Ruiz de Brizuela y Moreau, Pedro Vicente. Pedro de la Madre de Dios. Madrid, 29.IV.1852 – Calahorra (La Rioja), 5.IX.1914. Carmelita descalzo (OCD), misionero apostólico en Bagdad.
Pedro Vicente Ruiz de Brizuela y Moreau provenía de familia hidalga y gran fortuna que residió algunos años en Santiago de Chile. Pero quiso el padre de Pedro, de nombre homónimo, que su hijo naciera en España, siendo bautizado en la madrileña iglesia de San Sebastián. Con apenas siete años vio morir a su padre, quedando desde entonces bajo la custodia de su madre, Rosalía Moreau, de ascendencia francesa pero nacida en Cuba. Desde Chile se trasladaron a Burdeos, si bien por entonces solo había sobrevivido una de las hermanas del padre Pedro, llamada Rosa.
Madame de Brizuela tenía gran devoción religiosa y pronto trasmitió a sus hijos ese sentimiento. Pedro recibió, asimismo, una importante formación intelectual. Dominaba al menos tres idiomas, a saber, castellano, francés e inglés. En Burdeos, Pedro comenzó su formación en el colegio San José de Tívoli de los jesuitas, que complementó con el apoyo de profesores particulares para el aprendizaje y el perfeccionamiento en materias como el dibujo o la música. Posteriormente, Pedro estudió Derecho, pero sus aspiraciones hacia la vida religiosa eran muy fuertes. Un viaje a Italia, organizado por su madre, que incluyó tres audiencias con el papa Pío IX, propició la decisión final.
Finalmente, el 26 de mayo de 1877, Pedro tomó el hábito de los carmelitas y tomó el nombre de Pedro de la Madre de Dios. Un año después ingresó formalmente en la Orden y el 26 de mayo de 1881 recibió la ordenación sacerdotal de manos del obispo de Vitoria. Como religioso, estudió Filosofía y Teología, siendo trasladado a Calahorra. Tras el fallecimiento de su madre en 1885, el padre Pedro solicitó formar parte de alguna misión de su orden. Su deseo fue concedido, ordenándosele marchar a Bagdad.
Con su llegada, la misión bagdadí cobró un nuevo impulso. La pasión por la enseñanza del padre Pedro se reflejó en su participación en la fundación de escuelas para ambos sexos, hospitales y orfelinatos. Pero también un sincero interés por una disciplina puntera que, por entonces, se abría paso poco a poco en la ciencia del momento: la Asiriología. En los Anales de la misión carmelitana en Bagdad, escritos por el propio padre Pedro, se detallan las visitas de científicos, viajeros y curiosos que pasaron por la región antes o después de visitar los yacimientos arqueológicos mesopotámicos. Sin duda, el padre Pedro experimentó un gran interés por la Asiriología, seguramente derivado del contacto y la cercanía de los equipos que trabajaban en la zona.
Como resultado de su interés por la Asiriología, el padre Pedro publicó cuatro artículos en la revista San Juan de la Cruz (números 11 a 14, año 1895), en los que trató temas como la escritura cuneiforme, la historia de Asiria según los relatos bíblicos o una recopilación de los yacimientos mesopotámicos donde se había realizado trabajo arqueológico. Por estos trabajos, la Real Academia de la Historia le nombró académico correspondiente. El padre Pedro también viajó por el golfo Pérsico en, al menos, tres ocasiones, publicando en el Boletín de la Real Academia de la Historia, en 1910, un informe que recogía la Historia de Omán.
En diciembre de 1909 pidió ser relevado de su cargo, al parecer por agotamiento físico y mental. En el viaje de vuelta, a su paso por Monte Carmelo, el superior de la Orden le nombró Vicario del lugar (cuna de los carmelitas), pero rápidamente quiso desprenderse de todos sus títulos. Una vez en España, pasó una temporada en el Desierto de las Palmas, trasladándose después al convento de Calahorra donde murió el 5 de septiembre de 1914.
Obras de ~: “Epigrafía cuneiforme”, en San Juan de la Cruz, núm.11 (1895a), págs. 329-334; “Civilización asiria”, San Juan de la Cruz, núm. 12 (1895b), págs. 364-369; “Conquistas bíblicas”, San Juan de la Cruz, núm. 13 (1895c), págs. 403-408; “Geografía asiria”, San Juan de la Cruz, núm.14 (1895d), págs. 434-439; “Apuntes históricos sobre el reino de Omán (I)”, Boletín de la Real Academia de la Historia. Informes 57 (5) (1910), págs. 337-364; El Desierto de las Palmas. Monografía histórica. Impresiones y recuerdos, Valencia, Librería Fenollera, 1915.
Bibl.: J. M. Herrero de la Iglesia, “Pedro de la Madre de Dios (1852-1914): misión en Bagdad”, en J. Mª. Córdoba Zoilo y Mª. C. Pérez Díe (coords.), Viajeros, museos y estudiosos en la historia del redescubrimiento del Oriente Próximo Antiguo, Madrid, Ministerio de Cultura, 2006, pág. 261; C. Fernández Rodríguez, “Reverendo padre Pedro de la Madre de Dios: vida y aportación a la colección próximo-oriental del Museo Arqueológico Nacional”, en Boletín del Museo Arqueológico Nacional, núm. 37 (2018), págs. 241-254; C. Fernández Rodríguez, “R.P. Pedro de la Madre de Dios (1852-1914): misionero apostólico en Bagdad”, en L. Brage Martínez y J. L Montero Fenollós (eds.), El Próximo Oriente antiguo y el Egipto faraónico en España y Portugal. Viajeros, pioneros, coleccionistas, instituciones y recepción, Barcelona, Barcino: Monographica Orientalia, 2020, págs. 101-113.
Carlos Fernández Rodríguez
