Ramón Berenguer III. El Grande. ?, 1078 – 19.VII.1131. Conde de Barcelona.
Ejerció el poder en sus estados a partir de la mayoría de edad alcanzada al cumplir los catorce años en 1092. Y lo retuvo hasta su muerte en 1131. Era hijo del conde Ramón Berenguer II que había sido asesinado, acaso por orden de su hermano gemelo, en 1082. Una vez asumido el gobierno del principado catalán, demostró, a pesar de su juventud, una gran capacidad para el mando. Casó en primeras nupcias el año 1098 con María Rodríguez, hija mayor de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, de la cual enviudó en 1105, y en segundas nupcias se casó con la condesa Dulce heredera del condado de Provenza (1112), de la cual tuvo dos hijos varones: Ramón Berenguer IV el Santo que le sucedería en el condado de Barcelona (1131-1162) y Berenguer Ramón I (1131- 1144) a quien cedió Provenza con su condado y los bienes procedentes de Gisberga, madre de la condesa; además de los honores vizcondales de Millau, Gavaldà, Carladés y Rodés, dominios del padre de la condesa Dulce, el conde Gilbert. De esta forma la Casa de Barcelona, en la persona de Ramón Berenguer III, penetraba en Occitania creando las bases de un estado entre ambas vertientes de los Pirineos, a la vez que provocaba cierto malestar en los condes de Tolosa, poderosos rivales de los catalanes.
Mientras tanto, en 1107 aparecía en la documentación por primera vez el apellido “catalán” y el topónimo “Cataluing”, en tanto que los almorávides avanzaban por el curso inferior del Ebro, y las tropas de caballería de Ramón Berenguer III se fortificaban al sur de la sierra del Montsec y se reestructuraba la Cataluña feudal en condados, vizcondados y señoríos menores en manos de nobles y de abades, y en dominios de valvasores (barbesors) sometidos a la potestad condal de Barcelona, con el respaldo de las posesiones ultrapirenaicas y de la nobleza menor cispirenaica.
Con ellos y el beneplácito de Ramón Berenguer III, el conde Ermengol IV de Urgel conquistó la ciudad y territorio de Balaguer (1125) y avanzó por el Segre camino de Lérida. Entre las campañas emprendidas por el conde Ramón Berenguer III a lo largo de su mandato merece especial mención el intento de conquista de las Islas Baleares, en manos de los piratas sarracenos, entre 1113 y 1115 con ayuda de los genoveses y de los pisanos, que nos cuenta Enrico, canónigo de Pisa y párroco de Calci en su singular Liber Maiorichinus, fuente valiosa porque, además de mostrarnos la colaboración de ambas flotas con la catalana, en la limpieza de las aguas del Mediterráneo occidental de la presencia de las flotas almorávides que obstaculizaban el desarrollo del comercio marítimo, nos proporciona los primeros testimonios fidedignos de los conceptos de “Catalania” y sus derivados “Catalanicus” y “Catalanensis” que, junto con las pocas referencias documentales de comienzos del siglo xii, revelan que se estaba plasmando una conciencia de unidad, por encima de los condados de los territorios del nordeste peninsular y de quienes los poblaban. Aunque esta campaña marítima tan sólo condujo a la ocupación temporal (1115) de la ciudad de Mallorca, iniciaba un esfuerzo de colaboración de las potencias cristianas en plena expansión.
Por entonces la ciudad de Barcelona había iniciado su dedicación al gran comercio, practicando la compra de esclavos en el Mediterráneo Occidental (islas de Córcega y Cerdeña principalmente, en competencia con Génova) y su cruzada contra los piratas sarracenos había sido bendecida por el papa Pascual II. Ramón Berenguer III recuperó la ciudad de Carcasona, consiguió el condado de Besalú al morir en 1111 el último de los condes privativos, sucedió a su suegro en el condado de Provenza (1112) y heredó el condado de Cerdaña (1117), territorios que le permitirían ceder a sus hijos un amplio patrimonio a ambos lados del Pirineo. El incremento de sus dominios le permitía proyectar en 1122 una gran cruzada contra los musulmanes de Lérida, Tortosa y Fraga, aunque por el momento tuvo que renunciar a ella, debido a la derrota del conde de Ampurias, en aquellos momentos su aliado, por los musulmanes.
El condado de Provenza, que en 1112 adquirió Ramón Berenguer III y en el año 1131 cedió a su hijo segundogénito, se extendía desde Arlés hasta Niza e incluía el importante puerto de Marsella y los vizcondados de Gavaldá y Carlat. El hijo mayor (futuro Ramón Berenguer IV, el Santo) heredó con los once condados catalanes, los vizcondados de Carcasona, Razés y Bearn. Provenza fue gobernada por Berenguer Ramón I desde 1311 hasta su muerte en 1144 pasando entonces a dominar estos territorios Ramón Berenguer IV (II de Provenza), príncipe de Aragón (hasta 1162), quien vio confirmados por el emperador de Alemania, Federico I Barbarroja, los derechos sobre el condado de Provenza a la Casa de Barcelona.
Ramón Berenguer III murió en el Hospital de Pobres contiguo a la Catedral de Barcelona el 19 de julio de 1131, a la edad de cuarenta y ocho años, después de otorgar verbalmente testamento en su palacio de Barcelona, donde yacía enfermo. A su primogénito le instituyó heredero del obispado y condado de Barcelona, del condado y arzobispado de Tarragona, de los condados y obispados de Gerona y Ausona (Vic), de los condados de Manresa, Besalú, Cerdaña y Berga, de la villa y bailía de Peralada y de los condados de Carcasona y Razés.
El testamento sacramental fue jurado sobre el altar de Santa Anastasia de la Catedral de Gerona. Nombró albaceas a los personajes más relevantes de su Corte: el vizconde Eimeric II de Narbona, su hermanastro: el obispo Berenguer Dalmau de Gerona; el arzobispo Olaguer de Tarragona, el obispo Ramón de Ausona, el senescal Guillem Ramón de Montcada; Berenguer de Queralt (uno de los personajes más influyentes de su Corte fallecido unos cinco años después), Guillem de Cardona, Galcerán de Pinós, Ramón Berenguer de Guardia, Guillem Guifred de Cerviá, Riambau de Basella y Ramon Renart. Excluyó, en cambio, a los vizcondes de Barcelona, a los Castellevell, los Castellet y los Cervelló, y a Pons Guerau de Cabrera.
Bibl.: J. M. Salrach, Història dels Països catalans, vol. I, Barcelona, Edhasa, 1960, págs. 233-249; S. Sobrequés, Els grans comtes de Barcelona, Barcelona, Ed. Vicens, 1961, págs. 174- 190; E. Albert, Ramon Berenguer III el Gran, Barcelona, R. Dalmau, 1972; J. E. Ruiz Domènec, “Génova y Barcelona en el siglo xii”, en Saggi e Documenti, 4 (1983), págs. 25-86; S. P. Bensch, Barcelona i els seus dirigents 1096-1291, Barcelona, Eds. Proa, 2000.
Manuel Riu i Riu