758), destinado al corso contra argelinos, y después a conducir a los Reyes y sus hijas a Nápoles (16 de noviembre de 1759); al terminar esta misión, se reincorporó a su destino. Posteriormente hizo comisión en el navío Septentrión, destinado al corso contra argelinos y cruceros de vigilancia sobre Argel, entre el 20 de enero y el 2 de octubre de 1760 y, después en el Galicia a Nápoles hasta el 30 de diciembre de 1760.

Se le dio el mando del jabeque Ibicenco, por segunda vez (10 de enero de 1761), destinado al corso contra argelinos, y en uno de los cruceros de vigilancia apresó un pingüe corsario argelino. En 24 de diciembre de 1761 cesó en el mando. Volvió a realizar otra comisión en el navío Astuto, destinado al corso contra ingleses, entre el 6 de marzo y el 24 de agosto de 1762. Al día siguiente le volvieron a dar otro mando, el chambequin Aventurero, de treinta cañones, destinado al corso contra argelinos; pero tuvo que dejar el mando de nuevo por entrar el buque en carena (13 de febrero de 1763), aunque en compensación le dieron el mando del chambequin Andaluz, de treinta cañones también (28 de febrero de 1763), destinado al corso contra argelinos. Tampoco le duró mucho este puesto, pues lo tuvo que dejar por desarme (20 de enero de 1764) y volver a su destino, hasta que le dieron el mando del jabeque Vigilante de veintidós cañones, destinado al corso contra argelinos (9 de febrero de 1765). Dejó este mando el 24 de octubre de 1765, para volver a su destino en tierra; pero esta vez tuvo que esperar menos tiempo, ya que volvería a mandar el chambequin Aventurero de treinta cañones, una vez reparado, destinado al corso contra argelinos (1 de enero de 1766), y saldría mandando una división, constituida por chambequines y dos jabeques, para desempeñar su misión principal. En estas mismas fechas fue promovido a capitán de fragata (15 de enero de 1766). En otra comisión, salió con otra división compuesta por dos chambequines y cuatro jabeques para corso y cambios de marineros de matrícula (17 de abril de 1766). Otra vez cesó en el mando (29 de octubre de 1766), pero ahora no pudo volver a su destino en el batallón de Marina por haber ascendido, pero no tuvo problemas, porque había sido nombrado comisario provincial del Regimiento Combinado de Artillería en el departamento de Cartagena (1 de agosto de 1766). Siguió en este destino hasta el 22 de enero de 1769, fecha en que, por ausencia del titular, quedó al mando de todo el Real Cuerpo de Artillería y sus brigadas, ejerciendo las funciones de comisario general.

Ascendió a capitán de navío (22 de agosto de 1770) y se le confirió el mando del navío Atlante (16 de enero de 1771), de setenta cañones y dedicado al corso. Inmediatamente desempeñó, con la fragata Santa Teresa, la comisión de transportar desde Cartagena hasta Cádiz al 1.er batallón del Regimiento de Flandes (25 de enero). También escoltó desde Cádiz hasta cabo Cantin a la fragata Palas y a tres saetías, con cargamento por cuenta del Rey, que se dirigían a América (18 de marzo). Pasó, después (2 de mayo), desde Cádiz hasta Génova y Civitavechia con caudales y, al regreso, transportó, desde Mallorca hasta Alicante, al Regimiento de África. Convoyó hasta Canarias once embarcaciones del Rey y mercantes (16 de julio). Cesó en el mando del Atlante (20 de septiembre de 1771) por habérsele concedido el mando de una división (4 de septiembre) compuesta por las fragatas Industria y Liebre y la urca Nuestra Señora de Monserrate, destinada a llevar azogues y pertrechos al Callao de Lima. En 20 de noviembre dio vela para su destino; recorrió y visitó los principales puertos de Chile y Perú, así como las islas Chiloé y Juan Fernández, y a los dos años regresó a Cádiz con la fragata Industria, trayendo caudales para el Rey y comercio, y desembarcó (16 de junio de 1774) al ser nombrado para el mando de una división de cuatro jabeques al corso de moros (9 de octubre de 1774). Se trasladó a Cartagena para tomar el mando a bordo del Lebrel, insignia de su división, con la que transportó tropas a Orán en circunstancias difíciles para nuestras plazas de África y después (7 de noviembre de 1774) pasó en auxilio de la de Melilla, que se hallaba asediada por un numeroso ejército, bajo las órdenes directas del mismo Emperador, que mandaba dos fragatas y seis jabeques e, izando su insignia en la fragata San Luis, introdujo tropas, artillería y municiones, que colaboraron decisivamente a la victoria. Los servicios de Cisneros en esta ocasión fueron de tal importancia que a ellos se debió, en gran manera, que el enemigo, que había arrojado nueve mil bombas sobre la plaza, levantase el cerco, desesperado de poder realizar el asalto que intentaba. Dos veces tuvo Cisneros la satisfacción de verle huir desordenadamente de la playa, ante los certeros tiros de su división, manteniéndole siempre fuera del alcance de sus cañones, obteniendo, de este modo, la libre comunicación de la plaza por la mar, tan necesaria para el socorro de ésta en la situación aflictiva en que la puso el ejército marroquí. Por estos servicios obtuvo la Cruz de la Real Orden de Carlos III, pensionada.

Terminada la comisión, volvió a Cartagena, precisamente cuando se habilitaba a toda prisa la expedición contra Argel, al mando del teniente general Pedro Castejón; y al conocer la llegada de éste, lo eligió como mayor general de la escuadra. Desembarcó de la fragata Luisa (17 de mayo de 1775), ya con el empleo de brigadier, al que había sido promovido estando en la comisión (1 de febrero de 1775), y se incorporó a nuevo destino. Tuvo ocasión de lucir sus dotes de inteligencia y previsión en las operaciones de ataque que precedieron al desembarco de las tropas, y muy destacadamente en las de reembarco del ejército. De vuelta con la escuadra entró en Alicante, allí entregó el cargo, desembarcó (9 de agosto de 1775) y regresó a Cartagena. Después de un pequeño descanso en tierra, tomó el mando del navío Vencedor de tres puentes (7 de abril de 1776), destinado al corso contra los argelinos; hizo con él un crucero de vigilancia sobre Argel con el San Eugenio de acompañante (6 de octubre de 1776) y después estuvo agregado a la escuadra del teniente general Miguel Gastón. Desembarcó en Cádiz (27 de mayo de 1779) y se dirigió inmediatamente a Cartagena. Se le dio el mando del navío San Julián (14 de septiembre de 1781), en la época en que más encendida estaba la guerra entre España y la Gran Bretaña, por lo que fue destinado con su buque a incorporarse a la escuadra de Buenaventura Moreno, y con ella batió los fuertes de Punta Europa (8 y 9 de septiembre de 1782). También concurrió con la escuadra combinada de Luis de Córdova al combate librado contra la inglesa del almirante Howe, a la desembocadura del estrecho, con resultado favorable. Después ascendió a jefe de escuadra (21 de diciembre de 1782), arbolando su insignia en el mismo navío San Julián, y, segregado de la escuadra, se le confirió el mando de una división de ocho navíos, con la que sostuvo el crucero de vigilancia de cabo Espartel, hasta que se hizo la paz. Transbordó su insignia al navío San Juan Bautista (junio de 1783), y con él se trasladó a Cartagena, donde quedó desembarcado. Volvió a embarcar en el propio buque como general subordinado, y subsistió en él navegando a distintos puertos mediterráneos, hasta que el 1 de octubre siguiente desembarcó definitivamente.

Fue promovido a teniente general (29 de mayo de 1784), y continuó prestando los servicios para los que se le requerían. Falleció en la capital departamental de muerte natural (2 de marzo de 1794). Sus restos fueron depositados en un modesto nicho en el crucero de la nave céntrica de la iglesia del Hospital de Caridad. Fue padre del también teniente general Baltasar Hidalgo de Cisneros, 3.er jefe de la escuadra española y herido en Trafalgar, virrey de Buenos Aires, ministro de Marina y director general de la Armada.

 

Fuentes y bibl.: Archivo-Museo Don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), leg. 620/558, exp. personal, 1795.

F. P. Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, t. II, Madrid, Imprenta de F. García, 1873, págs. 173-177; D. de la Válgoma y el Barón de Finestrat, Real Compañía de guardiamarinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes, Madrid, Instituto Histórico de Marina, 1955, asiento 685, pág. 133; C. Martínez-Valverde, “Biografía de Francisco Hidalgo de Cisneros y Seijas”, en Enciclopedia general del mar, t. IV, Barcelona, Ediciones Garriga, 1957, pág. 1180; F. González de Canales, “Biografía de Francisco Hidalgo de Cisneros y Seijas”, en Catálogo de pinturas del Museo Naval, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000, págs. 180-181.

 

José María Madueño Galán