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Jacobo Vandergoten Canyuwell

Biografía

Vandergoten Canyuwell, Jacobo. El Joven. Bruselas (Bélgica), c. 1708 – Madrid, 7.X.1768. Maestro tapicero y director de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

Fue el tercero de los hijos del tapicero Jacobo Vandergoten (el Viejo) y de su esposa Ana María Canyuwell. El 20 de julio de 1720 el joven Jacobo llegó a Madrid desde su Flandes natal en compañía de su familia, huyendo de los austriacos que perseguían a su padre por haber aceptado trabajar para el Rey de España. En 1721 la nueva Fábrica de Tapices, primera en nuestro país promovida por el Estado, empezaba su andadura con Jacobo Vandergoten (el Viejo) como maestro tapicero, secundado por cuatro oficiales flamencos que le siguieron fielmente en su aventura, y por sus hijos Francisco, Pedro, Jacobo y Adrián. Tanto la familia, como los oficiales flamencos vivieron en principio de los 60 reales diarios que Felipe V asignó a Jacobo (el Viejo), instalando su hogar en la vieja Casa de Abreviador, extramuros del Portillo de Santa Bárbara, donde se alojó la manufactura real.

En 1724 murió Jacobo Vandergoten (el Viejo), dejando a su familia en mala situación económica. Le sucedió su hijo mayor, Francisco Ignacio, con categoría de maestro tapicero. El Rey mandó que los otros hermanos se dedicasen “con toda aplicación” al arte de componer tapices; naturalmente obedecieron, pero no sin disgusto por parte de Jacobo, que ya destacaba como pintor. La Fábrica pasaría grandes apuros y el propio Intendente, Bernado Cambí, tuvo que adelantar dinero para sostenerla. La Real Hacienda tuvo problemas económicos que atender, en parte derivados de la pasada guerra de sucesión y Felipe V, que no llegó a la locura de su hijo Fernando, pero estuvo cerca, abdicó en su hijo Luis, que moría a los pocos meses de reinado; muy a su pesar, Felipe V volvió a ceñir la Corona. A la Fábrica llegó el ansiado encargo real: La historia de Don Quijote sobre cartones de Procaccini, de la que se hicieron hasta tres copias y una Historia de Telémaco, cuyos cartones quedaron inconclusos por el fallecimiento del pintor Miguel Angel Houasse. Estas obras no daban el suficiente trabajo a los telares y se encargó a Jaime Alemans que hiciera cartones para tapices sobre monterías.

Desde el siglo XVII los flamencos se habían especializado en la técnica denominada de bajo lizo, con telar horizontal que no permitía la realización de tapices de grandes dimensiones y obligaba al tapicero a trabajar inclinado sobre él. En 1729 se contrató a un maestro tapicero procedente del taller de los Gobelinos de París, Antonio Lainger, experto en el telar de alto lizo, de disposición vertical y sin pedales, que permitía una gran perfección de acabado. Lainger realizó varios paños de la Historia de Telémaco con gran rapidez y perfección, revelándose como un peligroso rival para los Vandergoten, que aspiraban a quedarse con la dirección de la manufactura. Pero Jacobo sorprendió a todos realizando un tapiz sobre la Sagrada Familia que entregó directamente en Palacio, sin mostrarlo al Intendente de la Fábrica, y que sería muy admirado.

En 1729, en un intento de aliviar la melancolía real, la Corte se trasladaba a Sevilla donde se abrió otra fábrica de tapices en la Casa de la Lonja, bajo la dirección artística de Procaccini. En principio se pensó en Pedro Vandergoten para que fuera a Sevilla como maestro tapicero, junto con Antonio Laigner; pero Francisco Vandergoten, por entonces maestro y director técnico en la Fábrica de Santa Bárbara, se resistió a prescindir del que era su principal colaborador, y pidió que en su lugar fuera Jacobo, que ya había demostrado su preparación. Por su trabajo como maestro Jacobo recibiría un salario de 30 reales diarios, comprometiéndose a enseñar a los aprendices, preferentemente españoles. Por cada ana de tapicería, equivalente a 70 centímetros cuadrados, le pagarían 10 doblones y medio al mes, cediéndole algunos materiales que en adelante tendría que pagar.

El primer trabajo que se emprende en la nueva Fábrica es una copia de la serie de 12 paños de La conquista de Túnez de Pannemaken, que había pertenecido a Carlos V. En 1733 la Corte volvía a Madrid, y el 1 de mayo de 1734 se instalaba un taller en la calle de Santa Isabel, equipado con los materiales y pertrechos traídos de Sevilla, donde Jacobo y Laigner continuaron la labor iniciada en aquella ciudad. Pero Laigner moría a los pocos meses y Jacobo, ayudado por su hermano Adrián, cinco oficiales y seis aprendices, quedaba al frente de la manufactura, donde se realizaron también dos paños de la Historia de Telémaco y un tapete de flores. Dada la escasez de trabajo de la Fábrica de Santa Bárbara se mandaron tejer allí cinco de los paños de la Conquista de Túnez; el propio Francisco Vandergoten y algunos oficiales hicieron los dibujos previos porque Domingo María Sani, pintor encargado, estaba en el Palacio de la Granja.

En 1744 se cerraba la Fábrica de Santa Isabel y los Vandergoten volvían a trabajar juntos en la de Santa Bárbara, supervisada por el Intendente Martínez Tineo. Ese mismo año la contrata firmada por la Casa Real con la Fábrica de Tapices de Santa Bárbara iniciaba una etapa mucho más floreciente en la historia de la manufactura. Los Vandergoten, con salarios fijos y trabajo asegurado ya no tendrían competidores, porque los tímidos intentos de establecer otras tapicerías reales nunca llegaron a concretarse. Al morir Martínez Tineo desaparecía de la ya Real Fábrica la figura del Intendente y los cuatro hermanos Vandergoten supervivientes: Francisco, Jacobo, Adrián y Cornelio trabajaron en perfecta conjunción, apareciendo en la mayoría de los documentos como Maestros y Directores. En 1750 los hermanos Vandergoten consiguieron una nueva contrata con el soberano para la limpieza y retupido de todas las tapicerías y alfombras de los Reales Sitios. Se admitieron nuevos trabajadores, se adquirieron más telares, se ampliaron los locales y el dinero fluyó a las arcas de aquellos laboriosos flamencos que llegaron a amasar una buena fortuna.

Jacobo Vandergoten (el Joven), probablemente el artista más brillante de la familia, murió el 7 de octubre de 1768 y fue enterrado al igual que su padre y sus hermanos en la Iglesia del Hospital de San Andrés de los Flamencos, de cuya Junta Directiva era Diputado.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de la Real Fábrica de Tapices: El relato más antiguo sobre los Vandergoten aparece en el Traslado de escritura de poder para hacer testamento otorgado por Jacobo Vandergoten a su esposa Ana María Canyuwell y a su hijo, Francisco Ignacio Escribano Francisco de Lerma y Paz, Madrid, 23 de febrero de 1722, leg. 3/1.1. Más noticias en lgs. 1, 8 y 24; Cuenta de los cobrado por Jacobo Vandergoten desde que se estableció la Fábrica de Tapices de Sevilla, Madrid, 29 de noviembre de 1740, leg. 1/ 2.2; sobre las contratas de 1744 y 1750, cf. legs. 8/14.1 y 23/8.14; Archivo General de Palacio, Reales Fábricas de Tapices de Sevilla, Santa Bárbara y Santa Isabel. Noticias referentes a las mismas desde su establecimiento en Sevilla en 1732…. Borradores, (s.f., s.l.). Sección Administrativa, leg. 681, ff 2 y 3.

E. Iparraguirre y C. Davila, Real Fábrica de Tapices. 1721-1971, Madrid, Real Fábrica de Tapices, 1971, págs. 25-39; F y B. Vidal Galache, La Real Fábrica de Tapices en los documentos de su Archivo, Madrid, Real Fábrica de Tapices, 2000, págs. 24-26, 53-60 y 137.

 

Florentina y Benicia Vidal Galache

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