Peramas, Joaquín de. ?, s. t. s. XVIII – ?, f. s. XVIII. Ingeniero militar.
El 18 de marzo de 1763 ingresaba en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército como subteniente e ingeniero ayudante, después de aprobar los exámenes correspondientes. En 1767 llegaban a Honduras dos ingenieros: el teniente coronel D. Antonio Murga y el subteniente D. Joaquín Peramás.
En 1773 estaba destinado en la isla de Cuba, donde realizaba el Perfil del puente proyectado para el río San Juan de Matanzas y el plano del mismo. Para su construcción, barajaba dos soluciones, una sobre flotantes y otra sobre pilas de mampostería. En 1778 seguía en la citada isla como ingeniero extraordinario, siendo propuesto para su ascenso a ingeniero ordinario.
En 1779 acompañaba al brigadier de Ingenieros Agustín Crame, “visitador general de las Fortificaciones”, en la comisión relativa a la inspección de las fortificaciones de diversas plazas desde el Orinoco hasta la provincia de Yucatán. Al producirse el fallecimiento de Crame el 17 de noviembre en La Habana, Peramas solicitaba al capitán general de la citada plaza que, “debido a la reserva de los documentos de la comisión contenidos en el equipaje de Crame, y siendo él el único oficial a sus órdenes, sea todo sellado y guardado hasta que S.M. comunique lo conveniente”. En 1783 firmaba el Plano del castillo de San Miguel de Panzacola y en 1786, el Plano del castillo de San Carlos de Barrancas en Cuba.
En 1784 se encontraba destinado en Luisiana y La Florida, donde, con fecha de 20 de agosto, firmaba el Proyecto en la ensenada del río Escambia en la Bahía de Santa María de Gálvez de Panzacola, donde se puede establecerse la población de las familias isleñas. Al siguiente año, el Plano del proyecto de San Miguel de Panzacola, Florida. Proponía el derribo de la villa inglesa y el traslado del nuevo pueblo a un lugar más seguro y en 1786 el Plano del castillo de San Carlos de Barrancas, realizado sin desplazarse a su anterior destino en Cuba.
Para la defensa de Luisiana, en 1787 bajo la gobernación del gobernador Esteban Rodríguez Miró y Sabater, Joaquín de Peramas proyectaba los reductos llamados San Felipe de Placcamin y Fuerte Borbón. Por un lado, el fuerte Borbón se proyectó como una batería irregular construida de tierra y madera, rodeada por un amplio foso y glacis exterior. Su interior contaba con cuerpo de guardia, cuarteles, almacén de pólvora y diversas estancias para el alojamiento de la tropa. En el nivel superior, al que se accedía a través de una pequeña rampa, se distribuían las diferentes cureñas para colocar los cinco cañones del calibre seis destinados a su defensa, los cuales podían colocarse bien enfilando hacia el río o al interior. Por otra parte, la construcción de dos canales que controlaban el flujo de agua desde el Misisipi hasta el foso posibilitaba al gobernador de la fortaleza alterar el interior del mismo de acuerdo a las exigencias bélicas de cada situación.
El fuerte de San Felipe de Placcamín también fue proyectado en 1787 en el Plano de la batería proyectada para la entrada del caño de Mardi gras en el río Misisipi, para cruzar sus fuegos con los del fuerte que se proyecta al otro lado del mismo río en la punta del Torno de Placcamin y Plano del Torno de Placcamin y sus contornos.
San Felipe de Placamín, ubicado en la otra orilla del Misisipi con el objetivo de cruzar fuegos con el fuerte Borbón, tenía una traza totalmente distinta. En este caso, Peramas proyectó un fuerte hexagonal irregular, con tres baluartes enfilando hacia tierra y otros tantos al Misisipi. En el interior del mismo se distribuían las dependencias para alojamiento de los oficiales, cuarteles, almacenes de pólvora, hornos, cocinas y diversas estancias comunes. A pesar de estar aprobado desde 1787, no comenzó a construirse hasta 1792, bajo la dirección del ingeniero Gilberto Antonio de San Maxent y el gobierno del XV barón de Carondelet, dos de las personalidades decisivas en la planificación defensiva de Luisiana en la última década del siglo.
Solicitado por la corona un informe al ingeniero director Francisco Sabatini, en la última parte de su informe ratificaba lo aprobado por Junta de Generales el 10 de octubre de 1787, en relación con las fortificaciones de San Miguel de Panzacola, diseñadas por Joaquín de Peramas. Al ser esta plaza el principal punto defensivo de Florida junto con San Agustín, Sabatini refrendó la decisión de continuar con la construcción del fuerte de San Carlos de Barrancas y la batería baja de San Antonio, así como el fuerte de Santa Rosa, al otro lado de la bahía, para que ambas estructuras cruzasen fuegos en el acceso a la rada.
En el mismo año citado de 1787 Joaquín de Peramás sustituía al ingeniero director Miguel González Dávila después de su fallecimiento en las obras de fortificación y en las del muelle de Caracas.
Bibl.: M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; P. Cruz Freire, “Joaquín de Peramas. Un ingeniero militar en América”, en C. López Calderón, M. A. Fernández Valle y M. I. Rodríguez Moya (coords.), Barroco Iberoamericano: identidades culturales de un imperio, vol. 1, Santiago de Compostela, Andavira, 2013; P. Cruz Freire, “La llave de Nueva España. Proyectos defensivos para los territorios de Luisiana (1770-1795)”, en Ars Longa. Cuadernos de arte, 27 (2018), págs. 113-124.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño