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Francisco Javier de Zaragoza y Amar

Biografía

Zaragoza y Amar, Francisco Javier de. Borja (Zaragoza), 3.XII.1825 – Badajoz, 13.III.1889. Militar, brigadier de Ingenieros.

Hijo del mariscal de campo Tiburcio Zaragoza y Muñoz y Carmen Amar y Cardigongi, ingresó como cadete en el Regimiento de Infantería de Zaragoza el 15 de diciembre de 1837. En enero de 1839 pasaba al Regimiento de Infantería de La Princesa de Madrid con el grado de alférez y el 15 de noviembre de ese año fue enviado a las provincias Vascongadas. Entre enero y abril de 1842 reconoció diversos puntos estratégicos de la frontera con Portugal para evitar el contrabando y desde allí regresó nuevamente a Madrid para incorporarse al Regimiento de Luchana, hasta que en noviembre era enviado a Barcelona.

Con fecha de 1 de julio de 1843 solicitaba una licencia para prepararse para el examen de ingreso a la Academia de Ingenieros lo que lograba, comenzando el 1 de septiembre de 1844 su formación en la Academia del Cuerpo de Guadalajara. Durante su estancia como alumno, participó en defensa de la casa fuerte de Guadalajara desde el 16 al 19 de julio de 1843 y en la batalla de Torrejón de Ardoz. El 1 de agosto de 1845 fue destinado al Regimiento del Arma como subteniente alumno, en la Segunda Compañía de Zapadores del tercer Batallón, que se encontraba de guarnición en Madrid, hasta que el 6 de abril del año siguiente regresaba a Guadalajara para realizar varios trabajos junto al capitán José Aparici. Salía de la Academia como teniente de Ingenieros, una vez terminados sus estudios, el 4 de julio de 1848, nuevamente destinado al entonces único Regimiento de Ingenieros.

El 30 de mayo de 1850 embarcó en Cádiz con el grado de capitán de Ultramar, destinado en la Subinspección de Cuba, llegando a La Habana el 1 de agosto. Durante los seis años que permaneció en la isla elaboró un proyecto defensivo que acompañó de varios planos y un presupuesto, proyecto consistente en la construcción de un campo atrincherado en el espacio situado entre los fuertes de La Cabaña y los Tres Reyes del Morro, proponiendo, además, construir varias obras defensivas para reforzar la defensa la capital.

El 1 de febrero de 1851 se encargó de la comandancia de ingenieros de Cienfuegos y proyectó la construcción de un almacén de pólvora en Villa Clara y varias fortificaciones. El 11 de noviembre del año siguiente fue nombrado secretario de la Subinspección y detalle de la plaza de La Habana, y vocal de la junta defensiva de la isla. En ese momento elaboró una propuesta para la construcción de una escuela veterinaria (Plano de un terreno al N. del paseo Militar donde se ha trazado la situación del Colegio General / Levantado con la plancheta por el Capn. del Cpo. Dn. Francisco J. de Zaragoza; Cuerpo de Yngenieros del Egercito. Dirección Subinspección de la Ysla de Cuba, Habana 1 Mayo 25 de 1853), y realizó un reconocimiento de la línea de ferrocarril construida entre los municipios de Cárdenas y Júcaro. El 9 de enero de 1855 informaba a la Corona del estado en el que se encontraba el sistema de abastecimiento de aguas de la capital.

Ascendido a capitán de Ingenieros por antigüedad el 25 de diciembre de 1855, el 14 de junio de 1856 regresaba a la Península. Tras desembarcar en el puerto de Vigo fue nombrado profesor de la Academia de Ingenieros, labor que desempeñó hasta el 1 de octubre de ese mismo año, cuando solicitó una licencia de un mes por motivos personales, debido a su delicado estado de salud que le obligaba a solicitar una nueva licencia el 1 de agosto de 1858 para establecer su residencia en Vichy (Francia). Regresaba de nuevo a la academia dos meses después, donde continuó desarrollando su labor docente hasta que el 27 de noviembre de 1863 fue destinado a la Dirección de la Subinspección de Aragón, para encargarse de la comandancia del Cuerpo. Durante su estancia en esta región fue promovido a comandante de Ingenieros por Real Orden del 9 de marzo de 1864, ampliando las dimensiones del cuartel de Hernán Cortés en Zaragoza, cuyas obras se prolongaron hasta el 18 de octubre de 1865, en que era desplazado a Jaca.

El 16 de junio de 1866 elaboró nuevos proyectos de acuartelamientos en Zaragoza, labor por la que fue premiado con el grado teniente coronel del Ejército el 29 de septiembre de 1868 (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

En julio de 1867, los comandantes del Cuerpo de Ingenieros Juan Palou de Comasema y Francisco Javier de Zaragoza y Amar redactaban un Proyecto de modificación al de reforma de la Aljafería para el caso de que se cedan por el Real Patrimonio al ramo de Guerra los locales de Santa Isabel, con los cuales no se contó en el proyecto primitivo. Este proyecto, que consta de cuatro plantas, alzados y secciones, quedaba sin curso porque el ingeniero general no lo aprobaba, según comunicación de 12 de agosto de 1867.

Entre 1870 y 1871, Zaragoza dirigió la construcción de varias defensas en Jaca y formó parte de la comisión encargada de la reforma y ampliación de la ciudad, reconoció la línea de ferrocarril que unía las ciudades de Barcelona y Zaragoza y se encargó de la Dirección de la Subinspección de Zaragoza. En julio y septiembre de 1872 Francisco Javier de Zaragoza y Amar redactaba el Proyecto de entrada al cuartel de Santa Isabel en el edificio de la Aljafería. Reformado del que con el mismo objeto formó el coronel graduado comandante de Ejército y capitán del Cuerpo Antonio Llotge.

Desde la ciudad de Zaragoza fue destinado a Pamplona y Vitoria, donde fue ascendido a coronel del Ejército el 5 de febrero de 1873.

Su gran experiencia profesional hizo que fuera destinado de nuevo a la Dirección de Subinspección de Cuba como teniente coronel de Ingenieros en Ultramar, encargado de la comandancia de Ingenieros de la capital. Embarcó en Cádiz el 30 de mayo de 1873 y a su llegada a la isla dirigió la construcción de varias obras defensivas en Santiago de Cuba y La Habana, labor por la que se le concedió el empleo de brigadier del Ejército el 19 de julio de 1875. Había ascendido a coronel de Ingenieros el 6 de noviembre de 1874.

El 15 de mayo de 1876 regresaba enfermo a la Península y, tras disfrutar de dos meses de licencia, embarcó de nuevo hacia La Habana donde continuó desempañando su carrera profesional dos años más.

Tras regresar de Cuba en 1878 se le destinaba a la Junta Superior Facultativa del Cuerpo de ingenieros en Madrid, y posterior y sucesivamente a las comandancias del Cuerpo en Granada y Zaragoza. Más tarde, la instalación de prisiones militares en el castillo de La Aljafería inspiraba el Proyecto para habilitar prisiones militares en el edificio de la Aljafería, en febrero de 1880. Para habilitar dichas prisiones se tomaban un dormitorio de tropa y los cuartos de aseo de otros dos en el piso entresuelo del frente norte del patio de Santa Isabel y los dos últimos pisos de la Torre del Homenaje. Estas obras, con un presupuesto de 9.430,00 pesetas, fueron aprobadas por Real Orden de fecha de 24 de mayo de 1880 y se ejecutaron en el año económico de 1885-1886.

El 10 de febrero de 1880 embarcaba en el vapor correo Español con destino a Puerto Rico, para cubrir la baja del comandante general subinspector de Ingenieros Fernando Fernández de Córdoba, que había solicitado su regreso a la Península. Desembarcó en la bahía de San Juan el 24 de febrero, cuatro días después se hizo cargo de la comandancia de ingenieros y, el 1 de febrero del año siguiente, realizó un sondeo de todas las defensas construidas hasta el momento en la capital.

Durante los cuatros años que permaneció en la isla realizó varias reparaciones y obras de mejora en el cuartel de Ballajá, el Hospital Militar de San Juan, la fortaleza de Santa Catalina, los castillos de San Felipe del Morro y San Cristóbal y la batería de Mayagüez; propuso reconstruir los puentes de la isla de Miraflores que se encontraban en mal estado y dio el visto bueno a muchos proyectos realizados por los ingenieros militares que trabajaron a sus órdenes.

El 7 de septiembre de 1884 regresó definitivamente a la Península y, tras desembarcar en Cádiz, fue destinado a Madrid y más tarde fue nombrado comandante general y subinspector de Extremadura, cargo que desempeñó hasta el 18 de diciembre, cuando fue nombrado gobernador militar interino de la ciudad de Badajoz. Desde allí fue destinado a las provincias Vascongadas. En enero de 1885 regresó a Badajoz, donde recibió otra Real Orden que le obligaba a trasladarse a Cuba, aunque no llegó a viajar a su nuevo destino debido a su estado de salud. En marzo de 1887 era nombrado gobernador de la isla de Santa Cruz de Tenerife, cargo que desempeñó durante sólo trece días. Según consta en su hoja de servicios, a finales de julio de 1888 regresó a Badajoz para restablecer su salud y ocupó el cargo de comandante general y subinspector de Extremadura hasta su fallecimiento, ocurrido el 13 de marzo de 1889.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales; Biblioteca Virtual de Defensa, Cartografía de Cuba.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1848-1884; “Necrología”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 44, 7 (abril de 1889), pág. 97; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; P. I. Sobradiel, “Intervenciones del Cuerpo de Ingenieros del Ejército en el Casillo de la Aljafería de Zaragoza durante el siglo diecinueve”, en Artigrama, 10 (1993), págs. 121-142; J. Carrillo de Albornoz y GalbeñoAbriendo CaminoHistoria del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, S. L., 1997; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Martínez Verón, Arquitectos en Aragón. Diccionario Histórico, vol. II, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 2001; P. I. Sobradiel, La Aljafería (1800-1900). Las claves para su recuperación, Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2009; N. Hinarejos Martín, “De Extremadura a Puerto Rico: ingenieros militares a ambos lados del Atlántico”, en Anales de Historia del Arte, 30 (2020), págs. 249-273

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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