Gautier y Castro, Luis. San Lorenzo (Puerto Rico), 2.XII.1812 – Vitoria (Álava), 29.V.1885. Teniente general del Ejército, mariscal de campo de Ingenieros, caballero laureado de San Fernando de 1.ª Clase.
En febrero de 1825 entraba a servir como cadete de Infantería en el Regimiento expedicionario “Granada” de línea. El 14 de noviembre de 1830 ingresaba en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, de donde salía como teniente, con el número uno de su promoción, con fecha de 22 de marzo de 1835. Durante su estancia en la Academia formó parte de la columna que operó en Guadalajara, para luchar contra las partidas carlistas que se habían organizado en su provincia.
Era destinado de inmediato al Ejército del Norte al terminar sus estudios, en el marco de la Tercera Guerra Carlista. En la contienda, tomaba parte en numerosas acciones, como en la realizada en las inmediaciones de Bilbao para socorrer la plaza, ocupándose después de los trabajos de fortificación de Logroño, Portugalete, Puente de Lodosa, Lequeitio, Lerín y Bilbao, pasando después a formar parte de las tropas que defendieron esta plaza del bloqueo de los carlistas. En ese mismo año de 1835, concluido el citado bloqueo, restableció y fortificó en una noche el puente de Luchana que habían destruido los carlistas.
En 1836 seguía en el Ejército del Norte con su Regimiento, encontrándose en la defensa del primer sitio de Guetaria en ese mismo año, donde ejecutaba trabajos de fortificación fundamentales para la defensa, acciones por las que era recompensado con el grado de capitán del Ejército. Posteriormente, formando parte de los defensores de la plaza de San Sebastián, dirigió una salida con la que lograba destruir unas baterías que habían construido los carlistas en las inmediaciones del convento de San Bartolomé, operación practicada bajo el fuego enemigo. Agregado a la “Legión Británica” del general Lacy-Evans, se halló en la toma de las líneas de Ayete, frente a San Sebastián. En esta acción, al frente de sus zapadores, se integró en las columnas que atacaron el convento de la Antigua y la casa fuerte de Santa Teresa, construyendo una batería para dos cañones bajo la fusilería y metralla del enemigo. Siempre en 1836 y con la Legión Británica, construyó un puente de barcas sobre el Urumea que permitió la conquista del puerto de Pasajes y altos de Ametzagaña. En esta ocasión se arrojó al Urumea para salvar a un zapador que había caído al río, lo que consiguió, salvándole la vida. En el mismo año de 1836, conseguía tres Cruces de San Fernando de 1ª Clase, por los méritos contraídos sucesivamente en el ataque a las líneas del frente de San Sebastián, en el posterior ataque a la citada plaza y, finalmente, en la toma de las líneas de Ayete.
En 1837 se encontraba en Burgos fortificando la ciudad y su castillo, continuando en la misma situación al empezar el siguiente año. Con posterioridad dejaba Burgos para incorporarse al ejército del general Espartero, con el que en junio (de 1837), y entre otras acciones, se encontraba en el sitio de Peñacerrada, donde construía una batería contra el castillo y otra de brecha contra la plaza. En el mismo año proyectaba nuevas obras para la defensa de Villarcayo, dirigía la voladura del castillo de Balmaseda y trabajaba en las obras de fortificación del fuerte de Nanclares y de la plaza de Vitoria. Finalmente, el 24 de septiembre de ese año, ascendía a capitán de Ingenieros. El 20 de abril de 1838, se le premiaba con el grado de teniente coronel del Ejército (los Cuerpos facultativos: Estado Mayor, Ingenieros y Artillería, podían ascender por méritos, hasta en tres escalas distintas, grado en el Ejército y en el de Infantería, y solo por antigüedad en el suyo) por méritos de guerra.
Continuó en el Regimiento de Ingenieros y en el Ejército del Norte, hasta el 20 de junio de 1839, año en el que era destinado a la Academia de Ingenieros de Guadalajara, donde explicó la asignatura de fortificación durante cuatro años, introduciendo notables reformas en la materia, como el estudio de las teorías del ingeniero militar francés Choumara.
De la Academia, en 1843, pasó al Museo del Cuerpo y de ahí a la Biblioteca de Ingenieros, donde realizaba una importante labor merecedora de una felicitación del ingeniero general. El 20 de junio de ese año, ascendía al grado de coronel de Infantería por sus méritos y servicios. También en 1843, era nombrado secretario de la Junta para la rectificación del mapa de España y, en 1845, secretario de la junta de generales, nombrada en 20 de febrero para proponer a S.M. lo conveniente acerca de la defensa de la costa meridional de España. Era promovido a comandante de Ingenieros, el 9 de diciembre de 1846. Fue, además, uno de los fundadores de la revista técnica Memorial de Ingenieros, fundada en ese año.
El 14 de octubre de 1851 obtenía el empleo de coronel de Infantería por sus méritos y servicios, siendo ascendido a teniente coronel de Ingenieros, el 24 de mayo de 1852.
En 1853, después de efectuar una comisión en el extranjero, para el estudio de la organización y métodos de enseñanza de las academias militares de los países visitados, fue destinado de nuevo a la Academia de Ingenieros, de donde llegó a ejercer el cargo de jefe de Estudios, permaneciendo en la misma hasta 1859. Había ascendido a coronel de Ingenieros, el 18 de noviembre de 1856.
Compatible con su cargo, en 1856 fue nombrado gobernador civil y militar de Guadalajara, ciudad donde estaba situado el citado centro de enseñanza. Por Real Orden de 3 de junio de 1857 reconocía la costa de Guipúzcoa, para poder informar después a la Junta de Defensa Permanente del Reino. Al dejar la Academia, pasaba de nuevo al Museo del Cuerpo, pero en esta ocasión como director.
En 1860 formaba parte de una comisión mixta de Artillería e Ingenieros para determinar la forma y dimensiones de las casamatas para la artillería y, el 18 de enero de 1861, era nombrado por el ingeniero general miembro de la comisión que, bajo la presidencia del director general de Telégrafos, había de redactar un diccionario para el servicio de telégrafos militares de campaña. Ascendía a brigadier de Ingenieros el 17 de agosto de 1863.
Fue secretario de la Junta nombrada para la rectificación del mapa de España y vocal de la Junta Superior Facultativa del Cuerpo, jefe del Museo de Ingenieros y director-subinspector de Aragón, siendo ya mariscal de campo, y vocal de la comisión de obras de reparación del templo del Pilar de Zaragoza, ciudad donde proyectó, además, varios acuartelamientos.
En el ámbito de su señalada pertenencia a la comisión de obras de Aragón, el 27 de enero de 1864 se reunía con la Junta presidida por el capitán general. Gautier, junto a otro vocal de la “Junta de restauración y conservación de las Reales habitaciones y mezquita árabe en el castillo de la Aljafería”, debían deslindar sobre un plano las piezas que debían considerarse pertenecientes al Real Patrimonio y cuales al ramo de Guerra. Al respecto, manifestaban que, atendida la situación precaria en que se hallaban la mayor parte de dichas piezas y apreciando las razones presentadas por el ramo de Guerra para la continuación de sus obras de un acuartelamiento, acordaban que las piezas existentes dignas de conservación por su mérito de arte o de historia eran: el salón del Trono, la antecámara real, la cámara de Fernando el Católico, el gabinete de Isabel la Católica, y el gabinete de la Reina, y en las que en la planta baja, las piezas pertenecientes a la mezquita y al palacio de los califas, junto a otras dependencias. Dichas piezas pertenecían al Real Patrimonio. Se dejaban las restantes piezas al ramo de Guerra.
Gautier, en su informe de julio de 1864, zanjaba definitivamente la cuestión de la posible fortificación de la Aljafería (además del acuartelamiento señalado) desde la primera de las directrices del proyecto, al escribir: “En cuanto a la primera, o sea, quitar a la Aljafería su carácter de punto fortificado, convirtiéndola nuevamente en un simple cuartel, estoy enteramente conforme con ella por las razones que la abonan”. El 24 de febrero de 1868 daba el visto bueno a los perfiles del proyecto de cuartel para un regimiento de Infantería (en el Palacio de la Aljafería), formados por el ingeniero Fernando Recacho.
Nombrado director-subinspector de Andalucía y estando en Sevilla, le sorprendió el movimiento revolucionario (conocido como “la Gloriosa”) iniciado en Cádiz, en septiembre de 1868. Al negarse a secundar el movimiento, se marchó a Gibraltar, para pasar después a Madrid, donde se presentó al ingeniero general nombrado por las nuevas autoridades y que le confirmó en su último destino. En 1875 y 1876 fue 2º cabo (en la orgánica de la época, cargo siguiente al de capitán general) de la Capitanía General de las Vascongadas y posteriormente jefe del Estado Mayor General del Ejército del Norte.
Ascendió a teniente general en 1878, muriendo en Vitoria en 1885. Contaba, entre sus condecoraciones militares más importantes, con tres Cruces de San Fernando, y entre las civiles, con la de Caballero de la R. O. Americana de Isabel la Católica y la de Comendador de la real Orden de Carlos III.
Obras de ~: Memoria sobre el tiro a rebote, trad. y aum. por ~, Guadalajara, Imprenta Ruiz Hnas., 1842; “Memoria sobre una explanada para cañones y obuses aplicable a toda especie de montajes”, en Resumen histórico del arma de Ingenieros en general, y de su organización en España, Madrid, Imprenta Nacional, 1846, págs. 46-56; “Noticias sobre el establecimiento de un puente de barcas sobre el río Urumea en 1836”, ”, en Resumen histórico del arma de Ingenieros en general, y de su organización en España, Madrid, Imprenta Nacional, 1846, págs. 77-87; Memoria sobre puentes levadizos, Madrid, Imprenta Nacional, 1847; Memoria sobre la defensa de costas, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1851.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.
Estados (escalillas) del Cuerpo de Ingenieros, 1835-1876; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; “Necrología”, en Memorial de Ingenieros y Revista Científico Militar (Madrid) (1878); Índice Analítico de las Memorias, Artículos y Noticias del Memorial de Ingenieros, desde el año 1846 al 1920, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1925; H. A. Negroni, Historia militar de Puerto Rico, s.l., Sociedad Estatal Quinto Centenario - Siruela, 1992; P. I. Sobradiel, La Aljafería, 1800-1900, Las Claves para su recuperación, Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2009.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño